El islamista que quiso escapar de la miseria
El ceut¨ª Hamed huy¨® de su barrio hace cinco a?os para vivir el islam con los talibanes, en Afganist¨¢n. Ese fue su camino a Guant¨¢namo
Escap¨® de una vida normal. Lo que es una vida normal en el barrio Pr¨ªncipe Alfonso, el m¨¢s deprimido de Ceuta. Sin trabajo, sin dinero, pasando la tarde en la esquina de la tienda del rubio, junto a la entrada de un callej¨®n al final del cual se encuentra su casa: calle del Fuerte, 189 A. "Un barrio conflictivo con drogas y delincuencia", fue la expresi¨®n que utiliz¨® Hamed para explicar a los talibanes por qu¨¦ quer¨ªa unirse a ellos. Cuando Hamed se fue de casa, no buscaba la prosperidad econ¨®mica, sino espiritual.
Hamed Abderrahaman Ahmed (Ceuta, 22 de septiembre de 1974, hijo de Abderrahaman y Soodia, sin antecedentes penales) deb¨ªa ser uno de los pocos espa?oles que en el verano de 2001, antes de los atentados del 11 de septiembre, ten¨ªan una idea clara de qui¨¦nes eran los talibanes, o d¨®nde estaba Afganist¨¢n. Tres a?os antes hab¨ªa empezado a escuchar noticias sobre la lucha del islam en Chechenia, Cachemira y Palestina. Influido por un tal Abdallah el de Marruecos, comenz¨® a leer libros que compraban en el pa¨ªs vecino y a interesarse por la yihad, la guerra santa. Hamed rechaz¨® ser entrevistado para este reportaje. Sus citas proceden de las declaraciones judiciales que sirvieron para condenarlo y, esta semana, para absolverlo.
Tras la invasi¨®n de Afganist¨¢n, intent¨® huir caminando cuatro d¨ªas hacia Pakist¨¢n
"En la madraza hab¨ªa clases de idioma, rezos Ramad¨¢n, tambi¨¦n la yihad", cont¨® Hamed
En 2000 empez¨® a rumiar la idea de irse. No parec¨ªa dif¨ªcil vivir un sue?o islamista: los talibanes acog¨ªan muy bien a los extranjeros, les dijeron, los hospedaban en escuelas cor¨¢nicas. "Se pod¨ªa vivir muy bien practicando la ley isl¨¢mica". Hamed se decidi¨® en julio de 2001. En Madrid, consigui¨® un visado y compr¨® un billete a Ir¨¢n por 64.000 pesetas con una escala de una hora en Grecia y un vuelo interno. S¨®lo su hermano Mohamed sab¨ªa que iba a Ir¨¢n. Le llam¨® desde Teher¨¢n para confirmar que hab¨ªa llegado el 4 de agosto. Mohamed hizo creer a su familia que Hamed estaba en Londres.
De Teher¨¢n vol¨® a Mashad. De ah¨ª, en taxi a la frontera. Cuando pis¨® territorio afgano, en la ma?ana del 6 de agosto, se dirigi¨® a los dos primeros talibanes que vio, en una caseta fronteriza. Le preguntaron a qu¨¦ iba a Afganist¨¢n. "Les habl¨¦ de mi motivo de abandonar Europa, Espa?a, que viv¨ªa en un barrio con drogas y delincuencia", recordar¨ªa a?os despu¨¦s. "Entonces me cogieron en un taxi y yo ya estoy en sus manos, ellos son los que dirigen todo ahora". Ceuta y la delincuencia quedaban muy lejos. Su vida como talib¨¢n hab¨ªa comenzado. Durar¨ªa dos meses.
Tanto en Kandahar como en Kabul, la vida en la escuela cor¨¢nica era exactamente lo que Hamed buscaba. La madraza "ten¨ªa habitaciones donde dormir, cocina y todo". All¨ª se encontr¨® con otros muchos extranjeros como ¨¦l. "En la madraza hab¨ªa varias clases: hab¨ªa clases de idioma, gram¨¢tica ¨¢rabe, hab¨ªa clases de consejos isl¨¢micos, rezos Ramad¨¢n, tambi¨¦n la yihad, que era lo ¨²ltimo... hab¨ªa clases de Cor¨¢n, establecimiento del Cor¨¢n", relat¨® Hamed.
A mediados de agosto de 2001, Hamed, acogido en la madraza del centro de Kandahar, por primera vez llam¨® a su hermano Mohamed para pedirle que le dijera la verdad a su familia: que estaba bien, que pasado un tiempo regresar¨ªa a Marruecos. El verano era tranquilo. "Est¨¢bamos en la madraza estudiando y por la noche sal¨ªamos a comer al pueblo". El 11 de septiembre de 2001, cuatro aviones secuestrados por terroristas suicidas se estrellan contra las Torres Gemelas de Nueva York, el Pent¨¢gono y un campo de Pensilvania. Mueren m¨¢s de 3.000 personas. EE UU prepara la invasi¨®n de Afganist¨¢n para acabar con el Gobierno talib¨¢n, que acoge al terrorista Osama bin Laden, l¨ªder de Al Qaeda, responsable de la masacre.
"Entonces nos viene una orden de que todos los extranjeros deber¨ªan salir de Afganist¨¢n. Nos dijeron que ten¨ªamos que salir a Pakist¨¢n, nos llevaron los mismos responsables talibanes". En Jalalabad, Hamed escuch¨® por la radio c¨®mo la Alianza del Norte, el ej¨¦rcito irregular apoyado por EE UU, tomaba Kabul. El Gobierno talib¨¢n que le hab¨ªa acogido ya no exist¨ªa. En un grupo que vari¨® entre 60 y 200 personas, camin¨® hacia Pakist¨¢n durante cuatro d¨ªas a trav¨¦s de las mismas monta?as por las que huy¨® Bin Laden.
Al contrario que Bin Laden, a Hamed y todo el grupo que iba con ¨¦l los detuvieron los militares paquistan¨ªes en la frontera. "Al d¨ªa siguiente nos cogen los americanos y nos llevan a Kandahar en avi¨®n militar". Hamed Abderrahaman es, desde ese momento, "combatiente enemigo", una ambigua expresi¨®n que define su situaci¨®n bajo custodia del Ej¨¦rcito de Estados Unidos. Pasar¨¢n m¨¢s de dos a?os antes de que un juez, con un abogado presente, le acuse de algo.
"Me interrogaron dos veces los americanos en Kandahar y despu¨¦s me trasladaron a Guant¨¢namo". Hamed fue preguntado una y otra vez sobre Al Qaeda. A?os despu¨¦s, en Madrid, el juez Baltasar Garz¨®n le pregunt¨® tambi¨¦n qu¨¦ sab¨ªa de la organizaci¨®n. "Pues yo s¨®lo que Al Qaeda y Osama Bin Laden era un grupo terrorista o que financiaba a grupos terroristas, nada m¨¢s", dijo. "En Afganist¨¢n escuchamos en la radio que Al Qaeda estaba vinculado con los talibanes, pero nosotros no llegamos a ver eso".
Hamed hab¨ªa intentado integrarse en el ej¨¦rcito talib¨¢n. "Para demostrarles que les estamos apoyando, que est¨¢bamos con ellos". Sin embargo, precis¨® que "el Gobierno talib¨¢n no tiene nada que ver con Al Qaeda, con los grupos terroristas que tienen sus problemas en su pa¨ªs". Conden¨® los atentados del 11-S y dijo que nunca se unir¨ªa a una organizaci¨®n terrorista. "Es un crimen, un crimen, matar civiles, gente inocente".
Los detalles son confusos respecto al viaje a Guant¨¢namo. Un examen psiqui¨¢trico encargado por su defensa concluy¨® que sufri¨® estr¨¦s postraum¨¢tico por exposici¨®n a incertidumbre extrema: "Viaje en avi¨®n sin conocer destino, aislado sensorialmente y con la idea de que iba a ser ejecutado lanzado al mar". Hamed describi¨® las celdas como individuales, "dos metros por uno y medio". "Ten¨ªamos para andar, medio metro por medio metro". Las paredes eran verjas, "de tipo gallinero", y hablaban con el que estaba en la celda de al lado. "El techo era de una materia como de planchas de hierro".
Su camino hacia la libertad comenz¨® el 30 de enero de 2002. El Gobierno confirm¨® que entre las 598 personas detenidas de 34 nacionalidades en Guant¨¢namo por el Ej¨¦rcito de Estados Unidos hab¨ªa dos que afirmaban ser espa?oles. El 4 de marzo, una semana despu¨¦s de conocerse la noticia en Espa?a, viajaron a comprobar su estado F¨¦lix Vald¨¦s, n¨²mero dos de la Embajada espa?ola en Washington, y dos polic¨ªas. "Nos explic¨® que era un ferviente musulm¨¢n y quer¨ªa ir a Chechenia a luchar contra los rusos", recordaba Vald¨¦s para este peri¨®dico meses despu¨¦s. "Que hab¨ªa sido entrenado en campamentos de Al Qaeda en Afganist¨¢n y que no hab¨ªa llegado a luchar contra los estadounidenses". Al concluir el encuentro, Hamed pregunt¨® al diplom¨¢tico: "?Cree que cuando salga de aqu¨ª podr¨¦ ir a luchar a Chechenia?".
El 29 de diciembre de 2003, Baltasar Garz¨®n dict¨® un auto de procesamiento por integraci¨®n en banda terrorista. Es la primera vez que un juez acusa a Hamed de algo. Custodiado por polic¨ªas espa?oles, Hamed aterriz¨® en Torrej¨®n de Ardoz el 13 de febrero de 2004. Le esperaban cinco meses de prisi¨®n preventiva de m¨¢xima seguridad y despu¨¦s un juicio por terrorismo. Su situaci¨®n hab¨ªa cambiado radicalmente a mejor.
Ante Garz¨®n Hamed explic¨® que nunca hab¨ªa recibido instrucci¨®n militar, que nunca hab¨ªa estado en un campamento talib¨¢n (aunque pensaba hacerlo), que nadie le entreg¨® libros de manejo de armas y que en el poco tiempo que estuvo en la madraza s¨®lo le ense?aron el Cor¨¢n. Diferenci¨® expresamente que cuando dec¨ªa que quer¨ªa integrarse en el ej¨¦rcito talib¨¢n no se refer¨ªa a Al Qaeda.
Fue juzgado el d¨ªa de su 31 cumplea?os y condenado a seis a?os de prisi¨®n por integraci¨®n en banda armada. Hamed llevaba en la c¨¢rcel de Algeciras diez meses cuando el pasado 20 de julio el Tribunal Supremo estim¨® su recurso. Hoy es un hombre libre.
"S¨®lo quiero una vida normal", dijo el pasado lunes. La vida de la que escap¨®. En el n¨²mero 189 A de la calle del Fuerte. Sin trabajo y en una desesperada situaci¨®n econ¨®mica, seg¨²n sus familiares. Pasando la tarde en la esquina de su callej¨®n, por donde la tienda del rubio, con vistas al mar.
Significados de "m¨¢rtir"
Al final del juicio contra ¨¦l, en el turno de ¨²ltima palabra, Hamed dijo al tribunal "que es un m¨¢rtir y pas¨® muchos sufrimientos en Guant¨¢namo, que son dif¨ªciles de explicar, le han destrozado la vida", seg¨²n la sentencia.
El significado que el tribunal le dio a esta expresi¨®n es uno de los "errores de interpretaci¨®n" que el Tribunal Supremo reprocha a la Audiencia Nacional por la utilizaci¨®n de la declaraci¨®n de Hamed. En una sentencia demoledora, el Supremo declar¨® la nulidad de todas las pruebas contra Hamed que tuvieran relaci¨®n con Guant¨¢namo, "una situaci¨®n de imposible explicaci¨®n" caracterizada "por la vulneraci¨®n de los derechos que se dicen defender".
Por tanto, s¨®lo las palabras del propio Hamed ante Garz¨®n y el tribunal, que conforman lo que se sabe de su aventura, pod¨ªan condenarlo. Seg¨²n la Audiencia, el uso del t¨¦rmino "m¨¢rtir" se "tiene que interpretar dentro del sentimiento fundamentalista isl¨¢mico". El Supremo considera que lo razonable es pensar que se refer¨ªa a las condiciones de Guant¨¢namo. De igual forma critica, por ejemplo, que la Audiencia relatara un entrenamiento con armas que ¨¦l hab¨ªa negado expresamente.
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