"Intentamos tratar a la audiencia como ciudadanos, no como consumidores"
Tras un tiempo de purgatorio profesional propiciado por la antigua direcci¨®n de TVE en manos del PP, Juan Antonio Sacaluga (Madrid, 1956) se convierte en abril de 2004 en director de En portada, veterano espacio de La 2, que junto a Informe semanal y Documentos TV forma uno de los triunviratos m¨¢s prestigiosos de la cadena. Heredero de cl¨¢sicos como A toda plana, Los reporteros o Primera p¨¢gina cada 15 d¨ªas ofrece una mirada plural y profunda de los grandes conflictos olvidados.
Pregunta. Usted toma las riendas de En portada hace dos a?os
Respuesta. S¨ª, pero yo pertenec¨ªa al equipo desde que, en 2002, Fernando de Giles, director por entonces de En portada, me ofrece la oportunidad de trabajar como reportero. Me rescat¨® de una situaci¨®n inc¨®moda, ya que a pesar de mi experiencia en el ¨¢rea de internacional estuve mucho tiempo sin hacer nada. Con el cambio de Gobierno y la llegada de Fran Llorente es cuando me hago cargo de la direcci¨®n.
P. ?Cu¨¢l ha sido su aportaci¨®n?
R. Periodicidad fija y crear un equipo estable de profesionales experimentados, aunque ser¨ªa rid¨ªculo pensar que el programa ha cambiado conmigo. Yo creo que es un espacio de autor, ya que el guionista y el realizador tienen un papel creativo fundamental.
P. En portada es un formato ya cl¨¢sico de TVE. ?Qu¨¦ tesis defiende actualmente el programa?
R. Preocuparse por todos los conflictos y personas que est¨¢n ausentes de los telediarios e ir al fondo de las cosas, aportando una informaci¨®n m¨¢s comprometida, que no siempre agrada y que tiene siempre una sospecha ideol¨®gica. Adem¨¢s intentamos tratar a la audiencia como ciudadanos, no como consumidores.
P. ?C¨®mo afectar¨¢ al espacio el plan de reconversi¨®n de RTVE?
R. Si se van los profesionales de m¨¢s de 50 o 52 a?os, se ver¨ªa muy afectado. En portada no lo puede hacer gente muy joven, por muy brillante que sea. Necesita reporteros con conocimientos, experiencia, madurez y cierto background. ?Nos vamos a cargar esto? No es razonable. Pertenecemos a una especie profesional en v¨ªas de extinci¨®n y las amenazas de las reconversiones agudizan eso.
P. A lo largo del tiempo, En portada ha vivido cambios, horarios casi clandestinos, crisis importantes hasta el punto de estar a?os en dique seco. ?Cree que ahora vive en estado de gracia?
R. Incluso hubo periodos en los cuales s¨®lo interesaban las guerras. Podr¨ªa haberse llamado Haza?as b¨¦licas. Y si por estado de gracia se entiende un equipo entusiasmado y que trabaja con el convencimiento de que es un espacio clave para la televisi¨®n p¨²blica, pues s¨ª.
P. Ahora que impera la banalizaci¨®n de los contenidos, ustedes hacen un gran esfuerzo por formar e informar a la vez que entretener al espectador... ?Cu¨¢l es el precio de ir contracorriente?
R. Y tambi¨¦n explicar. En Espa?a, el modelo informativo cambi¨® con la llegada de las televisiones privadas, y los formatos m¨¢s ligeros fueron ganando territorio.
Nosotros tratamos de estudiar los or¨ªgenes, los porqu¨¦s, las causas y anticipar las consecuencias. O como dice un compa?ero: hacer periodismo preventivo. El precio que hay que pagar es saber que la audiencia es menor, a cambio est¨¢ el reconocimiento del espectador y de los medios de comunicaci¨®n serios que perciben nuestra honestidad.
P. Los reportajes abordan asuntos lacerantes: guerras, inmigraci¨®n ilegal, prostituci¨®n, explotaci¨®n infantil... ?C¨®mo afrontan la vuelta a la vida cotidiana?
R. S¨ª, el 90% de los trabajos muestra situaciones dolorosas, pero nos ayuda a crecer profesionalmente, nos hace mejores personas... y no quiero sonar como un misionero. Tambi¨¦n sirve para relativizar los problemas diarios. El p¨²blico tiene derecho a saber porque tiene la obligaci¨®n de actuar para mejorar el orden mundial. Es dif¨ªcil que tome conciencia si nadie le da una informaci¨®n solvente, seria y rigurosa. Nuestra obligaci¨®n es desplazarnos a los sitios por inc¨®modos o peligrosos que sean para contar lo que pasa.
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