Pantano cibern¨¦tico
Los 'blog' crecen, y en ellos se encuentran opiniones desde est¨²pidas hasta inteligentes
He tardado casi una semana en leer los 353 mensajes enviados al blog de The Guardian a prop¨®sito de mi columna de la semana pasada, sobre los monos derrotistas aficionados al queso y los tragafuegos obsesionados con la guerra. Todav¨ªa no me he repuesto. Vean este comentario de K. Charles Simmonds: "Occidente est¨¢ en guerra. El enemigo tiene dos caras, personificadas por Mohamed Atta y Timothy Garton Ash. TGA juega con su teclado y se felicita a s¨ª mismo y a nosotros por nuestra complacencia y nuestra falta de decisi¨®n. Hay que seguir, darse la vuelta, dormirse, resignarse y asumirlo". O este otro, de Texans Rule: "Los fan¨¢ticos isl¨¢micos (?que son millones!) nos quieren ver muertos, muertos, muertos. Hace mucho que Inglaterra perdi¨® su fuerza y su sentido moral. Adem¨¢s, los ingleses necesitan llevarse bien con los musulmanes porque ¨¦stos gobernar¨¢n su pa¨ªs de aqu¨ª a 20 a?os". Y ¨¦ste de Maimon: "Vosotros, los eur¨¢rabes, os pod¨¦is permitir no hacer nada; al fin y al cabo, viv¨ªs protegidos por el paraguas militar americano, los contribuyentes de Estados Unidos pagan la factura de tener que defender vuestro queso, y todav¨ªa os quej¨¢is. Incre¨ªble". Para no hablar de otras aportaciones tan constructivas como ¨¦sta de Marbleflat: "Dan Higgs es un troll. Ignoradlo". Etc¨¦tera.
Una idea ¨²til ser¨ªa que los usuarios pudieran puntuar los comentarios de una a cinco estrellas, como ocurre en otros foros de discusi¨®n
Un soldado que comenta sobre otro. ?Pero qui¨¦n es Clu 169? ?Un ex del ej¨¦rcito brit¨¢nico que ha pasado a la seguridad privada o qu¨¦? Venga, Clu, danos una pista
?Y c¨®mo es posible comprobar que alguien que se registra como John Smith de Warrington o Waco es verdaderamente John Smith de Warrington o Waco?
?Qu¨¦ he aprendido? Lo m¨¢s interesante, para m¨ª, no son tanto las opiniones como los ocasionales datos reales, o las pistas para descubrir posibles datos. Belsam me env¨ªa un apasionante fragmento de un manifiesto en favor del "conservadurismo por la grandeza nacional", elaborado en 1996 por los neoconservadores Bill Kristol y Bob Kagan, e incluye el enlace para mayor comodidad. Gracias, Belsam, quienquiera que seas y donde quiera que est¨¦s. Erbkon sugiere que en "monos derrotistas aficionados al queso" sobra "monos" y que procede de "los fabricantes de derrotas aficionados al queso", una frase dicha con fuerte acento escoc¨¦s por Willie, el conserje del colegio, en un episodio de Los Simpson. Tambi¨¦n me ha gustado la historia que cuenta Bessaroth sobre un periodista de The New York Times que subi¨® la colina de Iwo Jima hasta llegar junto al h¨¦roe norteamericano de guerra Chesty Puller para preguntarle: "?Nos puede decir por qu¨¦ lucha?", a lo que Puller se apresur¨® a contestar: "Por 235 d¨®lares mensuales". No creo que sea verdad -ni siquiera s¨¦ si Chesty Puller estuvo en Iwo Jima-, pero es una historia bonita.
Joyas escondidas
Ahora bien, para hallar estas pepitas de oro enterradas hay que hacer un agotador recorrido de siete kil¨®metros a trav¨¦s de un pantano aparentemente interminable de opiniones: unas inteligentes, otras est¨²pidas, algunas bien informadas, otras ignorantes, algunas educadas, otras insultantes. ?C¨®mo se puede hacer que ese recorrido sea m¨¢s f¨¢cil y gratificante? Una idea ¨²til ser¨ªa que los usuarios pudieran puntuar los comentarios de una a cinco estrellas, como ocurre en algunos otros foros de discusi¨®n. De esa manera, el lector que llegara despu¨¦s podr¨ªa atravesar r¨¢pidamente el pantano y pasar de un mont¨ªculo a otro. En la versi¨®n archivada, para los comentarios que hubieran obtenido, por ejemplo, menos de dos estrellas, s¨®lo aparecer¨ªa el enlace. A¨²n ser¨ªa posible seguir el desarrollo del debate, pero sin tener que tropezar con tanta basura por el camino.
Como Wikipedia, la enciclopedia abierta que editan los propios usuarios, este modelo se basar¨ªa en lo que James Surowiecki denomina "la sabidur¨ªa de las multitudes". Como m¨ªnimo, pondr¨ªa a prueba la hip¨®tesis -que Wikipedia parece confirmar- de que existe una comunidad de cibernautas voluntarios interesados por la precisi¨®n y la calidad del debate, capaces de distinguir entre las cosas sensatas y las tonter¨ªas, y que superan a la minor¨ªa de extremistas, imb¨¦ciles y trolls que, me da la impresi¨®n, tienden a estar desproporcionadamente representados en un blog de acceso libre y sin moderador.
Otra cosa que me llama la atenci¨®n es cu¨¢nta diferencia supone saber un poco -o, por lo menos, tener la impresi¨®n de que se sabe un poco- sobre la persona que hace el comentario. A veces no es m¨¢s que lo que parece un nombre verdadero o un seud¨®nimo deliberadamente revelador (como Usswingvoter ["voto indeciso en US"], del que no s¨¦ si es hombre o mujer, y al que agradezco su primer mensaje). Normalmente, la persona nos permite atisbar algo tras un seud¨®nimo m¨¢s bien cr¨ªptico. Por ejemplo, Elarsen, que opina que "nosotros [los estadounidenses] ganamos nuestras guerras (y las vuestras) y vosotros os limit¨¢is a sufrir y lamentarlas", cobra vida cuando a?ade: "Soy un suboficial. Tengo un t¨ªtulo medio de ingenier¨ªa el¨¦ctrica, no un est¨²pido t¨ªtulo de licenciado". Y de pronto podemos ver a un ingeniero del ej¨¦rcito -?Jim o Ted o Hank?-, sentado en una tienda en el desierto de Irak, o tal vez en una nave militar en la Alabama rural, y matando el tiempo en "comenten lo que quieran".
Su comentario provoca este arrebato de Clu 169: "B¨¢sicamente, Elarsen me repugna como ser humano. ?Ha estado alguna vez en la guerra? Dice que es un suboficial en el ej¨¦rcito de Estados Unidos... y qu¨¦, es que est¨¢ sentado en la fortaleza americana mientras sus colegas saltan en pedazos. ?Yo luch¨¦ en la primera guerra del Golfo, en Croacia y en Belfast, y la guerra no es gloriosa, ni valerosa... es asquerosa, aterradora, y no es un lugar al que haya que obligar a ir a ning¨²n ser humano!". Un soldado que comenta sobre otro soldado. ?Pero qui¨¦n es Clu 169? ?Un ex-soldado del ej¨¦rcito brit¨¢nico que ha pasado a la seguridad privada o qu¨¦? Venga, Clu, danos una pista.
Esto me remite a otro encendido debate en la p¨¢gina web de The Guardian. Los que comentan en los blogs, ?no deber¨ªan usar sus verdaderos nombres, como hacemos los columnistas habituales? ?No ser¨ªa mejor que todos los que contribuyen a esas p¨¢ginas web pudieran saber m¨¢s unos de otros? Despu¨¦s de leer muchas de las discusiones (s¨ª, ha sido una semana de mucho arrastrarme por los pantanos), he llegado a una conclusi¨®n provisional. Creo que esas p¨¢ginas deber¨ªan decir claramente que prefieren que la gente use su verdadero nombre, pero que no deber¨ªa ser obligatorio. Algunos de los que utilizan seud¨®nimos insin¨²an que podr¨ªa haber represalias de sus jefes si usaran su identidad real. Si eso significa que se dedican a entrar en Internet desde sus oficinas y durante horas de trabajo, quiz¨¢ comprendo a sus jefes. Si significa que est¨¢n utilizando cosas que han aprendido durante su trabajo, o que sus jefes podr¨ªan castigarles simplemente por expresar opiniones pol¨ªticas concretas, simpatizo m¨¢s con ellos. En cualquier caso, el acuerdo de utilizar seud¨®nimos est¨¢ ya muy asentado en la blogosfera. ?Y c¨®mo es posible comprobar que alguien que se registra como John Smith de Warrington o Waco es verdaderamente John Smith de Warrington o Waco? ?Pidiendo los detalles de su tarjeta de cr¨¦dito o su n¨²mero de pasaporte? ?Consultando con el Ministerio del Interior o Homeland Security?
Directamente en el perfil
En mi opini¨®n, m¨¢s importante que insistir en que den su verdadero nombre ser¨ªa ofrecer a los que comentan la posibilidad de que nos cuenten m¨¢s cosas sobre s¨ª mismos, si es que quieren. Varios de los participantes en el debate lo han pedido. Deber¨ªan poder elaborar sus perfiles personales y ponerlos al alcance de quien quiera, con los detalles biogr¨¢ficos y de contacto que les parezca. Lo ideal ser¨ªa que, como ocurre en otros foros de discusi¨®n, uno pudiera pinchar el nombre del participante y entrar directamente en el perfil. Los serios dar¨ªan una informaci¨®n cre¨ªble; los imb¨¦ciles que se ocultan en el anonimato quedar¨ªan al descubierto. Esto, junto a la puntuaci¨®n de una a cinco estrellas para cada comentario, mejorar¨ªa enormemente las posibilidades de encontrar pepitas de oro en medio del pantano cibern¨¦tico.
www.timothygartonash.com. Traducci¨®n de M. L. Rodr¨ªguez Tapia.
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