El ruso que se relaja lavando el 'culotte'
Menchov, uno de los favoritos, cree que se puede ser competitivo sin un m¨¦dico privado u oculto
No hay secretos en el Tour. Flecha, que comparte habitaci¨®n con Menchov y que, cuando no pedalea, habla, o lee, o sigue hablando, cada vez que entra al ba?o tiene que pelearse con la ropa tendida. Un maillot, un culotte, unos calcetines cortos sec¨¢ndose sobre la ba?era, lo que da a la imagen un sabor ¨²nico, a?os 70: ahora los equipos tienen lavadora autom¨¢tica en los camiones y los ciclistas no tienen que frotar antes de acostarse. Un gusto que a los nost¨¢lgicos les puede encantar, pero que a Menchov no le interesa precisamente que se divulgue. "Bueno, s¨ª; bueno, no", tartamudea el ciclista ruso. "Bueno, no me lavo la ropa todos los d¨ªas, s¨®lo algunos. Y lo hago m¨¢s como un ejercicio para relajarme, para matar el tiempo". Para aliviar, quiz¨¢s, la presi¨®n de sentirse uno de los favoritos.
Denis Menchov, de 28 a?os, gan¨® la ¨²ltima Vuelta a Espa?a despu¨¦s de la descalificaci¨®n por dopaje de Roberto Heras. Individualista y decidido, Menchov, residente en Pamplona, dos hijos, una ni?a en camino, afronta su carrera como un camino paralelo a su camino vital, su ruta hacia la madurez, un objetivo que ya siente cercano. En 2005, cuando abandon¨® el vivero de Jos¨¦ Miguel Ech¨¢varri, se comprometi¨® con el preparador italiano Luigi Cecchini, que gui¨® sus entrenamientos hacia el Tour. La experiencia fue un fracaso, una rodilla reincidente, un catarro a destiempo. Un horror. Terminada la carrera francesa, Menchov llam¨® a Cecchini. "Luigi, prefiero seguir solo", le dijo; "tengo estudios de preparaci¨®n f¨ªsica, conozco mi cuerpo como nadie, yo mismo ser¨¦ mi entrenador". "Te equivocas", le respondi¨® Cecchini; "despu¨¦s de la Vuelta, volver¨¢s a llamarme para seguir conmigo".
Quien tuvo que llamar fue Cecchini, un caballero. "Ten¨ªas raz¨®n. El equivocado era yo", le dijo al ruso tras la Vuelta. "Yo romp¨ª", cuenta Menchov, "porque s¨¦ que la madurez f¨ªsica de un ciclista llega a los 27-28 a?os. Son mis a?os, una edad en la que empiezo a expresar todo mi trabajo anterior, y ten¨ªa miedo de que un cambio de preparaci¨®n lo trastocara todo".
As¨ª que todo suena a par¨¢bola ejemplar para los tiempos que vienen. Y eso ser¨ªa si no fuera Menchov, un hombre de car¨¢cter, su protagonista. "No quiero ponerme como ejemplo, pero, s¨ª, en el ciclismo actual es posible ser competitivo sin tener m¨¦dico privado u oculto, s¨®lo con el seguimiento del equipo", dice; "lo m¨¢s importante es el motor de un deportista, lo que t¨² eres. Lo que te pueden aportar no pasa del 5%".
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