El due?o de una discoteca dinamitada por orden de Txapote cree que ETA se movi¨® por venganza
Xabier Garc¨ªa Gaztelu, Txapote, afront¨® ayer su cuarto juicio en la Audiencia Nacional desde que fuera extraditado por Francia a finales de 2005. Junto a ¨¦l comparecieron los etarras Asier Arzalluz y Aitor Agirrebarrena, acusados de participar en la voladura de la discoteca Txitxarro en septiembre de 2000. Este negocio, ubicado en Deba (Guip¨²zcoa), es propiedad de Narciso Korta, hermano de Jos¨¦ Mar¨ªa Korta, presidente de la patronal guipuzcoana Adegi hasta su asesinato por parte de ETA en agosto de 2000.
"Matar y callar; creo que est¨¢ muy claro por qu¨¦ atentaron contra mi negocio: fue una venganza tras el asesinato de mi hermano", apunt¨® ayer Korta, quien acudi¨® junto a su familia al Ayuntamiento de Deba para plantar cara a los concejales de Batasuna d¨ªas despu¨¦s del crimen. Korta desminti¨® ante el juez que el suceso tuviera que ver con un asunto de drogas "como se dijo al principio", ni con el impago del impuesto revolucionario "porque nunca me pidieron nada".
Los tres etarras no reconocieron la legitimidad del tribunal y se negaron a declarar ante su presidente, Alfonso Guevara. Fue el reencuentro entre Txapote y el juez. Ambos mantuvieron hace cinco d¨ªas un pulso durante el juicio por el asesinato del abogado y dirigente socialista Fernando M¨²gica. Entonces, el terrorista llam¨® "monigote de circo" a Guevara y ¨¦ste le neg¨® el derecho a la ¨²ltima palabra.
La indiferencia mostrada ayer por los acusados volvi¨® a irritar al magistrado. Al comienzo de la vista, Guevara orden¨® esposar a los etarras y los oblig¨® a permanecer de pie durante todo el juicio. Los acusados no respondieron a las preguntas del fiscal Jes¨²s Alonso. Tan s¨®lo dijeron, en euskera, que se negaban a "formar parte de este teatro". La traductora fue interrumpida por el juez cuando reproduc¨ªa en castellano las palabras de Txapote y sus compa?eros. "No lo traduzca", dijo Guevara. La defensa protest¨® en¨¦rgicamente y el juez orden¨® que se callara.
Los incidentes no terminaron ah¨ª. La abogada llam¨® a declarar como testigo a Jos¨¦ Ignacio Guridi Lasa, condenado en 2004 por su participaci¨®n en el mismo atentado. La letrada se neg¨® a interrogar a su testigo, despu¨¦s de que Guevara no accediera a la petici¨®n de quitarle las esposas a Guridi. El etarra se tir¨® al suelo, de rodillas y de espaldas a los miembros del tribunal, y no respondi¨® ninguna de las preguntas.
En el juicio compareci¨® un matrimonio que se encargaba de la limpieza de la discoteca Txitxarro y que fue secuestrado por los terroristas para cometer su acci¨®n. Por todo ello el fiscal pide 44 a?os de c¨¢rcel para cada uno de los acusados.
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