Melones gratis por un d¨ªa
Los agricultores regalan 15.000 kilos de fruta para denunciar que, entre ellos y el consumidor, el precio sube hasta un 1.000%
Comprar fruta en Espa?a se ha vuelto un lujo. Y no precisamente porque la producci¨®n agr¨ªcola se haya encarecido, sino porque, en la cadena de distribuci¨®n entre productores y consumidores, los precios aumentan hasta en un 1.000%. Eso es lo que ayer quiso denunciar la Uni¨®n de Peque?os Agricultores y Ganaderos (UPA) -que re¨²ne a agricultores de toda Espa?a desde 1985- regalando 15.000 kilos de fruta en la calle de S¨¢nchez Bustillo, junto al museo Reina Sof¨ªa.
Para muestra, un lim¨®n. El kilo de este c¨ªtrico, reci¨¦n recolectado, vale 0,07 c¨¦ntimos de euro, que cobra el agricultor. El mismo kilo, en los estantes de las fruter¨ªas y los supermercados, cuesta 0,90 euros. Un incremento del 1.186%, es decir, m¨¢s de 11 veces, seg¨²n denuncia la UPA. Lo mismo ocurre con zanahorias, tomates, manzanas, melocotones y productos agr¨ªcolas de consumo cotidiano. Aunque el lim¨®n se lleva la palma del encarecimiento.
Un millar de personas, sobre todo mujeres mayores, acudieron con el carrito de la compra
"Comer verdura es una obligaci¨®n, como dec¨ªa mi madre", grita una se?ora, y coge una bolsa
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Alrededor de un millar de personas, en su mayor¨ªa mujeres mayores con el carrito de la compra y bolsas para llevar la fruta, acudieron a la cita. La cola rodeaba la plaza. "Los agricultores me dan mucha pena, reciben poco dinero por su trabajo", se lamentaba In¨¦s del Valle, de 72 a?os, quien esper¨® pacientemente desde las nueve de la ma?ana y se march¨® con una buena bolsa de productos del campo.
"La fruta no es cara, son los abusos en la distribuci¨®n lo que la convierten en productos de lujo", a?ad¨ªa Lorenzo Ramos, secretario general de la UPA, mientras peras, ciruelas, melones y sand¨ªas provenientes de Extremadura se iban repartiendo desde un cami¨®n custodiado por la Polic¨ªa Municipal.
La protesta se realiza en Madrid desde hace cuatro a?os. La ¨²ltima vez tuvo lugar en la plaza Mayor. "Queremos informar a los consumidores para que nos apoyen. La fruta que regalamos es un producto de calidad, listo para su venta", agrega Lorenzo. Mar¨ªa, que lleg¨® al reparto de fruta desde el barrio de El Pilar, le interrumpe: "Nosotras ya lo sabemos, somos las que m¨¢s sufrimos lo cara que es la fruta". Y a?ade una enigm¨¢tica frase: "?Habr¨¢ que ver c¨®mo queda este pa¨ªs con tanta naturaleza!".
Algunos extranjeros y visitantes del Reina Sof¨ªa se encontraron con la sorpresa del regalo y se unieron a la protesta. "Vamos a desayunar algo de fruta en lugar de pan, como todos los d¨ªas", comentaban Thomas y Laura, dos j¨®venes ingleses.
El consumo de frutas en Espa?a ha disminuido, seg¨²n el Ministerio de Agricultura. "Los altos precios han cambiado la cultura de comprar frutas y verduras en los ¨²ltimos a?os. Antes, la gente compraba en cantidades grandes, ahora debe hacerlo casi por pieza", asegura Lorenzo.
La UPA ha hecho algunas propuestas para reducir la diferencia de precios entre productores y consumidores: la intervenci¨®n del Servicio de la Competencia para corregir los abusos de las distribuidoras, una ley de "m¨¢rgenes comerciales" que homologue los precios, sanciones para los comerciantes y distribuidores que aumentan los precios "a su gusto", campa?as de promoci¨®n de la fruta y la hortaliza espa?olas, medidas que controlen la producci¨®n agr¨ªcola...
Porque, al final, los consumidores son los que pagan la factura de esa farragosa cadena comercial. "Un kilo de melocotones costaba 50 pesetas hace 10 a?os. Hoy, cada melocot¨®n me cuesta casi un euro", se quejaba ayer Patricia, de 71 a?os, quien se salt¨® la visita al mercado cuando escuch¨®, por la radio o la tele como la mayor¨ªa, que hab¨ªa reparto gratis en plena calle.
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentaci¨®n firm¨® un acuerdo el pasado junio para fijar precios m¨¢s favorables para las frutas de verano. El acuerdo incluye eliminar los excedentes y desarrollar campa?as de promoci¨®n para el consumo de productos agr¨ªcolas. "Comer verdura es una necesidad, una obligaci¨®n, como dec¨ªa mi madre", le grita una mujer a Montserrat, miembro de la UPA encargada de repartir de mano en mano las bolsas con una docena de peras, otra de ciruelas y un mel¨®n.
Para muchos de los asistentes a la convocatoria, el regalo de ayer ser¨¢ su ¨²nica raci¨®n de fruta durante toda la semana. "Voy a cuidar estas peras como oro, me tienen que durar hasta el pr¨®ximo jueves, por lo menos", le dec¨ªa una mujer a su esposo mientras caminaban rumbo al metro. "Y cuida bien esa sand¨ªa, que es la m¨¢s grande que he visto en muchos a?os".
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