Haifa, la ciudad fantasma
El conflicto ha paralizado la actividad econ¨®mica del norte de Israel
"La oficina est¨¢ abierta las 24 horas del d¨ªa. Y tenemos aire fresco". Nir Shilo, delegado de la agencia de viajes Diesenhaus en Nahariya, a ocho kil¨®metros de la frontera con L¨ªbano, envi¨® un mensaje con foto a la sede central de la empresa en Jerusal¨¦n. La delegaci¨®n hab¨ªa sido alcanzada por un misil de Hezbol¨¢ y los ventanales saltaron en pedazos. Bromean muchos israel¨ªes en esta coyuntura, pero las p¨¦rdidas van a ser cuantiosas.
El Business Data Israel eleva la derrama a 111 millones de euros al d¨ªa. Y ya son hoy 18 jornadas de par¨¢lisis econ¨®mica en el norte de Israel. Haifa, la tercera ciudad de Israel, es la m¨¢s afectada. Acoge el 26% del sector industrial; el 20% de los servicios y el 21% del ramo comercial y es la predilecta en el punto de mira de los Katiusha. Todo est¨¢ clausurado. S¨®lo algunos restaurantes, pr¨®ximos a hoteles llenos de periodistas, que no de turistas, abren sus puertas. La capital del norte es un desierto.
Los ingresos de los comercios se han desplomado un 60% en Haifa. Lo mismo sucede en Metula, en la misma frontera con L¨ªbano, donde Sam Elchadif, el due?o del ¨²nico supermercado, asegura que sus ventas se han hundido hasta el 60% y que "s¨®lo la llegada de soldados mantiene el negocio en pie". Y la crisis se expande. La ca¨ªda alcanza el 20% en la zona de Tel Aviv y el 13% en Jerusal¨¦n. Los turistas extranjeros han optado por aplazar sus planes y los c¨¢lculos apuntan a que el mercado hostelero puede menguar un 40%.
Huida de turistas
"Los tel¨¦fonos no suenan", comenta Clary en la sede de la agencia de viajes Diesenhaus. Los misiles de Hezbol¨¢ est¨¢n dibujando el mapa del turismo forzoso en Israel. Los hoteles de Eilat en el mar Rojo, a buen recaudo de los cohetes, a 500 kil¨®metros de la frontera norte, registran un lleno completo. Los clientes han hecho crecer las ganancias del sector hostelero en esta t¨®rrida ciudad un 34%.
Y qu¨¦ decir del ¨¢mbito inmobiliario en la zona septentrional. Han cerrado las agencias y los expertos estiman que llevar¨¢ un a?o la recuperaci¨®n, tal como ocurri¨® tras la guerra del Golfo, en 1991. Y claro, los trabajadores -al menos 1.500 han sido despedidos en los ¨²ltimos d¨ªas, seg¨²n el sindicato Histadrut, porque no han podido acudir a sus puestos-, el sector agr¨ªcola y las C¨¢maras de Comercio dirigen su mirada al Gobierno para reclamar compensaciones, al tiempo que varios alcaldes exigen que se declare zona catastr¨®fica.
Las negociaciones han comenzado y el ministro de Hacienda, Abraham Hirchson, anunci¨® el jueves que el Ejecutivo aportar¨¢ 800 millones de shequels (casi 150 millones de euros) para pagar los sueldos de los empleados que no pueden ir a trabajar en los comercios. La guerra ha trastocado todo. El debate del presupuesto ha sido aplazado y comienzan las pugnas entre los ministros para sortear los recortes. De momento, no hay discusi¨®n sobre otro aspecto fundamental para Israel: no se pedir¨¢ ayuda financiera a EE UU. El Estado recibe 2.400 millones de d¨®lares (1.887 millones de euros) al a?o a fondo perdido, pero en 2007 comienzan las negociaciones para renovar el acuerdo, e Israel no quiere partir de una posici¨®n de debilidad. Ni siquiera con Washington.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.