De los asesinatos por 'honor' a los suicidios forzados
Algunas familias turcas inducen a sus hijas a quitarse la vida para 'lavar' la 'deshonra' de enamorarse o ir al cine
A la joven Derya, de 17 a?os, le dio la orden de quitarse la vida su t¨ªo, con un mensaje a su tel¨¦fono m¨®vil: "Has manchado nuestro nombre. M¨¢tate y limpia nuestra verg¨¹enza o te mataremos primero". Derya explica que su delito hab¨ªa sido enamorarse de un chico que conoci¨® en la escuela. Y ella sab¨ªa qu¨¦ riesgos comporta eso: su abuelo mat¨® a su t¨ªa por verse con un chico. Pero despu¨¦s de haber estado enclaustrada y con la cabeza cubierta la mayor parte de su vida, se sinti¨® libre por primera vez y quiso expresar su independencia, dice.
Cuando las noticias de su idilio se extendieron por la familia, su madre le advirti¨® de que su padre la matar¨ªa, pero la chica se neg¨® a escucharla, seg¨²n su relato. Entonces llegaron los mensajes amenazadores enviados por sus hermanos y t¨ªos, a veces hasta 15 diarios. Derya consider¨® que equival¨ªan a una sentencia de muerte. Avergonzada y temiendo por su vida, acat¨® los deseos de su familia, relata. Primero se arroj¨® al r¨ªo Tigris, pero sobrevivi¨®. Luego se colg¨®, pero un t¨ªo la salv¨®. A continuaci¨®n se cort¨® las venas de las mu?ecas con un cuchillo de cocina.
Algunas chicas son encerradas en una sala con una soga, una pistola o raticida
"Mi familia atac¨® mi personalidad y sent¨ª que hab¨ªa cometido el mayor pecado del mundo", explica en una casa de acogida donde ha cambiado el velo por los vaqueros. "Sent¨ª que no ten¨ªa derecho a deshonrar a mi familia y que no merec¨ªa seguir viva. As¨ª que decid¨ª respetar su deseo de que yo muriera". La joven rechaza dar su apellido, por miedo a que su familia a¨²n la persiga.
A casos como este se les llama "suicidios de v¨ªrgenes". Cada pocas semanas, una mujer joven intenta quitarse la vida en el sureste de Anatolia, una regi¨®n kurda, rural, pobre y con gran influencia del Islam conservador. Algunas han sido lapidadas hasta la muerte, quemadas vivas, estranguladas o tiroteadas. Y eso por cosas como haber mirado a un chico, llevar falda corta, querer ir al cine, ser violada (por un pariente o un extra?o) o tener relaciones sexuales fuera del matrimonio.
Para lograr el ingreso en la Uni¨®n Europea, Turqu¨ªa ha agravado los castigos a los asesinatos de honor. Se castigan con cadena perpetua (antes el castigo era leve, sobre todo si el autor era menor de edad). Pero las muertes no han cesado: ahora se producen de otra forma. Los padres, para evitar que sus hijos sean duramente castigados por asesinar a sus hermanas, presionan a sus hijas para que se suiciden.
Las asociaciones de mujeres aseguran que las pruebas apuntan a que un creciente n¨²mero de chicas deshonradas son encerradas en una habitaci¨®n durante d¨ªas con raticida, una pistola o una soga, y que sus familias les dicen que la ¨²nica soluci¨®n para salvar el honor es la muerte.
Ha habido tantos suicidios en la regi¨®n que Naciones Unidas mand¨® una delegaci¨®n el mes pasado para investigar. La responsable, Yakin Ertuk, concluy¨® que algunos suicidios eran aut¨¦nticos pero que otros parec¨ªan ser "cr¨ªmenes de honor disfrazados de suicidios o accidentes".
Grupos de defensa de los derechos humanos se?alan que la moda reciente de los suicidios forzados es una indeseada y siniestra consecuencia de la presi¨®n de la Uni¨®n Europea sobre Turqu¨ªa para que endureciera el castigo en los asesinatos por honor. La UE ha advertido a Turqu¨ªa de que vigila sus progresos en materia de derechos de la mujer y de que su fracaso podr¨ªa impedir su ingreso.
Hasta hace poco tiempo, los familiares de una chica deshonrada eleg¨ªan normalmente a un hermano menor de edad para que la ejecutara. Por su juventud, el chico recib¨ªa una corta condena de prisi¨®n. Las sentencias se hac¨ªan m¨¢s leves tambi¨¦n con el argumento de que un familiar le hab¨ªa instigado a cometer el asesinato. Pero en los dos ¨²ltimos a?os, Turqu¨ªa ha reformado el C¨®digo Penal y ha establecido condenas a muerte para los cr¨ªmenes de honor, aunque estos sean cometidos por un menor. Esto ha hecho que las familias tomen otras medidas, como obligar a las chicas a suicidarse, o asesinarlas y disfrazar la muerpor suicidio o accidente.
Derya cree que el problema de fondo es la falta de igualdad entre los sexos. "En mi pueblo y en la tribu de mi padre", relata, "los chicos est¨¢n en el cielo y las chicas somos tratadas como si estuvi¨¦ramos bajo tierra".
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