Camas de agua junto al t¨²nel de chorros

Palacio del Agua. As¨ª se conoce el complejo termol¨²dico m¨¢s imponente de Galicia. Mil ochocientos metros cuadrados de instalaciones balnearias en tres plantas. Una piscina central de 300 metros de l¨¢mina con camas de agua, asientos de hidromasaje y burbujas, cuellos de cisne, t¨²nel de chorros, g¨¦iseres, cascadas y una seta de hidromasaje coronada por una gran c¨²pula transparente. Siete saunas a distintas temperaturas y humedad relativa en el segundo piso. Saunas celtas, duchas heladas, pozas fr¨ªas. Otra sauna seca y un onsen (piscina de agua caliente) de estilo japon¨¦s en el exterior, con vistas a la centenaria fuente de G¨¢ndara. Zona de juegos acu¨¢ticos para ni?os.

Este lujo de balneario fue homologado por la Asociaci¨®n Nacional de Estaciones Termales y sus aguas fueron declaradas de utilidad p¨²blica en 1874 por incluir m¨¢s de un gramo por litro de gas carb¨®nico, bicarbonato, calcio, sodio y hierro. Aguas que, bebidas, alivian la acidez estomacal y, en ba?o, resultan muy beneficiosas para las afecciones reum¨¢ticas.Con semejantes credenciales habr¨ªa sido una rareza que no se estableciera aqu¨ª, en la belle ¨¦poque del balnearismo, un gran hotel termal como el que fue capaz de promover, a finales del siglo XIX, el ag¨¹ista Enrique Peinador Vela con los planos del arquitecto Antonio Palacios. En 1973, despu¨¦s de un incendio, la Xunta gallega subvencion¨® su reconstrucci¨®n con el objetivo de convertirlo en el centro termol¨²dico por excelencia de la regi¨®n. Queda la huella escalonada y melanc¨®lica de sus jardines, a orillas del r¨ªo Tera. La ruina evocadora de sus fuentes y sus estatuas de piedra, ensortijada por el musgo y la humedad del bosque.

Pasadizos subterr¨¢neos

Un laberinto subterr¨¢neo de pasadizos, escalinatas, rellanos y salones que enlaza las instalaciones termales con el dominio puramente hotelero, remedo clasicista del primitivo Gran Hotel. Parte del mobiliario es herencia suya, como ese piano de cola Steinway que decora el sal¨®n principal. Las habitaciones exhiben un infundado car¨¢cter se?orial, y algo cursi, quiz¨¢ porque nacieron para ser gestionadas por la cadena hotelera Tryp, antes de su definitiva integraci¨®n en Sol Meli¨¢. Paredes grises, cabeceros regios, cortinas estampadas en colores terrosos, colchas a juego y un surtido cosm¨¦tico en las ant¨ªpodas de lo que cabr¨ªa esperar en un balneario. Otro chasco es el tr¨¢fico que soporta la carretera, reverberante en los montes aleda?os al balneario. Espectacular, eso s¨ª, la suite d¨²plex del Mirador. Desde sus ventanales casi se toca con la mano la madeja de robles y casta?os que cercan Mondariz.

Un desayuno bien colmado y mejor servido inicia el programa terap¨¦utico del d¨ªa. A saber: ba?o de burbujas, parafangos e inhalaciones, 12 euros; peeling corporal, 20 euros; sauna celta, en una cueva que recrea las pedras fermosas de Galicia, 22 euros; ba?o con 230 salidas de agua a presi¨®n, 32 euros; masaje celta de piernas y espalda, 45 euros. Y as¨ª, hasta 24 tratamientos distintos para curarse y olvidarse de lo cotidiano.