Demasiada grandilocuencia
El joven equipo de Luis revent¨® tras haberse hinchado demasiado, pero la idea de juego deber¨ªa ser esta vez irrenunciable
Y, de repente, la selecci¨®n espa?ola hizo ploff como si se tratara de un globo, hermoso cuando se infla y estridente cuando se pincha, sobre todo de forma repentina. Al equipo de Luis se le revent¨® la pelota despu¨¦s de hincharla demasiado y regresa de la Copa del Mundo con la misma rapidez con la que lleg¨® a Alemania. Nada nuevo, por otra parte, puesto que le ha pasado m¨¢s o menos lo mismo que cuando compiti¨® con Camacho en Jap¨®n y Corea, con Clemente en Francia y Estados Unidos o con Su¨¢rez en Italia. Muchas maneras diferentes de jugar a f¨²tbol para acabar siempre en el mismo hoyo.
Espa?a quema los torneos sin remisi¨®n y la federaci¨®n va consumiendo seleccionadores. A falta de una identidad colectiva, cada equipo tiene el sello de su entrenador. Hay, sin embargo, detalles a tener en cuenta para el futuro, con independencia del t¨¦cnico, sobre todo si se atiende a que la selecci¨®n que se ha alineado en Alemania era la m¨¢s joven de cuantas ha acudido a una fase final de un Mundial: su media de edad era de 23 a?os.
A Espa?a le perdi¨® no saber jugar un partido tras haber sido un equipo reconocible
No es extra?o, consecuentemente, que haya penado por un exceso de juventud frente a una de las selecciones m¨¢s veteranas como es Francia. Ha cometido los errores propios de un novel ante un adulto. Todos los detalles que deciden un partido exigente jugaron en su contra por su falta de madurez: no supo jugar con un gol a favor, concedi¨® el empate poco antes de alcanzar el descanso y err¨® en la defensa de una falta lateral. Jug¨® la selecci¨®n en la cancha y desde el banquillo como si el empate tuviera el mismo valor que la derrota, convencida como estaba de la victoria por sentirse favorita. Aceler¨® demasiado y se perdi¨® por su falta de oficio y una mala lectura del partido.
La diferencia estuvo precisamente en que Francia ten¨ªa un plan para combatir a Espa?a mientras que Espa?a pensaba que hab¨ªa dado con una idea para aspirar a ganar el Mundial. Dom¨¦nech prepar¨® el partido a conciencia mientras que Luis labor¨® con una alineaci¨®n cantada desde que se conoci¨® el emparejamiento. Quiso profundizar el t¨¦cnico espa?ol en la posesi¨®n de la pelota y el franc¨¦s no s¨®lo se la concedi¨® sino que le neutraliz¨® con un despliegue de medios extraordinario.
Francia alej¨® a Espa?a tanto de la porter¨ªa que Barthez s¨®lo tom¨® un remate de Joaqu¨ªn con la zurda en la ¨²nica jugada que consigui¨® acabar en todo el partido. La defensa bleu le pudo al ataque de la roja y en cambio las llegadas francesas fueron m¨¢s profundas que las espa?olas, hasta el punto de que pareci¨® que al plantel de Luis le faltaba tensi¨®n defensiva y su ¨²nico recurso era achicar con la l¨ªnea del fuera de juego. El equipo espa?ol result¨® demasiado ligero e inexperto ante el pesado y maduro cuadro franc¨¦s, feliz por jugar siempre el mismo partido.
Existe, ciertamente, la sensaci¨®n de que Luis hab¨ªa dado con una alineaci¨®n de 14 jugadores de manera un tanto improvisada. Los laterales se estrenaron en el torneo, la ubicaci¨®n de Ra¨²l es un problema eterno, no se supo nunca qu¨¦ condicionaba la alineaci¨®n de Senna o de Cesc y el aprovechamiento de las jugadas de estrategia provoc¨® la sensaci¨®n de que le sobraba gol: Torres y Villa dejaron de presionar porque compet¨ªan por el Pichichi. Demasiada grandilocuencia para un equipo muy tierno, ingenuo, falto de liderazgo y sobre todo de futbolistas desequilibrantes.
La forma abrupta como afront¨® y acab¨® el torneo invita igualmente a tomar decisiones r¨¢pidas. No habr¨ªa que olvidar, en cualquier caso, que a Espa?a le perdi¨® no saber jugar el partido decisivo despu¨¦s de haber sido un equipo felizmente reconocible en la fase previa. Aunque no le ha eximido de la alineaci¨®n, la selecci¨®n de Luis ha tenido estilo sobre todo con la alineaci¨®n de Xabi Alonso y Xavi Hern¨¢ndez. Objetivamente el equipo necesita cuerpo y un trabajo espec¨ªfico para ganar consistencia y competitividad, circunstancias que se pueden mejorar con cambios en la alineaci¨®n. La idea de juego, en cambio, deber¨ªa ser irrenunciable y, por tanto, se puede trabajar en la misma direcci¨®n. Y es que Espa?a afront¨® el Mundial con un equipo a medio plazo. Las prisas crearon la falsa sensaci¨®n de que ya estaba a punto incluso para destronar a Brasil.
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