Hollywood busca ox¨ªgeno en el universo de los c¨®mics
Las productoras se lanzan a la caza de ideas en la feria de San Diego
La 37? edici¨®n de la Comic-Con de San Diego, la mayor feria del c¨®mic en Estados Unidos, que se cierra hoy, le ha dado material a la industria del cine para que sopese sus pr¨®ximos estrenos, arregle lo que no funciona o aproveche el tir¨®n en funci¨®n de las opiniones que se han escuchado en esta convenci¨®n internacional dedicada a la historieta y a la cultura popular. Porque, como asegura el productor de cine Joel Silver, "la convenci¨®n es una aguja hipod¨¦rmica en la vena de la audiencia que nos interesa". Y dada la expansi¨®n de estos aficionados en la Red, si Hollywood no les escucha, el resto de Internet lo har¨¢.
En sus comienzos en 1970, la Comic-Con no fue m¨¢s que una excusa para "comprar, vender y hablar de tebeos", recuerda el veterano Stan Lee, presidente de honor de la editorial Marvel. Una feria que los m¨¢s de 100.000 asistentes que se dan cita anualmente en el Centro de Convenciones de San Diego (frente a los 300 que fueron hace 36 a?os en los s¨®tanos del hotel US Grant) esperan ansiosos y con sus mejores galas, sus pasillos llenos de chicas vestidas de Elektra, princesas Leia o novia cad¨¢ver mientras que a ellos les van m¨¢s los Hellraiser o los retablos sangrientos de pel¨ªculas como Saw y La matanza de Texas adem¨¢s de los ej¨¦rcitos de Stormtroopers en los que hay categor¨ªas: los que se fabrican toda su parafernalia o aquellos mirados con desd¨¦n entre los profesionales porque se lo compraron hecho.
Se trata de una amalgama de aficionados y exc¨¦ntricos que hasta hace pocos a?os eran mirados de soslayo por sus gustos y sus man¨ªas. "Recuerdo que Cronos me cost¨® como cinco a?os porque nadie confiaba en un filme de g¨¦nero, y menos de alguien al que le gustaban los c¨®mics", confiesa su realizador, Guillermo del Toro. Las cosas han cambiado mucho. "Ahora saben que somos la gente que pagamos las entradas a la hora de ir al cine y que nuestro apoyo es incondicional cuando nos gusta algo aunque no nos andamos con chingadas si no nos gusta".
Del Toro es uno de los muchos cineastas que ha pasado este a?o por la Comic-Con para ganarse adeptos en esta feria. ?l lo lleva haciendo desde hace a?os -"cuando pod¨ªas comprar un dibujo barato", aclara- al contrario de otras estrellas de Hollywood que nunca hab¨ªan pisado algo as¨ª. Si en el 2005 estuvieron Cameron D¨ªaz, Natalie Portman o Kate Beckinsale, adem¨¢s de Bryan Singer o Peter Jackson, este a?o el plantel ha incluido a Nicolas Cage y Eva Mendes para vender Ghost Rider; Hilary Swank y su The reaping, o Samuel L. Jackson con su Snakes on a plane, entre otros. No todo fueron pel¨ªculas de g¨¦nero y a San Diego tambi¨¦n se ha acercado el mexicano Alfonso Cuar¨®n con Children of men, basado en un relato de ciencia-ficci¨®n sobre un mundo demasiado real. Son algunos de los pr¨®ximos estrenos que Hollywood quiso presentar en primicia a una audiencia que har¨¢ correr la voz como la p¨®lvora en Internet, forofos que no s¨®lo acudir¨¢n al estreno sino que seguir¨¢n el producto en todos sus formatos. O que pueden dar la espalda al filme m¨¢s caro y arruinar la taquilla de un estreno que parec¨ªa cantado. "No hay muchos sitios como ¨¦ste, con un auditorio de 6.500 butacas lleno del que luego ser¨¢ tu p¨²blico. Ni en los Oscar", confirma Silver, productor de The reaping.
Como reconoce David Glanzer, portavoz de la Comic-Con desde hace 22 a?os, la visi¨®n de Hollywood hacia los c¨®mics ha cambiado. No s¨®lo es fuente de estrenos millonarios a lo Spider-Man, de la que se present¨® un avance exclusivo de la tercera entrega, sino de esos otros que aspiran al Oscar como Road to perdition o History of violence, ambos basados en novelas gr¨¢ficas.
La mayor franquicia
Pero si no en Hollywood, al menos entre los cineastas Glanzer recuerda que hubo visionarios que siempre creyeron en la convenci¨®n, como George Lucas en 1976, cuando present¨® en este mismo foro antes de su estreno la que ahora es la mayor franquicia del cine, La guerra de las galaxias. "La convenci¨®n ahora es mucho m¨¢s que c¨®mics, es el mayor exponente de la cultura popular", resume Glanzer parafraseando las banderolas que publicitan esta muestra donde confluyen la historieta, el cine, la televisi¨®n, el multimedia, libros, juegos o juguetes.
En medio de los 600 actos donde los principales estudios han tirado la casa por la ventana, veteranos del c¨®mic como Berni Wrightson, dibujante de La cosa del pantano, o Sergio Aragon¨¦s, autor de Groo el errante, no disponen m¨¢s que de una min¨²scula mesa en la que firman tebeos. "El cambio es indudable pero la convenci¨®n no es m¨¢s que un reflejo de lo que pasa en el c¨®mic", afirma Aragon¨¦s, espa?ol criado en M¨¦xico. En su opini¨®n, la historieta como medio est¨¢ en decadencia. "No puede competir con las otras formas de entretenimiento", sopesa, pero ve con optimismo la bonanza de la Comic-Con aunque haya sido tomada por el cine y la televisi¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.