El destino tr¨¢gico de Frank y Cora
EL PA?S presenta ma?ana, s¨¢bado, por 8,95 euros, 'El cartero siempre llama dos veces', cr¨®nica de una devastadora pasi¨®n sexual
Existe un malentendido con El cartero siempre llama dos veces (The postman always rings twice, 1946), de Tay Garnett. Aparece etiquetada en casi todas las antolog¨ªas como cine negro, porque hay un crimen. Frank Chambers, el protagonista, mata a Nick Papadakis, el marido de su amante, Cora, y propietario de un caf¨¦ en el limbo de una carretera polvorienta de California. Pero en realidad es una historia de pasi¨®n y, adem¨¢s, un peque?o tratado sobre la inevitabilidad del destino tr¨¢gico: Chambers es absuelto por el crimen que comete y condenado a muerte por el que no comete. As¨ª concibi¨® la historia James Mallahan Cain, el escritor que comenz¨® de periodista en Baltimore, autor de otras novelas memorables: Double Indemnity (llevada al cine por Billy Wilder, conocida en Espa?a como Perdici¨®n), Mildred Pierce (convertida en pel¨ªcula por Michael Curtiz, con el t¨ªtulo en castellano de Alma en Suplicio) o Love's Lovely Counterfeit (filmada por Allan Dwan, t¨ªtulo espa?ol, Ligeramente Escarlata).
Cain desplegaba un estilo directo, seco, abundante en di¨¢logo, apto para captar el primer t¨¦rmino la pulsi¨®n sexual de sus personajes y, en segundo plano, el desasosiego de la Depresi¨®n. El sexo y no el dinero es el motor de las acciones cainitas. "Un segundo despu¨¦s, devolv¨ª todo lo que hab¨ªa comido. Pero no era por el almuerzo, ni por las patatas, ni por el vino. Era que ansiaba tan desesperadamente a aquella mujer que ni siquiera pod¨ªa retener nada en el est¨®mago", cuenta Chambers, narrador en primera persona de su tragedia.
La presi¨®n sexual es tan evidente en la novela que los estudios, atemorizados por la censura del C¨®digo Hays, se lo pensaron m¨¢s de diez a?os antes de rodarla. De hecho, se rodaron antes dos versiones de la novela en Europa (Le Dernier Tournant, de Pierre Chenal, en Francia y Ossessione, de Luchino Visconti, en Italia). La versi¨®n de Garnett recompone h¨¢bilmente los personajes para limar la sordidez de la historia y sus aristas sexuales. Cain hizo morena a Cora; incluso protesta porque algunas personas creen que es mexicana. Pero el estudio contrat¨® a una Lana Turner rubia, de glamour dorado. Chambers tiene 24 a?os cuando llega a Los Robles Gemelos, pero John Garfield parece mayor, quiz¨¢ menos hambriento. Papadakis, grasiento e ingenuo en el texto, aparece discreto y comprensivo con el rostro de Cecil Kellaway.
The Postman... es muy superior a los productos de Chenal y Visconti. Resuelve con brillantez las aristas de la novela gracias a un rimo tenso, audaz -como el primer intento de asesinato de Papadakis- y de una imaginaci¨®n visual que nadie esperaba de Garnett. Cora aparece durante toda la pel¨ªcula vestida de blanco inmaculado, a modo de enso?aci¨®n del protagonista. Resulta notable la primera aparici¨®n de la mujer. Un l¨¢piz de labios rueda hasta Frank y, cuando ¨¦ste retrocede con la mirada hasta el origen, se encuentra con las piernas de Lana Turner. En notable simetr¨ªa, cuando Cora muere su mano se abre y deja caer el l¨¢piz labial. Son las l¨ªneas tenues, pero no menos imperativas, del fatum.
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