Joyas ocultas en un almac¨¦n
La firma Adidas guarda las zapatillas de Zatopek, Owens o Al¨ª en un cuarto oscuro
Como quien guarda sus joyas bajo un colch¨®n, los tesoros m¨¢s valiosos de Adidas se amontonan en un cuarto oscuro al fondo de un almac¨¦n cercano a Herzogenaurach, el pueblo natal del fundador de la firma Adi Dassler. Karl Heinz Lang, el guardi¨¢n de la c¨¢mara, se enfunda sus guantes de hilo y con el llav¨ªn de un candado abre el primero de los casilleros. De entre montones de cajas de cart¨®n, Herr Lang escoge tres con las etiquetas de Jesse Owens (1936), Emil Zatopek (1948) y Max Morlock (1954). Ni el propio Adi Dassler lo hubiera hecho mejor. Sobre la mesa, Lang deposita las zapatillas que calz¨® Owens para ganar dos de las cuatro medallas de oro en los Juegos de Berl¨ªn: los 4x100 y los 200 metros lisos. "Estaban hechas para sus pies. En eso no ha cambiado nada", aclara Lang.
La marca deportiva proyecta inaugurar un museo con el material dentro de cuatro a?os
As¨ª hab¨ªa sido desde 1920, cuando Adi fabric¨® sus primeras zapatillas en el lavadero de su madre. Ocho a?os despu¨¦s, la compa?¨ªa fundada por los hermanos Adi y Rudolph Dassler ya abastec¨ªa de zapatillas a la mitad de los atletas presentes en los Juegos de Amsterdam. Los Juegos de Berl¨ªn marcaron el techo para los Dassler. Recluidos en el mismo bunker durante un bombardeo aliado, Adi y Rudolph decidieron que ya no se aguantaban m¨¢s y liquidaron la compa?¨ªa.
Por eso las zapatillas que el checo Zatopek se llev¨® a los Juegos de Londres en 1948 significan tanto. Adi Dassler acababa de fundar Adidas. La locomotora humana gan¨® el oro en los 10.000 metros con unas zapatillas que a¨²n hoy parecen modernas. No s¨®lo por su brillante color azul, sino por las tres bandas blancas que distinguen a la firma desde aquel a?o. Poco despu¨¦s, Rudolph Dassler inaugurar¨ªa la marca Puma. Owens, Zatopek... y Morlock. Las botas de color crema con las que Max Morlock marc¨® el primer gol de Alemania en la final del Mundial de Suiza (1954) fueron las primeras en la historia con tacos recambiables. El milagro de Berna fue el comienzo de una relaci¨®n a¨²n vigente entre Adidas y la selecci¨®n de Alemania.
Siguiente armario. A?os 60. Herr Lang saca cuatro cajas. "Estas botas se las envi¨® Muhammad Al¨ª a Adi Dassler. Fueron las ¨²ltimas que utiliz¨® antes de que le retiraran la licencia por negarse a ir a la guerra de Vietnam. De las otras cajas extrae las zapatillas azules y blancas con las que Dick Fosbury revolucion¨® el salto de altura en 1967 y dos joyas m¨¢s de los Juegos de M¨¦xico 68: Lang sujeta una zapatilla blanca con bandas rojas. Sobre sus seis clavos cortos y su suela reforzada en el tal¨®n, se apoy¨® Beamon en los Juegos donde salt¨® sus m¨ªticos 8,90 metros. Doradas y con franjas negras son las zapatillas con las que Jim Hines corri¨® los 100 lisos en 9,95 segundos.
Kart-Heinz Lang explica que Franz Beckenbauer no cambiaba de botas hasta que las destrozaba. S¨®lo hay que ver la bota derecha que gast¨® en el Mundial 74 para comprobar que la parte exterior de la puntera est¨¢ agujereada."Era su golpeo natural", recuerda Lang, para quien no hay mejor signo de distinci¨®n que el de una zapatilla "sucia, gastada y sudada. Es la prueba de que son aut¨¦nticas". Es lo que tienen las zapatillas ajadas de Kareem Abdul-Jabbar, adem¨¢s de un aplastante n¨²mero 56, o las de Fernando Hierro, "las ¨²ltimas que us¨®". Y hay muchas zapatillas m¨¢s: Lendl, Klinsmann, Zidane, Beckham... "En cuatro o cinco a?os construiremos un edificio nuevo abierto al p¨²blico. De momento est¨¢n bien aqu¨ª", concluye Lang.
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