Los editores piden una relaci¨®n fuerte con los autores para proteger los derechos de creaci¨®n

La digitalizaci¨®n ha agitado el sector editorial. La aparici¨®n de los buscadores de libros en Internet, con millones de p¨¢ginas de acceso gratuito, obliga a replantear la propiedad intelectual y los derechos de autor. Grandes editores europeos -el espa?ol Jos¨¦ Manuel Lara, el franc¨¦s Antoine Gallimard y el italiano Gian Arturo Ferrari- defendieron ayer, en el 22? Encuentro sobre la Edici¨®n, la recuperaci¨®n de la relaci¨®n directa con los autores y el establecimiento de contratos fuertes para defender los derechos de ambas partes y el papel del editor en la creaci¨®n de libros.

Beatriz de Moura, directora de la editorial Tusquets y del 22? Encuentro sobre la Edici¨®n, que se celebra en la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo de Santander, enmarc¨® el debate sobre la adaptaci¨®n del sector editorial a los tiempos digitales con un tono de cr¨ªtica hacia la desatenci¨®n progresiva del contrato con el autor. "Su valor moral y econ¨®mico ha quedado diluido", dijo. "Algo hemos hecho mal".

El presidente del Grupo Planeta, Jos¨¦ Manuel Lara, retom¨® la importancia de los contratos para defender los derechos de autores y editores ante la reproducci¨®n digital. Espa?a, dijo, es el pa¨ªs con mayor fragmentaci¨®n en los contratos entre editores y autores. "Es imposible defender los derechos con 27 contratos de diferente tiempo, extensi¨®n y mercado para una misma obra", a?adi¨®. "El problema se multiplica en Espa?a porque los derechos de autor no est¨¢n claros en la legislaci¨®n". Lara abog¨® por recuperar la relaci¨®n directa con los autores y la unidad de los editores para afrontar las dificultades que se derivan de Internet.

La reforma de la ley

La ministra de Cultura, Carmen Calvo, reiter¨® ayer en la inauguraci¨®n del encuentro el compromiso de reformar la Ley de Propiedad Intelectual antes de que finalice la legislatura, para adaptar la normativa al nuevo panorama digital.

Antoine Gallimard, el nieto del fundador de Editions Gallimard, presidente de la compa?¨ªa desde 1988, cree que la asociaci¨®n entre editores y escritores se ha banalizado y ha evolucionado hacia una relaci¨®n material que ha olvidado la uni¨®n m¨¢s personal. "El contrato contiene un derecho moral y patrimonial", defendi¨®.

Gian Arturo Ferrari, director general de Mondadori y vicepresidente de Einaudi, coincidi¨® en que la relaci¨®n autor-editor es b¨¢sica en el negocio, que vive un momento dulce en todo el mundo, a pesar, puntualiz¨®, "de la poderosa presi¨®n con muchas caras que ejercen los gigantes del software". Contra "el ladr¨®n de la era digital" propuso la lucha conjunta de los editores.

El director de Mondadori se considera "un espejo" en el que el autor se puede reflejar. "Los escritores necesitan otra persona que conf¨ªe en ellos y que arriesgue por ellos. Somos los estabilizadores de los autores". Por ello reivindica para el editor una parte importante del resultado final en cada obra que llega a las librer¨ªas. "El libro no existe realmente hasta que es publicado, es s¨®lo un texto. Y el libro ser¨¢ diferente seg¨²n como sea publicado. Es nuestro trabajo: arriesgar y confiar. El editor no es coautor, pero s¨ª es cocreador del libro". Como tal, defiende para ellos una parte de los derechos que las obras generan, sea cual sea el soporte utilizado. Si para los autores suponen "la protecci¨®n de su libertad", la parte pr¨¢ctica que, simplemente, "garantiza su supervivencia", para los editores es "la gratificaci¨®n por la participaci¨®n en el proceso de cocreaci¨®n del libro, por asumir el riesgo de publicarlo".

De Moura arremeti¨® contra los buscadores de Internet que quieren reproducir libros en la Red con acceso libre, digitalizando los t¨ªtulos propiedad de bibliotecas p¨²blicas, como Google Book Search. "Pretenden abducir los derechos de los creadores. Empezaron con los m¨²sicos y ahora lo hacen con escritores y editores", dijo. "El populismo y la demagogia est¨¢n de su lado". La directora de Tusquets consider¨® "una ingenuidad" que las empresas que gestionan los buscadores en Internet se comprometan a pagar a los autores y editores los derechos que genere la reproducci¨®n de sus obras.

Gallimard no rechaza las virtudes de Internet para difundir los libros, pero siempre que se generen derechos de autor. Gallimard, radical en la defensa del precio ¨²nico del libro y de la estricta regulaci¨®n del sector, exigi¨® a Google que retirara sus t¨ªtulos del buscador. "Entre el gratis total y la protecci¨®n excesiva el camino es angosto, pero cualquier trabajo pide una remuneraci¨®n", defendi¨®.