A?o 2056: fin de la hipoteca
Bancos y cajas se lanzan a por los treinta?eros con pr¨¦stamos inmobiliarios a 50 a?os
Ahora mismo hay j¨®venes con una hipoteca que terminar¨¢n de pagar en 2056. Ser¨¢n ancianos -en alg¨²n caso octogenarios- cuando, por fin, el piso sea suyo de verdad. Las generaciones que les han precedido se han aprovechado de los baj¨ªsimos tipos de inter¨¦s. Esto, a su vez, ha generado un boom inmobiliario que ha triplicado los precios de la vivienda desde 1998. Resultado: adquirir una casa es ahora m¨¢s dif¨ªcil que nunca. Y la ¨²nica manera de hacerlo es estirar hasta lo inveros¨ªmil el plazo del pago. A pesar, incluso, de que esto implique que se pague mucho m¨¢s por los intereses.
Las entidades financieras, que no se dan por vencidas a la hora de buscar nuevos clientes, se han lanzado a por los m¨¢s j¨®venes con hipotecas longevas que alcanzan el medio siglo. A falta de otra cosa, los j¨®venes aportan lo ¨²nico que tienen: a?os para pagar.
Los espa?oles dedican como promedio el 45% de su salario bruto al pago de su vivienda
Con las hipotecas largas, los bancos captan un cliente que quedar¨¢ 'cautivo'
A finales de 2005, la caja vizca¨ªna BBK ofreci¨® la primera hipoteca a 50 a?os, la m¨¢s larga del mercado, para menores de 35 a?os. Otras entidades en el Pa¨ªs Vasco, como Caja Vital, Caja Laboral o la Caja Rural Vasca han seguido el ejemplo. Pero no son las ¨²nicas que ofrecen hipotecas especiales para los m¨¢s j¨®venes. BBVA viene concediendo hipotecas a 40 a?os desde 2000; La Caixa, desde 2002; Santander, Caja Madrid y Caixa Catalunya se sumaron a la moda el a?o pasado. Eso s¨ª, no se presta a esos plazos a mayores de 35 a?os: de ah¨ª en adelante se considera que uno ya no tiene tiempo suficiente como para hacerse cargo del pago.
Julio Rodr¨ªguez, ex presidente del Banco Hipotecario y ex economista del Banco de Espa?a, cree que el alargamiento del plazo de las hipotecas es "una mala se?al", ya que constituye un s¨ªntoma claro de las dificultades de acceso a la vivienda. En 1991, en el anterior boom inmobiliario, el precio de mercado de una casa en Espa?a equival¨ªa a 5,5 veces el salario medio. Desde entonces, la vivienda ha subido el doble que los sueldos.
Rodr¨ªguez recuerda que los espa?oles dedican el 45% de su salario bruto al pago de su hipoteca. En Madrid se dispara hasta el 55% y en el Pa¨ªs Vasco a¨²n m¨¢s, hasta el 57,1%. Un viejo mantra bancario sol¨ªa asegurar que quienes dedican m¨¢s de la tercera parte de su renta al pago de su hipoteca entraban en el terreno de los sospechosos de acabar engrosando las listas de morosidad.
Ante este panorama, contratar una hipoteca a largo plazo resulta la ¨²nica soluci¨®n. Ejemplo: imaginemos una joven pareja de mileuristas, que aspira a comprar una vivienda razonable. Desechamos al mileurista que quiere vivir solo porque hoy en d¨ªa muy pocos valientes se atreven con una hipoteca en solitario, ya que hacen falta dos sueldos. Supongamos que la pareja de la historia ha encontrado una casa que le gusta y que cuesta 170.000 euros (precio medio de una vivienda media en Espa?a de 90 metros cuadrados). Y tambi¨¦n encuentra un banco que se la financia por completo. Los dos j¨®venes hacen cuentas: al actual tipo de inter¨¦s, la cuota mensual ser¨¢ de 827 euros si la hipoteca dura 30 a?os; si se estira a los 40 a?os, el recibo ser¨¢ de 727 euros. Pero si se deciden por la nueva hipoteca del medio siglo pagar¨¢n al mes 673 euros. Una rebaja sustancial para dos mileuristas.
Con las hipotecas largas, las entidades financieras consiguen un claro objetivo: captar un cliente que, casi con seguridad, quedar¨¢ cautivo varias d¨¦cadas. ?La raz¨®n? Nadie suele cambiar de banco mientras tiene una hipoteca. Adem¨¢s, muchas entidades exigen la domiciliaci¨®n de la n¨®mina, lo que suele impulsar a hacer lo propio con los dem¨¢s recibos habituales. Todo ello es negocio para la entidad.
Aunque no todo son ventajas. El mayor plazo implica tambi¨¦n un mayor riesgo. El Banco de Espa?a ya ha alertado del asunto. El portal del cliente bancario que el Banco de Espa?a ofrece en su web (www.bde.es) advierte de algo que se puede olvidar al contratar una hipoteca a muy largo plazo o con periodos de carencia -s¨®lo se pagan los intereses-: que cuanto mayor es la flexibilidad de un pr¨¦stamo en cuanto a sus condiciones y a sus cuotas mensuales, mayor es su coste total. Esto lo ilustran los mileuristas de esta historia. Al final de la hipoteca, la pareja, cuyo piso costaba 170.000 euros, habr¨¢n pagado, a lo largo de los 50 a?os, 223.000 m¨¢s de intereses.
Adem¨¢s, las ventajas de contar con una cuota m¨¢s barata gracias a alargar el plazo disminuyen seg¨²n aumentan los tipos de inter¨¦s, circunstancia ¨¦sta con la que hay que contar en la actualidad. Esto significa que la previsible subida de tipos perjudicar¨¢ mucho m¨¢s a la pareja de mileuristas y a su hipoteca de 50 a?os que a otros compradores con pr¨¦stamos m¨¢s cortos.
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