Israel debe negociar
Cuanto m¨¢s se complica la lucha con Hezbol¨¢, se hace m¨¢s evidente que en las ¨²ltimas d¨¦cadas en las que Israel se ha agotado en el conflicto con los palestinos su capacidad militar y su poder de disuasi¨®n se han vistos reducidos de forma considerable y grave.
Voy a insistir en algo que ya se ha dicho en m¨¢s de una ocasi¨®n aunque suele olvidarse, algo que dada la situaci¨®n actual no debemos ignorar por m¨¢s tiempo: desde hace d¨¦cadas Israel se ha desangrado en el conflicto con los palestinos; ha sido una sangr¨ªa econ¨®mica que tambi¨¦n ha consumido sus mejores energ¨ªas en lo que se refiere a su capacidad de pensamiento y debate interno.
Desde hace ya casi cuarenta a?os, el desarrollo israel¨ª, como pueblo, sociedad y Estado, ha seguido una senda equivocada, est¨¦ril y que conduce a un callej¨®n sin salida. Parte importante del debate interno en Israel lleva a?os girando en torno a la cuesti¨®n de la ocupaci¨®n. Y por ello otras discusiones fundamentales relativas a los aut¨¦nticos problemas de Israel y a los grandes peligros que realmente acechan al pa¨ªs han sido relegadas a un segundo plano.
Piensen s¨®lo en lo mucho que agot¨® y debilit¨® a Israel el debate sobre la desconexi¨®n de Gaza hace apenas un a?o. Qu¨¦ enormes sumas de dinero se derrocharon en ese proceso y en las indemnizaciones a los colonos (si nuestros l¨ªderes hubiesen tenido m¨¢s coraje y sensatez pol¨ªtica, esos colonos nunca habr¨ªan ido all¨ª). Piensen en la infinidad de horas de entrenamiento que deber¨ªan haber estado destinadas a preparar al Ej¨¦rcito para responder, por ejemplo, al desaf¨ªo de un enfrentamiento con Hezbol¨¢ y que se perdieron para entrenar a nuestros soldados para que aprendieran a evacuar con tacto pero con firmeza a jovencitas y escolares.
Como ciudadano israel¨ª de a pie que no tiene m¨¢s fuentes de informaci¨®n que los medios de comunicaci¨®n, me pregunto: ?Qu¨¦ vamos a hacer el d¨ªa en que nos tengamos que enfrentar a una amenaza de un alcance y complejidad desconocidos para nosotros y para la que no estamos preparados ya que el Ej¨¦rcito lleva d¨¦cadas realizando principalmente labores de control policial en una situaci¨®n de ocupaci¨®n? Y todo porque el Ej¨¦rcito de Israel se ha desgastado durante a?os en un enfrentamiento con poblaci¨®n civil -palestinos y colonos- y en un sinn¨²mero de choques con grupos de combatientes palestinos y con organizaciones de poca monta que suponen una amenaza rid¨ªcula para la seguridad de Israel.
En un proceso lento e imperceptible, la situaci¨®n de ocupaci¨®n ha llevado a Israel a concentrar en ella una parte importante de su inversi¨®n en seguridad, adem¨¢s de una parte considerable de su energ¨ªa vital. "Toda la sangre va a la herida", dijo en una ocasi¨®n Gershom Scholem, y en nuestro caso toda la sangre lleva muchos a?os fluyendo hacia la herida de la ocupaci¨®n y sus problemas, sus quimeras. Una ocupaci¨®n convertida en el mayor proyecto nacional y econ¨®mico de Israel.
Debido a la desestabilizaci¨®n causada por el conflicto con Hezbol¨¢, ahora resulta m¨¢s urgente y vital que nunca lograr un acuerdo con los palestinos. Hay que acabar con la ocupaci¨®n, y no s¨®lo porque es la soluci¨®n l¨®gica a una situaci¨®n insostenible para ambos pueblos, sino porque s¨®lo as¨ª podr¨¢ Israel recuperar cuanto antes la normalidad pol¨ªtica y militar tan necesaria en un pa¨ªs con unas circunstancias tan dif¨ªciles. Solamente de esa manera Israel tendr¨¢ suficiente energ¨ªa y la mente despejada para prepararse convenientemente para enfrentarse a las amenazas que lo acechan y ponen en peligro su existencia.
Y no nos equivoquemos: el fin de la ocupaci¨®n no har¨¢ que nos quieran m¨¢s en Oriente Medio. Israel seguir¨¢ siendo una planta extra?a para la mayor parte de los pa¨ªses ¨¢rabes. Oriente Medio nunca mostrar¨¢ buena voluntad hacia Israel y cuesta suponer que pronto se d¨¦ un vuelco en la conciencia de los pa¨ªses ¨¢rabes aunque cese la ocupaci¨®n. Pero si se alcanza un buen acuerdo con los palestinos se reducir¨¢n las llamas que arden bajo la mayor¨ªa de los focos del conflicto, se curar¨¢n fracturas internas en Israel y los israel¨ªes recordar¨¢n por fin por lo que realmente conviene luchar.
Justo ahora a Israel le interesa promover un proceso de negociaci¨®n con los palestinos, pese a sus divisiones y distintas facciones. Israel debe hacerles una propuesta seria que suponga para los palestinos un aut¨¦ntico reto y los obligue a decidir si quieren la vida, el acuerdo y la paz o prefieren seguir siendo los rehenes de un Gobierno fan¨¢tico y fundamentalista; si optan por adherirse a una postura extremista y pagar un alto precio -tal y como le est¨¢ pasando ahora a Hezbol¨¢- o deciden conformar de manera distinta su situaci¨®n y su futuro al lado de Israel.
La acci¨®n combativa e innegociable de Hezbol¨¢ hace que muchos israel¨ªes amalgamen los dos frentes ante los que se halla Israel y se cree as¨ª una sensaci¨®n de amenaza existencial. Pero mientras que Hezbol¨¢ busca el exterminio del Estado de Israel, los palestinos, en su mayor¨ªa, han asumido ya -si bien sin mucho entusiasmo- la existencia de Israel y la necesidad de dividir la tierra en dos partes. La mayor¨ªa de los israel¨ªes y los palestinos ya han comprendido que su destino est¨¢ ligado de forma inevitable. A ambos pueblos les interesa claramente llegar a un acuerdo y renunciar para ello a algunas de sus exigencias. A fin de cuentas, unos y otros saben que la soluci¨®n a este conflicto no puede alcanzarse por la v¨ªa de la fuerza.
El cruel machaque de la franja de Gaza ya hace tiempo que dej¨® de ser operativo. Seg¨²n varios informes, los grupos extremistas palestinos est¨¢n dispuestos ahora a decretar un alto el fuego. Por tanto, una propuesta sincera de Israel buscando retomar las negociaciones, y ello sin esperar a que acabe la lucha contra Hezbol¨¢, mostrar¨¢ a los palestinos y al mundo entero que Israel distingue entre ambos conflictos. As¨ª se podr¨¢ mejorar la situaci¨®n de Israel en ambos frentes.
David Grossman es escritor israel¨ª. Traducci¨®n: Sonia de Pedro
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