Bailando

- 1982. Se organizan los Mundiales con tecnolog¨ªa espa?ola. El nacionalismo ambiental a¨²n era moderado entonces. O, al menos, s¨®lo se comport¨® como en los Mundiales de Alemania Manolo el del Bombo. La Divina Providencia env¨ªa a su pa¨ªs favorito a Juan Pablo II y a Maradona. Esperando un milagro, Su¨¢rez funda el CDS. Se estrena Blade Runner, un fen¨®meno. En aquella peli se presentaba la micromoralidad de los ochenta. Micromoralidad de los etc¨¦tera: est¨¢s obligado a matar a la chica, OK, pero en el ¨²ltimo momento siempre puedes salvarla. El PSOE gana por KO las generales. ?Salvar¨¢ a la chica? O, al menos, ?salvar¨¢ a 800.000 chicas? En otro orden de cosas, la canci¨®n del verano es Bailando, de Alaska y sus Mariachis.

- FIESTA. El trade-mark Alaska fue presentado en Pop-grama, un programa de culto, en el UHF, conducido en comit¨¦ por Juan de Pablos, Carlos Tena y Diego Manrique. All¨¢, muy t¨ªmida, toc¨® con su grupo Quiero ser un bote de Col¨®n, una canci¨®n hecha con dos acordes, como las de The Ramones. Alaska hubiera podido llamarse, por tanto, La Ramona, si no fuera porque ese nicho ecol¨®gico estaba ya en uso. Bailando, ya era otro palo. M¨¢s sofisticado y que ya nada tiene que ver con el punk o La Ramona. Bailando es todo un dec¨¢logo de lo que ha pasado desde el punk y Fernando Esteso, desde el 77, hasta esta ma?ana. Todo es una fiesta. La cultura es una fiesta. Y te pasas el d¨ªa bailando.

- ES EL ESTADO, EST?PIDO. Aunque la sensaci¨®n es que la cosa viene de toda la vida, el Ministerio de Cultura es un invento reciente. De 1977. Cuando se cre¨®, qued¨® mono, como el Ministerio de Marina de la Confederaci¨®n Helv¨¦tica. Ahora, en 1982, empieza a ir a toda casta?a. El punto de partida de un MC es que la cultura es un derecho, como la sanidad o la educaci¨®n. ?Lo es? En todo caso, el MC vela por la cosa. En forma de subvenci¨®n, honor, promoci¨®n y reconocimiento. Provocando en todo ello cierta selecci¨®n natural de los diversos productos culturales. La selecci¨®n nos lleva, lo dicho, a la fiesta. A la cosa l¨²dica. En un plis-plas, la cultura pasa a ser lo l¨²dico. Todo lo que no sea l¨²dico, en ocasiones no es cultura. La cultura y la pol¨ªtica se separan. La cultura no se volver¨¢ a meter en pol¨ªtica nunca m¨¢s. Y el Estado, no se meter¨¢ en cultura. Salvo para pagarla.

- NO S? USTED. Tengo 17 tacos. Voy a COU nocturno, con una mano hecha polvo. Me la hace polvo una m¨¢quina diurna. Hablamos en clase de las elecciones. Unos votar¨¢n PSOE porque, si no, qu¨¦ vas a votar. Otros est¨¢n plet¨®ricos. Interpretan que el eslogan de la campa?a, El cambio, significa, en efecto, el cambio. Yo creo que la prestigiosa firma Marie Claire, a pesar de su eslogan, no le va a regalar un panty a cada mujer. Compro cada mes La Luna de Madrid. No dice nada. S¨®lo aparecen nombres propios. Tal vez, esl¨®ganes. El Madriles es un compa?ero del insti. Habla en periodos largos. Fundamentalmente, de Madrid, que ¨¦l llama Madr¨ª, y de los grupos de la movida. Los conoce personalmente a todos, dice. Tambi¨¦n habla de lo que se mete por la boca. Un d¨ªa se meti¨® algo en la boca y, mientras miraba el tocadiscos, vio la m¨²sica. Era azul. Una madrugada volv¨ªamos de Gotham City, de vivir la cultura/bailar y, en la carretera, vimos un drag¨®n. Era bell¨ªsimo. Abandonado a su tristeza, el drag¨®n suspiraba fuego. En una garra sujetaba un palo, con el que remov¨ªa distra¨ªdo un charco. "Ese charco es nuestra infancia", dijo Fernando. Finalmente, nos llev¨® a Madrid, a conocer a sus amigos, los pollos importantes de la movida. No vimos a nadie. El ¨²ltimo d¨ªa nos llev¨® al quinto pino. Vimos a alguno, en efecto. Estaban en cuclillas, en un descampado. Removieron un charco con un palo, etc¨¦tera. En Barcelona las putas han adelgazado y les vienen grandes los panties para cada mujer que, en breve, nos regalar¨¢n. En mi pueblo los quinquis ya no salen a liarla. Por primera vez en su vida van de paseo con sus madres, que los llevan de la mano. Ellos sonr¨ªen como ni?os. Pesan 30 kilos, como los ni?os.