Nuevas necesidades y nuevos necesitados

Rafael Blasco se estren¨® como consejero de Sanidad con la tarjeta sanitaria cinco millones. De hecho, ante el Ministerio de Sanidad ha esgrimido un total de 5.007.000 tarjetas sanitarias, es decir, de personas susceptibles de ser atendidas por el Servicio Valenciano de Salud.

La tarjeta sanitaria (SIP) tiene un cierto car¨¢cter inflacionista, puesto que se distribuye sin mayor control a personas itinerantes, pero las cifras muestran una tendencia. Entre diciembre de 2005 y mayo de 2006, el sistema sanitario valenciano incorpor¨® 50.000 potenciales usuarios. Una sencilla regla de tres apunta que a finales de a?o, la poblaci¨®n protegida habr¨¢ crecido en torno a 120.000 personas.

La evoluci¨®n de la poblaci¨®n efectivamente protegida por el sistema nacional de salud en los ¨²ltimos a?os subraya la validez de la hip¨®tesis. A lo largo de 2002, la poblaci¨®n oficialmente protegida por el sistema nacional en territorio valenciano sum¨® 120.000 personas. En 2003, 140.000. En 2004, apenas 70.000. Y en 2005, algo m¨¢s de 150.000, como resultado de la regularizaci¨®n de inmigrantes impulsado por el Gobierno.

Los porcentajes de crecimiento de la poblaci¨®n protegida, superiores al 3% en varios a?os consecutivos, no tienen parang¨®n a escala europea y son m¨¢s propios de pa¨ªses en v¨ªas de crecimiento.

Pero los servicios que reciben los usuarios, adem¨¢s, se actualizan al ritmo de la evoluci¨®n tecnol¨®gica m¨¢s fren¨¦tica. Las nuevas prestaciones generan nuevas demandas y costes.

Todas las cifras que baraja el sistema nacional de salud proceden de presupuestos oficiales. Pero cuando se liquidan los presupuestos y aparecen en los cajones facturas por valor de 1.200 millones de euros que no se pudieron asumir en 2004, o cuando los proveedores denuncian que tardan dos a?os en cobrar los productos que sirven al Servicio Valenciano de Salud es cuando se aprecia el aut¨¦ntico calibre del problema.