Col¨®n s¨ª es Col¨®n
Ya no hay duda. Los an¨¢lisis gen¨¦ticos confirman que los 200 gramos de huesos guardados en la catedral de Sevilla pertenecen a Crist¨®bal Col¨®n
Son apenas 200 gramos de huesos; el m¨¢s grande, mide lo que una pelota de golf, y el tama?o medio es el de un garbanzo, pero es Col¨®n. Al director del Laboratorio de Identificaci¨®n Gen¨¦tica de la Universidad de Granada, Jos¨¦ Antonio Lorente, responsable de la exhumaci¨®n y an¨¢lisis de ADN de los huesos, no le cabe ya "ninguna duda" de que lo que hab¨ªa en una urna en la catedral de Sevilla son los restos del descubridor de Am¨¦rica. Un 15% de Crist¨®bal Col¨®n. Ahora la pregunta es: ?d¨®nde est¨¢ el 85% restante?
La pol¨¦mica es antigua aunque no tanto como los huesos, que seg¨²n precisa Lorente, tienen 6.002 meses exactamente. Col¨®n muri¨® en 1506 en Valladolid. En 1509, se traslad¨® al Monasterio cartujo de Sevilla. 35 a?os despu¨¦s, viaj¨® a Santo Domingo. En 1789, Espa?a perdi¨® en una guerra contra Francia la isla conocida como La Espa?ola, que comprend¨ªa Hait¨ª y la Rep¨²blica Dominicana y no quiso regalarles a los galos tan ilustre tumba. Se lo llevaron a Cuba. En 1898, se repiti¨® la misma historia: Espa?a perdi¨® Cuba y tampoco quiso dejarles Col¨®n a los americanos. "En medio de todo este traj¨ªn, cabe la posibilidad de que cualquier persona que tuviera acceso al cuerpo durante los traslados, decidiese guardarse alg¨²n recuerdo en el bolsillo. Ha pasado m¨¢s de una vez en la historia", explica Lorente. De modo que podr¨ªa haber restos de Col¨®n, casi en cualquier parte, incluida la casa de alg¨²n familiar del monje, funcionario o vigilante que no pudo resistir la tentaci¨®n.
La pol¨¦mica es antigua, aunque no tanto como los huesos, que tienen 6.002 meses, seg¨²n el investigador Jos¨¦ Antonio Lorente
De momento, lo ¨²nico claro y cient¨ªficamente probado es que hay 200 gramos de Col¨®n en la catedral de Sevilla. El equipo de Lorente solicit¨® permiso en enero de 2005 para ir a ver los huesos conservados en Santo Domingo, pero desde entonces les dan largas. "Peor para ellos, se quedan sin saber". Algunos historiadores dominicanos est¨¢n convencidos de que en uno de los traslados, los espa?oles se llevaron a un familiar de Col¨®n y no a Crist¨®bal, pero al comparar los restos de Sevilla con los de su hermano mayor, Diego, el equipo de Lorente comprob¨® que eran hijos de la misma madre. La secuencia, coincid¨ªa. "Sent¨ª una alegr¨ªa inmensa y mucho alivio. Hab¨ªa sido un proceso muy lento y muy penoso porque era muy poca cantidad de huesos y estaban bastante deteriorados. Lo primero que pens¨¦ fue, menos mal porque llev¨¢bamos tres a?os trabajando y en cada intento fallido, perd¨ªamos un poquito de Col¨®n y cuando pierdes un poquito de Col¨®n, te entra el p¨¢nico".
La responsabilidad era enorme. Lorente dirig¨ªa las investigaciones pero ni siquiera ten¨ªa esos 200 gramos, sino algo m¨¢s de 15, porque los restos de los huesos se repartieron entre laboratorios forenses de la Universidad de Santiago, Barcelona, la Tor Vergatta de Roma y el Instituto Max Planck de Leipzig (Alemania). En septiembre de 2004, todos los investigadores (unas 15 personas) se reunieron en una cita a ciegas en Barcelona para llevar sus resultados. "Hasta ese momento, ninguno sab¨ªamos lo que hab¨ªa averiguado el otro. Llegamos all¨ª y nos empezamos a preguntar, oye, t¨² qu¨¦ tienes. Algunos no ten¨ªan nada porque le hab¨ªan tocado restos muy deteriorados".
No ha sido f¨¢cil. Todo empez¨® en 2002, cuando un profesor de historia de un instituto de Estepa, Marcial Castro, fue a buscar a Lorente a su laboratorio para pedirle que comparase el ADN de los huesos del hermano y el hijo de Crist¨®bal Col¨®n con los (hasta entonces) presuntos restos del descubridor. Le entusiasm¨® el proyecto y se dirigieron enseguida a la catedral de Sevilla. All¨ª, el cabildo les inform¨® de que necesitaban tres permisos: el de los descendientes de Col¨®n, el del Gobierno de Andaluc¨ªa, y el del Gobierno estatal. "Nos dijeron que volvi¨¦ramos cuando tuvi¨¦ramos las tres autorizaciones y que entonces, una comisi¨®n especial de la catedral de Sevilla decidir¨ªa". En mayo de 2003 volvieron con lo que les hab¨ªan pedido, y en junio, realizaron la exhumaci¨®n.
"Fue muy bonito. Anunciada Col¨®n, [una de sus descendientes] se emocion¨® much¨ªsimo". La urna se cubri¨® con una bandera espa?ola que hab¨ªa llevado el presidente de la Diputaci¨®n de Andaluc¨ªa, Jos¨¦ Rodr¨ªguez Tabasco. Hicieron una parada en Santa Fe, de d¨®nde Tabasco era alcalde, y le rindieron homenaje en una iglesia. "Santa Fe tambi¨¦n tiene mucha tradici¨®n colombina y el acto fue muy solemne, con honores militares porque Col¨®n era almirante. Reconozco que yo tambi¨¦n me emocion¨¦".
Todav¨ªa queda mucho por saber. En la urna, los investigadores hallaron restos de hilos de oro, un perdig¨®n, restos de huesos de roedores... que pueden revelar m¨¢s datos sobre los viajes p¨®stumos de Crist¨®bal Col¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.