"Es de justicia que Alba estudie en el centro que elija"

"Si es necesario que la Complutense asuma el gasto de traslado a la Facultad, lo haremos". El rector de la Universidad Complutense de Madrid, Carlos Berzosa, se refiere a Alba Ga?¨¢n (17 a?os) que, con una nota media de un 8,62 tras la selectividad, ve peligrar su llegada a la ense?anza superior por falta de apoyos: sufre una discapacidad grave y ha de desplazarse en silla de ruedas (ver EL PA?S del 19 y 29 de junio).

La joven tiene muy claro que quiere estudiar Filolog¨ªa ?rabe y que lo quiere hacer en la Complutense. "De ninguna manera esa ni?a puede ser discriminada", a?adi¨® Berzosa en conversaci¨®n con este peri¨®dico. "Con esas notas, es de justicia que estudie la carrera que elija", afirm¨®.

"Si es necesario que asumamos el gasto de traslado a la facultad, lo haremos"

Alba est¨¢ ilusionada. Despu¨¦s de que se le hubieran ido cerrando puertas -primero comprob¨® personalmente que no podr¨ªa usar el transporte p¨²blico y, despu¨¦s, que era muy complicado conseguir las ayudas suficientes como para pagar el taxi adaptado-, se le empezaron a abrir otras. El CERMI (Comit¨¦ Espa?ol de Representantes de Minusv¨¢lidos) solicit¨® para ella la semana pasada una plaza en el Colegio Mayor Luis Vives, en Madrid, m¨¢s cerca de la Facultad (su domicilio familiar est¨¢ a 20 kil¨®metros), donde recibir¨ªa asistencia 24 horas gracias a un programa piloto de la Comunidad de Madrid.

"Me encanta la idea. No s¨®lo ir¨ªa a la Facultad, sino que tendr¨ªa independencia", asegura con voz algo cansada. Tiene que hacer muchos papeles, aunque no le importa -"s¨¦ que todo esto le va a servir a muchas otras personas en mi situaci¨®n", dice-, pero adem¨¢s, aunque ya est¨¦ de vacaciones, se tiene que levantar a las siete de la ma?ana porque su madre ha de dejarla "preparada" antes de irse a trabajar. Cansada, pero todav¨ªa m¨¢s ilusionada al conocer el ofrecimiento del rector de la Complutense. "Eso est¨¢ fenomenal", dice riendo.

Mientras tanto, en la universidad siguen intentando dar con la soluci¨®n. "El problema es que en este momento tenemos otros nueve alumnos con discapacidad grave, como Alba, y tenemos que tratarlos a todos por igual", explic¨® el rector. Hasta ahora, el coste del transporte al campus de estos alumnos ha corrido a cuenta de su familia o del ayuntamiento donde residen. "Vamos a hablar con la Comunidad de Madrid [ya le han mandado una carta a la Consejer¨ªa de Servicios Sociales], con el Ayuntamiento de San Fernando [donde reside Alba], y con la ONCE para solucionar entre todos el problema", dijo Berzosa.

Alba, al igual que los otros nueve alumnos con discapacidad grave, contar¨¢ con un becario de la Oficina de Integraci¨®n de la Complutense, creada cuando Berzosa asumi¨® el cargo. Esta persona le asistir¨¢ durante todas las horas que pase en el campus. Tambi¨¦n otros compa?eros, a cambio de cr¨¦ditos acad¨¦micos, le echar¨¢n una mano con los apuntes. "La oficina tiene unos recursos limitados", explica el rector, "pero las personas que la llevan est¨¢n haciendo una enorme labor".

El problema es que, aunque el becario que ayude a Alba vaya a recibir un curso de formaci¨®n, "sigue sin ser personal especializado", capaz de responder a cualquier situaci¨®n, por delicada que sea, asegura Antonia Dur¨¢n, responsable de la Oficina de Integraci¨®n de la Complutense. "Estos chicos necesitan asistentes personales, como los que ofrecen las universidades suecas o noruegas. Si se quiere hacer una pol¨ªtica de integraci¨®n de la discapacidad, hay que invertir", asegura Dur¨¢n, que incluy¨® esta petici¨®n en la carta a la Comunidad de Madrid.

Descansando ya de los estudios, aunque sin dejar de lado su incansable afici¨®n a la lectura, Alba espera ahora que le contesten si le han dado la plaza en el colegio mayor y si podr¨¢ matricularse finalmente en la Universidad Complutense. Probablemente lo sabr¨¢ la semana que viene. En cualquier caso, tendr¨ªa que conocer cu¨¢les son sus posibilidades antes del 19 de julio, momento en el que tiene que formalizar su matr¨ªcula.