La de cosas que pasan en C¨¢diz

El teatro de la Zarzuela recibe a sus espectadores en el programa doble formado por El baile de Luis Alonso y Las bodas de Luis Alonso, de Ger¨®nimo Gim¨¦nez, convertido en un caf¨¦ cantante gaditano de mediados del XIX, y los despide con una graciosa chirigota con alusiones a la baronesa Thyssen. El director de escena Santiago S¨¢nchez debuta en el g¨¦nero l¨ªrico con desenfado e inspiraci¨®n. Saca petr¨®leo en el vac¨ªo y consigue dar coherencia a una historia imposible de cantaores-contaores, con un gui?o al costumbrismo andaluz y a una ciudad que lo llena todo: C¨¢diz, convertida en s¨ªmbolo del realismo m¨¢gico espa?ol. Hay una dimensi¨®n culta en el espect¨¢culo, dentro del tono revisteril, que se hace evidente en la narraci¨®n del encierro taurino, con el homenaje a la tradici¨®n a trav¨¦s de las marionetas gigantes. El disparate monumental que alberga la historia va tomando cuerpo a golpe de fandangos, tanguillos y alegr¨ªas, con el cuadro flamenco de las cantaoras Rosario la Tremendita y Johana Jim¨¦nez con el guitarrista Paco Cruz, cruz¨¢ndose sabiamente, con cuerpos de baile interpretando con br¨ªo el famoso interludio instrumental, y estando sostenido el espect¨¢culo por una actuaci¨®n teatral imponente del bar¨ªtono Luis ?lvarez.

En tarde de domingo, el espect¨¢culo enloquece a la clientela y no es para menos, pues estamos ante una elevaci¨®n de la subcultura a gran categor¨ªa est¨¦tica gracias a la inteligencia teatral. Se fusionan con instinto la comedia, las ra¨ªces flamencas gaditanas y la zarzuela andaluza de fin de siglo. La compa?¨ªa de baile y las de canto se desenvuelven con soltura. Todo junto es un monumento a la lucidez. Divertido y, curiosamente, mucho m¨¢s profundo de lo que aparenta a primera vista.