"Ante Nadal estar¨ªa asustado"
Santana, ganador en 1966, cree que el manacor¨ª tambi¨¦n puede vencer a Federer en la hierba
Cuando llega a Wimbledon, Manolo Santana se siente como en su casa. Precisamente ahora se cumplen 40 a?os de su victoria en la catedral del tenis y la gente le sigue parando y pidiendo aut¨®grafos. Aqu¨ª es considerado un gran personaje, un campe¨®n que se pasea con la placa de miembro de honor del All England Club. "Cuando gan¨¦, en 1966", confiesa, "descubr¨ª que hab¨ªa hecho algo muy importante en mi vida". Y lo dice un hombre que gan¨® dos Roland Garros (1961 y 1964) y un Open de Estados Unidos (1965). "Y estoy convencido de que tambi¨¦n Rafael Nadal podr¨¢ sentir lo mismo cuando gane este a?o, el que viene o en los pr¨®ximos. Porque ganar¨¢".
Cuando Santana fue campe¨®n, todo era distinto, menos el protocolo. Ya entonces, el triunfador abr¨ªa el baile de la gala de campeones que cierra el mismo domingo las dos semanas del torneo. "Lo abr¨ª con Billie Jean King", la ganadora aquel a?o. "Fue el primer baile de mi vida", le dijo la estadounidense. En aquel 1966, el madrile?o jug¨® con una raqueta de madera Slazenger mientras que su rival en la final, el tambi¨¦n norteamericano Dennis Ralston, lo hizo con una Spalding. Lo m¨¢s curioso, sin embargo, es que, a pesar de que la pista central estaba completamente llena y que los ingresos econ¨®micos de la competici¨®n eran enormes, ni Wimbledon ni ning¨²n grand slam pagaban un c¨¦ntimo a los campeones. "A m¨ª me dieron una r¨¦plica del trofeo y un cheque de 20 libras para comprar material deportivo en una tienda londinense", recuerda Santana.
"Federer sabe que, si no le gana aqu¨ª, no le ganar¨¢ en ninguna otra superficie. Una presi¨®n que tal vez no soporte"
"Rafa no me va a quitar nada. Pero me igualar¨¢ y me superar¨¢. Se convertir¨¢ en nuestro campe¨®n m¨¢s grande"
Jugar en Wimbledon le cost¨® alrededor de 4.000 d¨®lares de la ¨¦poca, una fortuna, entre la residencia que alquil¨®, los desplazamientos -en taxi- y la manutenci¨®n. "La ¨²nica ventaja fue que, despu¨¦s de ganar, nos pusimos de acuerdo [el australiano] Roy Emerson y yo, que entonces ¨¦ramos los mejores, para establecer un fijo de 5.000 d¨®lares para cada uno en los torneos que quisieran tenernos". L¨®gicamente, Santana viajaba entonces sin entrenador. En la pista estaban s¨®lo sus amigos Jos¨¦ Luis Arilla, el argentino Eduardo Soriano, el italiano Nicola Pietrangeli y su primera esposa. En los descansos, los jugadores no pod¨ªan sentarse, ni recibir asistencia m¨¦dica -Santana tuvo que superar el dolor de un peque?o tir¨®n en la espalda- ni ir al lavabo. Pero, en cambio, s¨ª pudo lucir en su camiseta un escudo del Real Madrid. Cuando concluy¨® el partido, recibi¨® el trofeo de manos de la duquesa de Kent, que hab¨ªa pedido que jugara todos los partidos en la pista central y luego le invit¨®, de forma extraordinaria, a tomar el t¨¦ con su marido.
Desde que gan¨®, Santana no volvi¨® a acudir a la gala de los campeones. Sin embargo, con la permuta de directiva del All England Club, este a?o volvi¨® a ser invitado con motivo del 40? aniversario de su victoria. "Y no saben la ilusi¨®n que me hizo porque coincide con el a?o de la explosi¨®n de Nadal", explica el ¨²nico campe¨®n espa?ol en Wimbledon, s¨®lo emulado por Conchita Mart¨ªnez, en 1994, entre las mujeres. "Algunos me han dicho que Rafa me va a quitar algo", agrega; "pero yo les respondo que no. Mi t¨ªtulo no me lo quita nadie. Nadal va a igualarme y seguro que despu¨¦s va a superarme porque se convertir¨¢ en el campe¨®n m¨¢s grande de la historia de nuestro tenis. Estoy convencido de que va a ganar Wimbledon, pero tambi¨¦n el Open de Estados Unidos y el de Australia. Roland Garros ya lo tiene. Su reto ahora es Wimbledon. Y se ir¨¢ marcando otros".
Santana no tiene ahora ojos m¨¢s que para Nadal, de quien se confiesa un admirador absoluto. "Es el ¨²nico espa?ol que se ha planteado en serio ganar este torneo. Y puede hacerlo. A Rafa le pones unos patines y sigue jugando bien al tenis. Muchos se cuestionaban si podr¨ªa jugar bien en Wimbledon por su manera de agarrar la raqueta y porque no voleaba bien. Pero tiene 20 a?os y asimila tan r¨¢pidamente las cosas que est¨¢ jugando en la hierba tal c¨®mo ahora se juega en esta superficie: corriendo bien, yendo a la red a rematar los puntos, restando incre¨ªblemente y habiendo cogido una solidez con el saque que cuesta mucho romperle. Era todo lo que le faltaba y ya lo tiene. ?Imag¨ªnese lo que puede pasar dentro de tres a?os!", razona.
Cuando se impuso en 1966, Santana hab¨ªa renunciado al torneo de Roland Garros para poder prepararse mejor para la hierba. Pero a Nadal le bast¨® jugar en el torneo Queen's la semana siguiente de su triunfo en Par¨ªs y llegar una semana antes a Wimbledon. "Antes, el tenis era un asunto de anglosajones", contin¨²a Santana; "tres de los cuatro grandes se jugaban en hierba y Roland Garros era muy poco considerado. Nadie crey¨® en m¨ª hasta que gan¨¦ Wimbledon. Ahora es distinto. Ning¨²n jugador puede renunciar a Roland Garros. Y menos Rafa, porque creo que lo va a ganar los pr¨®ximos tres o cuatro a?os". ?Y Federer? "Puede ganar en Par¨ªs... si Nadal tiene un mal d¨ªa. Es el ¨²nico que le puede superar en tierra".
Federer, sin embargo, tambi¨¦n es el gran favorito para Santana en la catedral. "Actualmente, es m¨¢s completo que Nadal. Ha ganado ya tres a?os seguidos. Pero, cuando yo jugaba y ten¨ªa que enfrentarme a Emerson, me pon¨ªa nervios¨ªsimo porque me ganaba muchas veces y sab¨ªa c¨®mo jugarme. En cambio, me daba igual enfrentarme a Rod Laver [otro australiano]. Aqu¨ª ocurre lo mismo con 40 a?os de diferencia. Si yo tuviera que enfrentarme a Rafa estar¨ªa asustado. Federer sabe que tendr¨¢ enfrente a un t¨ªo que se lo devolver¨¢ todo y que, si no le gana en la hierba, no le ganar¨¢ en ninguna otra superficie. Y eso puede pesar mucho. Es una presi¨®n que tal vez Federer no soporte".
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