Bush dice que las filtraciones de la prensa dificultan la guerra contra el terrorismo

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, dijo ayer que revelar datos sobre el Programa de Rastreo de la Financiaci¨®n del Terrorismo -usado por el Departamento del Tesoro y la CIA para seguir la pista al dinero de Al Qaeda- "hace m¨¢s dif¨ªcil ganar la guerra contra el terror". Sin mencionar al diario The New York Times, el presidente carg¨® contra el peri¨®dico que, junto a otros dos, public¨® el viernes la informaci¨®n. Un congresista republicano pidi¨® una investigaci¨®n penal contra el diario, y su director, Bill Keller, justific¨® su decisi¨®n en una carta a los lectores.

Enfadado y se?alando con el ¨ªndice para subrayar sus palabras, el presidente dijo: "El Congreso fue informado y lo que hicimos es plenamente legal, y es lo que recomend¨® la comisi¨®n que investig¨® el 11-S. Estamos en guerra contra grupos que quieren da?ar a Estados Unidos, y que haya gente que filtre este programa y un peri¨®dico que lo publique es muy perjudicial para este pa¨ªs".

Aunque es p¨²blico que uno de los frentes antiterroristas m¨¢s activos es el rastreo de los movimientos financieros internacionales, no se conoc¨ªan los detalles del programa hasta el viernes. Tras un intenso debate con el Gobierno, The New York Times decidi¨® dar la informaci¨®n. Otros dos diarios que la ten¨ªan, Los Angeles Times y The Wall Street Journal, la publicaron tambi¨¦n.

El programa supone el acceso a millones de transacciones financieras en el seno del SWIFT (Sociedad de Telecomunicaciones Financieras Bancarias Internacionales), que coordina datos de bancos de 200 pa¨ªses. La Casa Blanca lo puso en marcha tras el 11-S y se lo cont¨® a algunos congresistas. Adem¨¢s de SWIFT, lo sab¨ªan los bancos del Grupo de los 10 y el Banco Central Europeo. La base legal descansa en la Ley de Poderes Econ¨®micos en caso de Emergencia Internacional de 1977. Sin disputar a fondo su legalidad y eficacia, varios congresistas y grupos de derechos han denunciado la aplicaci¨®n del mismo modelo de las escuchas telef¨®nicas y otras herramientas extraordinarias adoptadas por decisi¨®n presidencial y, en el mejor de los casos, con poco control parlamentario.

"Los norteamericanos esperan que la Administraci¨®n proteja las libertades constitucionales y al mismo tiempo entienda lo que los terroristas est¨¢n tratando de hacer", a?adi¨® Bush. "Hay que intentar seguir la pista del dinero. Eso es exactamente lo que estamos haciendo; y el hecho de que un peri¨®dico lo revele hace m¨¢s dif¨ªcil ganar esta guerra contra el terror", dijo el presidente.

Antes de este fuerte ataque presidencial, el director del Times se sinti¨® en la obligaci¨®n de explicar la decisi¨®n, que est¨¢ siendo objeto de debate en otros medios y en blogs. Dirigido a los numerosos lectores que han protestado -aunque muchos otros han respaldado la decisi¨®n- el mensaje de Bill Keller se?al¨® que "los que crearon este pa¨ªs pensaron que una prensa independiente y agresiva era una medida de protecci¨®n contra el abuso de poder en una democracia y un elemento esencial del autogobierno (...) y rechazaron la idea de que sea sensato o patri¨®tico creer todo lo que dice un presidente o rendirse a las decisiones del Gobierno sobre qu¨¦ es lo que hay que publicar".

Keller asegura que los periodistas no se toman a la ligera el poder que tienen, sobre todo en temas "de seguridad nacional en tiempos de guerra", y recuerda que los medios y la Administraci¨®n ven estos casos desde ¨¢ngulos opuestos: "El Gobierno querr¨ªa que public¨¢ramos s¨®lo la l¨ªnea oficial, y algunos de nuestros dirigentes tienden a ver cualquier otra cosa como da?ina para los intereses nacionales (...) Los directores arrancan de la premisa de que se puede confiar en los ciudadanos son capaces de recibir noticias desagradables y complicadas, y que cuanto m¨¢s sepan, mejor podr¨¢n hacer llegar sus opiniones a sus representantes pol¨ªticos". Por lo tanto, "nuestra posici¨®n de partida -nuestro trabajo- es publicar informaci¨®n si estamos convencidos de que es imparcial y veraz". Keller concluye que "nadie deber¨ªa pensar que tomamos esta decisi¨®n a la ligera, por animosidad contra el Gobierno o sin calibrar cuidadosamente los asuntos implicados".

Mientras, el congresista republicano Peter King ha pedido una investigaci¨®n penal para determinar si The New York Times ha violado la ley de Espionaje de 1917 y otras normas sobre divulgaci¨®n de informaci¨®n clasificada. King, que preside el Comit¨¦ de Seguridad de la C¨¢mara, cree que es "delito de traici¨®n": al revelar el programa "en tiempos de guerra", argument¨® en la Fox, "han comprometido la pol¨ªtica antiterrorista". "Nadie ha elegido a The New York Times", a?adi¨® el congresista, "para hacer nada; y ellos ponen su propio programa arrogante, elitista e izquierdista por delante de los intereses de los norteamericanos".