Un duelo imprevisto lleno de atractivos
Con Zidane y Figo a la cabeza, Francia y Portugal se miden con deudas pendientes
Se esperaba a Brasil, pero llega Francia. Se pensaba en Inglaterra, pero el semifinalista es Portugal. En M¨²nich se jugar¨¢ un partido imprevisto al que no faltan atractivos. La presencia de Zidane y Figo deber¨ªa obligar a la nostalgia. Los dos se acercan al final de sus carreras. En el caso de Zidane es una retirada inminente: quiz¨¢ hoy si Francia pierde frente a los portugueses. Cuesta creerlo, por lo visto en el Mundial, donde el jugador franc¨¦s se ha liberado de tensiones y tristezas. Con el foco puesto en el torneo de su despedida, Zidane ha recuperado la energ¨ªa que le ha faltado en los dos ¨²ltimos a?os. De su maestr¨ªa no hab¨ªa duda. Su actuaci¨®n ante Brasil puede acreditarle como el jugador del Mundial, candidatura sorprendente para un jugador que apareci¨® en Alemania como su equipo, con un perfil bajo y entre cr¨ªticas. Francia, que pas¨® dificultades para clasificarse cuando tuvo la obligaci¨®n de confirmar su condici¨®n de favorito, ha crecido m¨¢s que ning¨²n otro equipo en la segunda fase. Parece que el Mundial es implacable con los favoritos. Espa?a y Brasil jugaron con esa etiqueta ante Francia. Salieron derrotados. Ahora le toca a Francia estar a la altura de los elogios que ha recibido en los dos ¨²ltimos encuentros. Vuelve a una situaci¨®n que no suele manejar bien. Los franceses fueron fulminados en el Mundial 2002 y fracasaron en la Eurocopa 2004. En las dos ocasiones encabezaban los pron¨®sticos. A los portugueses les viene de perlas ir de tapados. Lo fueron frente a Inglaterra y Holanda. En M¨²nich interpretar¨¢n el mismo papel.
Los franceses parten como favoritos. Es lo malo de jugar bien y ganar
Portugal tiene una deuda pendiente con Francia. Hace seis a?os, en la Eurocopa, los franceses se impusieron en las semifinales tras anotar un penalti que todav¨ªa escuece en Portugal. Abel Xavier desvi¨® con el brazo un remate que entraba por el primer palo. ?Mano voluntaria o involuntaria? El ¨¢rbitro decret¨® penalti y los jugadores portugueses armaron el bochinche. A la cabeza, Figo, que estaba en el apogeo de su carrera y a un minuto de firmar por el Real Madrid. Figo se indign¨® tanto que se march¨® al vestuario antes de terminar el encuentro. La UEFA mir¨® hacia otro lado y no sancion¨® al jugador portugu¨¦s por la infracci¨®n. En aquel partido, Portugal discuti¨® a Francia la supremac¨ªa en el f¨²tbol europeo. Eran los tiempos de V¨ªtor Baia, Couto, Figo, Rui Costa y Joao Pinto, representantes de la gran generaci¨®n portuguesa de los a?os noventa. S¨®lo queda Figo en este equipo. Ya no es el mejor jugador portugu¨¦s, pero se mantiene como l¨ªder de una selecci¨®n que ha superado su viejo d¨¦ficit competitivo. Aunque no emociona con su juego, Portugal ha encontrado la manera de superar todas las dificultades.
Si Figo es el l¨ªder, los jugadores m¨¢s importantes son el portero Ricardo, el centrocampista Maniche y las dos estrellas actuales: Deco y Cristiano Ronaldo. A Portugal no le faltan buenos jugadores. Le falta un goleador de ley. Pauleta no es el delantero m¨¢s fiable del mundo. Tendr¨¢ dificultades para imponerse a Thuram y Gallas, autores de un magn¨ªfico Mundial. A Portugal le sobra oficio, es decir, la manera de llevar los partidos al terreno que m¨¢s le conviene. Si eso significa endurecer los encuentros, se endurecen. Es un equipo que obedece a la l¨ªnea marcada por Felipe Scolari, el t¨¦cnico que dirigi¨® a Brasil en el Mundial 2002, y que sigue la l¨ªnea de Mourinho en el Oporto. Portugal prefiere los partidos trabados, donde los rivales se descentran porque ocurren demasiadas cosas al margen del f¨²tbol.
Francia no saldr¨¢ como v¨ªctima. Ser¨¢ interesante la respuesta ante esa circunstancia. Hasta el momento ha sido la selecci¨®n m¨¢s firme del Mundial. Jug¨® bien frente a Espa?a y bail¨® a Brasil, con una excepcional actuaci¨®n de tres de sus cuatro jugadores m¨¢s representativos: Zidane, Vieira y Thuram. El cuarto es Henry, decisivo como autor del tanto de la victoria, pero lejos del nivel que se le supone. El mejor Henry convertir¨ªa en imparable a la selecci¨®n francesa. Sin embargo, por razones misteriosas, su conexi¨®n con Zidane no es lo fluida que podr¨ªa antojarse. Hoy tienen un buen d¨ªa para cambiar el curso de su relaci¨®n en el campo. Zidane ha jugado como en sus mejores tiempos. Henry quiere colocarse como jugador del a?o. Los dos tienen motivos para afrontar la semifinal con garant¨ªas: Francia es favorita, aunque no lo quiera. Es lo malo de jugar bien y ganar. Todos los rivales tienen una coartada para especular.
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