Ch¨®feres de autobuses interurbanos sufren agresiones de j¨®venes los fines de semana

Los ch¨®feres de los autobuses de l¨ªnea que realizan trayectos de noche desde el intercambiador de Moncloa a diferentes puntos de la regi¨®n tienen miedo. Varios han sufrido agresiones en los ¨²ltimos meses por j¨®venes que se suben a su autob¨²s. Se niegan a pagar el billete, fuman, orinan, insultan a los ch¨®feres o les agreden. El ¨²ltimo incidente se vivi¨® en la noche del s¨¢bado, cuando Dar¨ªo Rodr¨ªguez recibi¨® una paliza a manos de cinco adolescentes en Navacerrada. El sindicato UGT pide medidas urgentes para evitar m¨¢s violencia. Este peri¨®dico ha recogido el testimonio de tres de los conductores agredidos.

Dar¨ªo Rodr¨ªguez, de 35 a?os y conductor de los autobuses de l¨ªnea nocturnos de la empresa Larrea, sali¨® el s¨¢bado a la una de la madrugada desde Moncloa con destino a Navacerrada. Uno de los pasajeros no quiso pagar su billete. Alegaba que tan s¨®lo pasaba un rato de la hora a la que expiraba su abono diario. Discutieron acaloradamente, pero otros viajeros terminaron persuadi¨¦ndole de que deb¨ªa pagar el billete. Lo hizo y sigui¨® insultando a Dar¨ªo. "Me llamaba reventado y despreciaba mi trabajo. Pero yo lo hago muy a gusto", dice explicando que hace unos meses pidi¨® el cambio al servicio nocturno para "pasar m¨¢s horas con la familia".

En Villalba se mont¨® un amigo del agresor, y en Becerril otros dos m¨¢s. Dar¨ªo iba charlando con algunos pasajeros a los que conoce desde hace meses. Pero los insultos empezaron a subir de tono. Al final del trayecto, en Navacerrada, s¨®lo quedaban en el autob¨²s dos pasajeros y los tres chavales que le increpaban. Seg¨²n cuenta Dar¨ªo, ¨¦stos siguieron armando foll¨®n y amenaz¨¢ndole. "Les avis¨¦ de que iba a llamar a la Guardia Civil", cuenta. Entonces empezaron a agredirle. "Se colgaban de las barras del autob¨²s y me daban patadas y pu?etazos", explica todav¨ªa consternado. Uno de los j¨®venes termin¨® con la nariz rota. Dar¨ªo cree que pudo darle un golpe cuando se defend¨ªa.

Los chavales abandonaron el autob¨²s y los dos pasajeros se bajaron. El conductor avanz¨® unos metros para llamar a la polic¨ªa, pero de nuevo, varios amigos de los agresores rodearon el autob¨²s y terminaron irrumpiendo en el interior. "Me pillaron en el asiento y empezaron a golpearme en la cabeza", relata. La agresi¨®n termin¨® cuando unos transe¨²ntes acudieron a socorrerle. Pero horas m¨¢s tarde, volvi¨® a recibir amenazas, esta vez de uno de los padres de los agresores. "Me dijo que me iba a reventar la cabeza". "Nunca me hab¨ªa visto en una situaci¨®n as¨ª, pero empieza a ser frecuente entre los conductores que trabajamos de noche", advirti¨® ayer Dar¨ªo, que ahora se encuentra de baja y que tiene heridas en la cabeza, moratones en brazos y piernas y una contractura de cuello. Present¨® denuncia en comisar¨ªa.

Muchos de los trabajadores de las seis empresas que realizan los recorridos nocturnos que ayer trabajaban en Moncloa corroboran las denuncias de inseguridad. "A partir de la una de la madrugada cierran el intercambiador de Moncloa y tenemos que salir desde el Paseo de Moret", cuenta Esteban Pascual, conductor y presidente del comit¨¦ de empresa de Autoperiferia, otra de las empresas que realizan trayectos similares, y en la que trabajan alrededor de 200 conductores que alternan los turnos, incluido el de noche. "Los que suben vienen del botell¨®n en el parque del Oeste. No quieren pagar el billete, fuman porros en el autob¨²s, a veces orinan dentro. En enero unos locos quemaron un autob¨²s en Villalba", contin¨²a Pascual. "Tenemos que hacer la vista gorda para evitar las agresiones", se lamentaba ayer mientras comentaba la situaci¨®n con otros conductores en la estaci¨®n de Moncloa. Los ch¨®feres, dicen, tienen orden de sus empresas de no enfrentarse a quienes no pagan el billete.

"Es un servicio fant¨¢stico para el ciudadano, pero tienen que protegernos", pide la mayor¨ªa de los afectados.

A Miguel ?ngel Ferreras, conductor de la l¨ªnea 903, lo cosieron a pedradas hace poco porque a algunos de sus pasajeros no les gust¨® el nuevo recorrido del autob¨²s. "Al final del trayecto, en Monterrosas, me baj¨¦ a orinar, y cuando volv¨ªa al autob¨²s me persiguieron varios chavales que no llegaban a 18 a?os con palos y piedras", relata. Su autob¨²s lleg¨® al garaje con las lunas rotas.

Adolfo Jim¨¦nez, un inspector de estaci¨®n de Autoperiferia, insist¨ªa: "Es un problema de inseguridad muy fuerte. Uno solo no puede hacer nada contra muchos agresores". Varios conductores se a?aden a la conversaci¨®n y cuentan trifulcas de los ¨²ltimos meses. "Ayer a Emilio le vaciaron un extintor dentro del autob¨²s", dice uno. A otro, cuentan, le tiraron una navaja por la ventanilla. "Aqu¨ª no hacen caso a nadie. Nos han quemado un autob¨²s y ha habido varias agresiones", explica Julio Mateo, del comit¨¦ de empresa de Larrea. "Siempre ha habido problemas por la noche, pero ahora... Al final va a haber que suspender el servicio", advierte.