_
_
_
_
PRIMERA PARTE

Periodistas

Una historia de ficci¨®n que pudo ser real. Una cr¨®nica que roza el suceso y la ¨¦tica de una profesi¨®n. En esta nueva entrega de la serie, Juan Manuel Villalobos introduce la intriga en un relato moral narrado con un estilo absolutamente cinematogr¨¢fico

Durante muchos a?os pens¨¦ que esta historia no deb¨ªa de ser contada. Dej¨¦ el periodismo por ella y la elud¨ª por la verg¨¹enza, por la pena. Quise creer que el transcurrir del tiempo, la vida misma, permitir¨ªa que se desvaneciera; que llegar¨ªa a esa frontera en la que los sucesos que uno ha vivido pasan a ser s¨®lo an¨¦cdotas. Pero eso nunca ocurri¨®.

Hace unos d¨ªas, de golpe -por otro motivo del que prefiero no hablar-, aquella noche de febrero que pas¨¦ en Valencia volvi¨® a cegarme. Si escribo esto es porque tal vez sea la ¨²nica forma de expulsar, ahora y para siempre, unos hechos que me hirieron profundamente.

Viv¨ªa en Madrid, y me hab¨ªa quedado en la calle. No ten¨ªa un duro. Trabajaba para una revista femenina -Mujer Nueva- y, tras dos a?os de aversi¨®n y antipat¨ªa mutua, mi jefa me hab¨ªa despedido. Era un semanario en el que la credencial de "periodista del coraz¨®n" lo consent¨ªa todo: calumniar, mentir, enga?ar, inventar, estafar, firmar como propias traducciones ajenas, adjudicarse como informaci¨®n exclusiva boletines de prensa, incluir publirreportajes como temas de portada? Toda la mierda sobre la que resbalaban no los peores periodistas, sino las peores personas con las que he coincidido en la vida. Por entonces cre¨ªa conocer lo m¨¢s ingrato de una profesi¨®n en la que, a?o tras a?o, se matriculaban miles de j¨®venes entusiastas de todo el mundo, engatusados por el discurso filantr¨®pico que acompa?¨® el surgimiento de los peri¨®dicos en el siglo XIX: el s¨ªndrome del guardi¨¢n, el cuento de que la prensa era "los ojos y los o¨ªdos del p¨²blico".

M¨¢s informaci¨®n
Confieso que he le¨ªdo

Tres semanas despu¨¦s de "la trifulca de Lagasca" -en esa calle estaba Mujer Nueva- lleg¨® mi oportunidad. Un amigo me inform¨®. Un peri¨®dico de Madrid necesitaba "urgentemente" cubrir puestos en Valencia. "Es un proyecto nuevo de televisi¨®n que est¨¢ en marcha", dijo mi amigo. "El sueldo es cojonudo, alojamiento incluido. No hagas muchas preguntas, di que s¨ª", me advirti¨®. Me cit¨® el diario, y en menos de 24 horas recib¨ª la respuesta: "Prepara tus cosas", dijo un redactor jefe. "Te vas".

Alquil¨¦ una furgoneta, cargu¨¦ todas mis pertenencias y emprend¨ª rumbo a Valencia. Me iba a convertir en periodista; periodista de verdad, no gacetillero, que era de lo que hasta entonces hab¨ªa vivido -antes de en Mujer Nueva trabaj¨¦ tambi¨¦n para un grupo de revistas corporativas, la cara mediocre de la publicidad. All¨ª ca¨ªan los malos periodistas, periodistas retirados que a su cargo ten¨ªan s¨®lo becarios; un sitio en el que lo m¨¢s importante era llegar a ser "ejecutivo de cuentas", algo as¨ª como encargado de marketing-. Llegu¨¦ al mediod¨ªa. Las instalaciones del diario estaban a las afueras, cerca de Xirivella. Eran nuevas. Almorc¨¦ con el que ser¨ªa mi jefe y despu¨¦s ¨¦l me integr¨® en el grupo de los que iban a ser mis compa?eros. Uno a uno, me los fue presentando a todos. Intercambi¨¦ algunas palabras, recib¨ª su "enhorabuena" y entramos a una junta.

Por primera vez o¨ª lo de la c¨¢mara. Los plazos de investigaci¨®n variaban, los asuntos eran "espinosos", "temas gordos", algunos de coyuntura. Hab¨ªa que "descubrir", hab¨ªa que "desnudar", que "mostrar la realidad". Hab¨ªa que "ir hasta el fondo". Hab¨ªa que utilizar c¨¢mara oculta.

-Eso es lo que hacemos aqu¨ª -dijo la coordinadora, y me fulmin¨® con la mirada-. La gente quiere saber lo que hay detr¨¢s de cada historia. Todos quieren saberlo. En eso consiste nuestro trabajo. En mostr¨¢rselo.

-Estupendo -ment¨ª.

Los redactores -siete en total- plantearon los problemas a los que se estaban enfrentando, expusieron propuestas, hablaron de abordar los temas desde otras perspectivas, mencionaron las reacciones que hab¨ªan suscitado ya en la prensa algunos de los reportajes. Un canal de televisi¨®n local los difund¨ªa. Por espacio de dos horas me vi inmerso en el mundo moderno del periodismo.

Al salir de la reuni¨®n me esperaban dos tareas inmediatas: familiarizarme con la c¨¢mara -mi nueva herramienta de trabajo- y cubrir un accidente de tr¨¢fico. "Tienes tres d¨ªas", me dijo la coordinadora. Era una orden.

Conoc¨ª la redacci¨®n. Me dio el tour una compa?era, una chica cuyo nombre no recuerdo -no retuve el de ninguno-, y me condujo a la sala de montaje. En esos d¨ªas estaba "volcada" en la edici¨®n de un reportaje sobre el cambio de sexo de un hombre. No fue clara, pero me dio a entender que el diario hab¨ªa negociado, que el tipo hab¨ªa consentido que se grabara la operaci¨®n como permuta por el pago de los gastos de hospital. Rebobin¨® la cinta y me mostr¨® las im¨¢genes. Con un bistur¨ª muy fino, el cirujano hac¨ªa una incisi¨®n en el escroto. Vi brotar sangre. Me dieron n¨¢useas. Retir¨¦ la vista y dije: "Es asqueroso". Ella se gir¨®, su mirada se encontr¨® con la m¨ªa, y dijo:

-?Est¨¢s seguro de saber de qu¨¦ va este trabajo? ?stas son del tipo de im¨¢genes que buscamos.

Yo me qued¨¦ callado. De la sala de montaje me llev¨® por un pasillo estrecho con oficinas a ambos lados. Se detuvo. Sobre un tabl¨®n de corcho empotrado en la pared, me mostr¨® unas fotograf¨ªas clavadas con chinchetas. Se?al¨® una.

-?Sabes qu¨¦ es? -dijo.

Aparec¨ªa ella, acompa?ada por otros dos colegas, tumbada con los brazos y las piernas abiertos sobre una formaci¨®n de arena; sobre lo que yo pens¨¦ era arena, aunque dije "no s¨¦", para no equivocarme.

-Es Marruecos -dijo-. Es hach¨ªs. Hemos hecho un reportaje sobre lo f¨¢cil que es introducir droga en Espa?a? ?Con la colaboraci¨®n de la Guardia Civil! Han ca¨ªdo todos en el cuento.

No le pregunt¨¦ a qu¨¦ se refer¨ªa con "cuento". Tampoco qu¨¦ tipo de "colaboraci¨®n" hab¨ªa ofrecido la Guardia Civil. Estaba agotado y ten¨ªa ganas de marcharme, de descargar la furgoneta y dormir a pierna suelta. Para eso, a¨²n deb¨ªa instalarme en lo que ser¨ªa mi nueva casa, un chal¨¦ compartido con otros tres periodistas a escasos kil¨®metros de donde el diario ten¨ªa su flamante "centro de operaciones" en el Mediterr¨¢neo.

A la ma?ana siguiente, mientras me daba las primeras lecciones sobre el uso de la c¨¢mara, un compa?ero me dijo: "Aqu¨ª, m¨¢s que reportero hay que ser un buen actor; es como un trabajo de polic¨ªa". Supe que hablaba en serio. El aparato era muy peque?o, de bolsillo, y pod¨ªa ajustarse con diminutos broches a los bordes de la ropa. Se colocara donde se colocara, pasaba inadvertido. El ardid era olvidar que se llevaba encima, lo m¨¢s dif¨ªcil si se sab¨ªa que habr¨ªa que grabar a gente violenta por naturaleza; individuos a los que, por el bien del p¨²blico, yo deb¨ªa intentar comprar un arma, una mujer, un alijo de contrabando, cualquiera que fuese el tipo; traficantes de cuidado y peligrosos, dispuestos a todo por permanecer en el anonimato, por continuar en la carretera. Gente confundida con la existencia, perdida por sus creencias. Agradec¨ª que mi primera misi¨®n fuera tratar con moribundos.

Me equivoqu¨¦.

Lleg¨® el fin de semana, y con ¨¦l llegaron las desgracias. Me hab¨ªa quedado claro: las im¨¢genes que yo deb¨ªa grabar eran claves para la edici¨®n de un reportaje sobre accidentes de tr¨¢fico en las carreteras espa?olas. El objetivo radicaba en capturar las reacciones de los involucrados inmediatamente despu¨¦s de una colisi¨®n. Exprimir. Conmover. Ten¨ªamos contactos tanto en la polic¨ªa como en urgencias de algunos hospitales. Tambi¨¦n en la central de bomberos de Valencia.

El viernes no ocurri¨® nada. Casi nada. Un rueda reventada. Dos adolescentes detenidos por exceso de velocidad, sin carn¨¦. Una pareja "toquete¨¢ndose" en el arc¨¦n, dentro de su autom¨®vil, con el motor en marcha y sin luces. Estaba conectado con la frecuencia de la polic¨ªa. Me dorm¨ª a las tres de la madrugada. El s¨¢bado me relaj¨¦. "Ser¨¢ igual que ayer", pens¨¦, y hasta mantuve el m¨®vil apagado casi toda la ma?ana. Con todo, sab¨ªa que era mi ¨²ltimo d¨ªa para cumplir la orden. Fui al centro. Hice la compra. Desempaqu¨¦ mi equipaje. Cen¨¦ un plato de pasta, beb¨ª dos vasos de vino tinto, y me fui a mi habitaci¨®n. Me recost¨¦ en la cama y me qued¨¦ mirando las aspas del ventilador, inm¨®viles. Era una noche fresca, a mitad de la madrugada. Entonces son¨® mi m¨®vil. Era nuestra fuente del Samur. Lo que dijo fue esto: "Hemos registrado un accidente, parece grave. Una colisi¨®n entre dos veh¨ªculos, hay involucrada tambi¨¦n una motocicleta. Kil¨®metro 343, carretera Madrid-Valencia, a la altura de Aldaia".

El coraz¨®n me dio un vuelco.

Me ajust¨¦ la c¨¢mara a una de las hebillas del pantal¨®n, me endos¨¦ un chaleco reflectante sobre mi chaqueta, cog¨ª la motocicleta que el diario hab¨ªa puesto a mi disposici¨®n, me coloqu¨¦ el casco y arranqu¨¦.

Llegu¨¦ el primero. Lo que vi fue un horror. No lo he olvidado.

Me ape¨¦ de la motocicleta. Me quit¨¦ el casco. Comenc¨¦ a grabar. Me acerqu¨¦ a un Seat que habr¨ªa girado sobre su eje casi dos cuartos, de tal forma que hab¨ªa quedado en direcci¨®n contraria a la que iba. Humeaba. Sobre el asiento del piloto, recargado en la ventanilla, vi a un chico con el rostro ensangrentado. Alcanc¨¦ a o¨ªr dos palabras repetidas: "Ayuda. Ayuda". Las exhal¨® con el estertor propio de quienes padecen bronquitis. No me atrev¨ª a abrir la puerta. Gir¨¦ la vista y en el asiento trasero vi a una persona encorvada, con la cabeza gacha. No pude ver su rostro. No me pareci¨® que se moviera. Cruzaba sus brazos sobre el pecho. Mientras rodeaba el autom¨®vil repar¨¦ en el asiento del copiloto. Hab¨ªa una chica empotrada en el parabrisas, muerta. Levant¨¦ la mirada, y a mi derecha, a unos veinte metros del Seat, me percat¨¦ de una motocicleta volcada. Me acerqu¨¦. Cuando me encontraba a unos pasos escuch¨¦ un burbujeo en sus inyectores, quiz¨¢ de la gasolina. A unos metros m¨¢s lejos, diez, doce, advert¨ª un cuerpo. Camin¨¦. No puedo describir lo que vi. No puedo. Una cabeza estrellada a gran velocidad sobre una pared de concreto es lo ¨²nico que me viene a la mente. Me acord¨¦ de la frase premonitoria que d¨ªas atr¨¢s me hab¨ªa sido dicha: "?stas son del tipo de im¨¢genes que buscamos". Me palp¨¦ la cintura. Tuve un acceso de tos. En realidad era n¨¢usea. Volv¨ª sobre mis pasos, y a un costado de la carretera, tumbada a un lado de la barrera de contenci¨®n, vi el cuerpo de una mujer. Llevaba puesto un casco; gem¨ªa muy d¨¦bilmente, con un hilillo de voz. Entonces alc¨¦ la vista: mi mirada capt¨® por primera vez el panorama desolador, completo. Detr¨¢s del Seat hab¨ªa un coche volcado; estaba a unos treinta metros de distancia. Anduve unos pasos y, de s¨²bito, me top¨¦ de frente con un joven detenido en el asfalto, con la mirada confusa, como un chiquillo perdido en un supermercado. Me vio. Dijo:

-No s¨¦ c¨®mo pas¨®. No fue culpa m¨ªa. No s¨¦ c¨®mo ha sido -vest¨ªa unos pantalones caqui y una chaqueta de cuero; en el rostro s¨®lo ten¨ªa un par de golpes-. He visto la moto y el coche? Ven¨ªan detr¨¢s m¨ªo? Yo? Dios -y luego volvi¨® a decir "Dios" dos veces.

Me qued¨¦ sobrecogido, pero no dije palabra. Segu¨ª andando hasta aproximarme al auto que permanec¨ªa con las ruedas hacia arriba, como una mosca volcada sobre sus alas. O¨ª la voz de una chica. Primero un quejido: "Ah, ah, ah". Luego una especie de alarido espeluznante, agudo. Me agach¨¦. Entre sus sollozos, cre¨ª entender que dec¨ªa: "Les meues cames, les meues cames". Entonces me tumb¨¦ en el piso y, al hacerlo, sent¨ª la c¨¢mara sobre el vientre. Pude ver su rostro detr¨¢s de la ventana destrozada. Sus ojos se cruzaron con los m¨ªos. Ten¨ªa la cabeza vuelta hacia abajo, presionando el techo. Quise consolarla. Dije:

-Tranquila, tranquila. Enseguida viene la ambulancia, est¨¢ por llegar ?Me escuchas?

Y me escuch¨®, porque movi¨® la cabeza. La vi hacer un gesto en se?al de respuesta. Una mueca de dolor. Volvi¨® a decir, con una voz ahogada: "Les meues cames, las meues cames". Dije: "Tranquila; tranquila, peque?a". Y me sorprend¨ª cuando dije "peque?a". No deb¨ªa de tener ni siquiera 18 a?os. Enseguida sucedi¨® algo extra?o. A un costado de ella, sobre la parte trasera, entre sombras, me pareci¨® vislumbrar un ojo que miraba fijamente. S¨®lo era eso. Un ojo. No podr¨ªa decir si era el de alguien que estaba vivo o muerto. Era s¨®lo un ojo.

Entonces o¨ª las sirenas; retumbaban con estr¨¦pito. Llegaron ambulancias. Tambi¨¦n lleg¨® la polic¨ªa. O¨ª gritos. Vi gente correr. Puertas abiertas. Luces.

Un oficial se me acerc¨®. Me pregunt¨®:

-?Usted ha visto algo?

-No -dije-. Iba rumbo a Valencia. Me detuve para ver si pod¨ªa ayudar, pero no he podido hacer nada. Hay una chica?, en el Xsara. Est¨¢ atrapada.

S¨®lo dijo:

-Le voy a pedir que se retire -y se alej¨®.

Le di la espalda, y me alej¨¦ yo tambi¨¦n. Fui en busca de mi motocicleta; tuve un acceso de v¨®mito, me arque¨¦ y no lo pude detener. Me salpiqu¨¦ los pantalones. Sent¨ª el sabor de la bilis. Luego me volv¨ª a girar y, en la distancia, vi a los enfermeros, a los camilleros, a los polic¨ªas. Se esforzaban por atender a los heridos, por comprender el siniestro, por identificar a los muertos. Me sent¨ª un in¨²til. Vi trabajar a un equipo de rescate en el Xsara. O¨ª sierras y martillos, estruendosos golpes con los que trataban de abrir la puerta. Son¨® mi m¨®vil. No lo cog¨ª. En la carretera se comenz¨® a formar una interminable fuente de luces. Se ilumin¨® el cielo de rojo, de azul, de amarillo: un paisaje virgen e infernal, una pel¨ªcula con muertos reales y heridos, una noche fragmentada por colores siniestros. Lo hab¨ªa grabado todo.

Antes de marcharme observ¨¦ c¨®mo sacaban del coche a la chica que yo hab¨ªa llamado "peque?a". Entre dos personas, tras laboriosos esfuerzos, la cogieron de sus brazos y la arrastraron hacia fuera. De inmediato, la cubrieron con una manta. No gritaba. No lloraba. Me inform¨¦. Estaba inconsciente. Estaba viva.

-?Ad¨®nde la llevan? -pregunt¨¦ a un camillero.

-Al Cl¨ªnico o a la Fe. No lo s¨¦ -dijo.

O¨ª el ulular de la sirena y vi alejarse a la ambulancia. Las voces, el ruido de los motores en marcha, los ruegos de auxilio se fueron desvaneciendo en mi cabeza; quise ahogarlos en mi interior, como si al hacerlo buscara sosegar lo que al tiempo no le ser¨ªa posible.

Sub¨ª a la motocicleta y me march¨¦. No volv¨ª a la casa. Deambul¨¦ por Valencia el resto de la madrugada. Llam¨¦ a los dos hospitales y esper¨¦ al amanecer. Desayun¨¦ un caf¨¦ y compr¨¦ un ramo de claveles blancos. Fui al Cl¨ªnico. Una recepcionista cansada me atendi¨® de mala manera. Recorr¨ª un largo pasillo que conduc¨ªa hasta la unidad de cuidados intensivos. Me detuve con las flores en la mano y me qued¨¦ mirando a mi alrededor. All¨ª los vi. Entre otras personas identifiqu¨¦ a una mujer de unos cuarenta y cinco a?os, a un hombre un poco mayor y a una ni?a de doce o trece, que se abrazaba con fuerza a las piernas de ¨¦l, como si estuviera abrazando el tronco de un ¨¢rbol. "Los padres", pens¨¦. "La hermana". Ten¨ªan los rostros hinchados por las huellas que deja el asombro, la consternaci¨®n, una larga velada. El hombre encendi¨® un cigarrillo, dio un par de caladas. Una enfermera se le acerc¨®. Le pidi¨® que lo apagara. Estaba prohibido. Se abrieron las puertas de una sala, a un costado del pasillo, y sali¨® un m¨¦dico. Habl¨® su mirada. No era necesario decirles nada, pero se lo dijo. Cre¨ª leer en sus labios algo as¨ª como "las piernas". En ese momento, la mujer solt¨® un alarido, se agit¨® y comenz¨® a gritar. Luego se desvaneci¨®.

Dej¨¦ el ramo sobre una mesa, recorr¨ª el pasillo de vuelta, sal¨ª del hospital y me puse las manos sobre el rostro mientras mis ojos se humedec¨ªan.

Cog¨ª la motocicleta y me fui a la zona m¨¢s apartada de la Malvarrosa; a la playa. El sol ba?aba la orilla con la luz de un amanecer perezoso. Luego una nube muy grande, una nube deformada, lo ocult¨® por espacio de tres, cuatro minutos. En ese momento son¨® mi m¨®vil. O¨ª una voz que me dec¨ªa: "Dime que lo tienes. ?Lo tienes, verdad?". Yo dije: "Lo siento, me he perdido?, no he dado con la carretera correcta? Lo siento, de verdad? Me he equivocado de sitio", y colgu¨¦. Entonces me registr¨¦ la cintura y toqu¨¦ la c¨¢mara. La desprend¨ª del pantal¨®n, la sostuve con la mano y, mientras el sol volv¨ªa a quemar la arena, me acerqu¨¦ a la orilla del mar. Mir¨¦ el horizonte azulado. Sent¨ª la brisa sobre mi rostro, alc¨¦ el brazo y, con toda la fuerza que me fue posible, la arroj¨¦.

Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo

?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?

Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.

?Por qu¨¦ est¨¢s viendo esto?

Flecha

Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.

En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PA?S
Recomendaciones EL PA?S
Recomendaciones EL PA?S
_
_
seductrice.net
universo-virtual.com
buytrendz.net
thisforall.net
benchpressgains.com
qthzb.com
mindhunter9.com
dwjqp1.com
secure-signup.net
ahaayy.com
tressesindia.com
puresybian.com
krpano-chs.com
cre8workshop.com
hdkino.org
peixun021.com
qz786.com
utahperformingartscenter.org
worldqrmconference.com
shangyuwh.com
eejssdfsdfdfjsd.com
playminecraftfreeonline.com
trekvietnamtour.com
your-business-articles.com
essaywritingservice10.com
hindusamaaj.com
joggingvideo.com
wandercoups.com
wormblaster.net
tongchengchuyange0004.com
internetknowing.com
breachurch.com
peachesnginburlesque.com
dataarchitectoo.com
clientfunnelformula.com
30pps.com
cherylroll.com
ks2252.com
prowp.net
webmanicura.com
sofietsshotel.com
facetorch.com
nylawyerreview.com
apapromotions.com
shareparelli.com
goeaglepointe.com
thegreenmanpubphuket.com
karotorossian.com
publicsensor.com
taiwandefence.com
epcsur.com
mfhoudan.com
southstills.com
tvtv98.com
thewellington-hotel.com
bccaipiao.com
colectoresindustrialesgs.com
shenanddcg.com
capriartfilmfestival.com
replicabreitlingsale.com
thaiamarinnewtoncorner.com
gkmcww.com
mbnkbj.com
andrewbrennandesign.com
cod54.com
luobinzhang.com
faithfirst.net
zjyc28.com
tongchengjinyeyouyue0004.com
nhuan6.com
kftz5k.com
oldgardensflowers.com
lightupthefloor.com
bahamamamas-stjohns.com
ly2818.com
905onthebay.com
fonemenu.com
notanothermovie.com
ukrainehighclassescort.com
meincmagazine.com
av-5858.com
yallerdawg.com
donkeythemovie.com
corporatehospitalitygroup.com
boboyy88.com
miteinander-lernen.com
dannayconsulting.com
officialtomsshoesoutletstore.com
forsale-amoxil-amoxicillin.net
generictadalafil-canada.net
guitarlessonseastlondon.com
lesliesrestaurants.com
mattyno9.com
nri-homeloans.com
rtgvisas-qatar.com
salbutamolventolinonline.net
sportsinjuries.info
wedsna.com
rgkntk.com
bkkmarketplace.com
zxqcwx.com
breakupprogram.com
boxcardc.com
unblockyoutubeindonesia.com
fabulousbookmark.com
beat-the.com
guatemala-sailfishing-vacations-charters.com
magie-marketing.com
kingstonliteracy.com
guitaraffinity.com
eurelookinggoodapparel.com
howtolosecheekfat.net
marioncma.org
oliviadavismusic.com
shantelcampbellrealestate.com
shopleborn13.com
topindiafree.com
v-visitors.net
djjky.com
053hh.com
originbluei.com
baucishotel.com
33kkn.com
intrinsiqresearch.com
mariaescort-kiev.com
mymaguk.com
sponsored4u.com
crimsonclass.com
bataillenavale.com
searchtile.com
ze-stribrnych-struh.com
zenithalhype.com
modalpkv.com
bouisset-lafforgue.com
useupload.com
37r.net
autoankauf-muenster.com
bantinbongda.net
bilgius.com
brabustermagazine.com
indigrow.org
miicrosofts.net
mysmiletravel.com
selinasims.com
spellcubesapp.com
usa-faction.com
hypoallergenicdogsnames.com
dailyupdatez.com
foodphotographyreviews.com
cricutcom-setup.com
chprowebdesign.com
katyrealty-kanepa.com
tasramar.com
bilgipinari.org
four-am.com
indiarepublicday.com
inquick-enbooks.com
iracmpi.com
kakaschoenen.com
lsm99flash.com
nana1255.com
ngen-niagara.com
technwzs.com
virtualonlinecasino1345.com
wallpapertop.net
casino-natali.com
iprofit-internet.com
denochemexicana.com
eventhalfkg.com
medcon-taiwan.com
life-himawari.com
myriamshomes.com
nightmarevue.com
healthandfitnesslives.com
androidnews-jp.com
allstarsru.com
bestofthebuckeyestate.com
bestofthefirststate.com
bestwireless7.com
britsmile.com
declarationintermittent.com
findhereall.com
jingyou888.com
lsm99deal.com
lsm99galaxy.com
moozatech.com
nuagh.com
patliyo.com
philomenamagikz.net
rckouba.net
saturnunipessoallda.com
tallahasseefrolics.com
thematurehardcore.net
totalenvironment-inthatquietearth.com
velislavakaymakanova.com
vermontenergetic.com
kakakpintar.com
jerusalemdispatch.com
begorgeouslady.com
1800birks4u.com
2wheelstogo.com
6strip4you.com
bigdata-world.net
emailandco.net
gacapal.com
jharpost.com
krishnaastro.com
lsm99credit.com
mascalzonicampani.com
sitemapxml.org
thecityslums.net
topagh.com
flairnetwebdesign.com
rajasthancarservices.com
bangkaeair.com
beneventocoupon.com
noternet.org
oqtive.com
smilebrightrx.com
decollage-etiquette.com
1millionbestdownloads.com
7658.info
bidbass.com
devlopworldtech.com
digitalmarketingrajkot.com
fluginfo.net
naqlafshk.com
passion-decouverte.com
playsirius.com
spacceleratorintl.com
stikyballs.com
top10way.com
yokidsyogurt.com
zszyhl.com
16firthcrescent.com
abogadolaboralistamd.com
apk2wap.com
aromacremeria.com
banparacard.com
bosmanraws.com
businessproviderblog.com
caltonosa.com
calvaryrevivalchurch.org
chastenedsoulwithabrokenheart.com
cheminotsgardcevennes.com
cooksspot.com
cqxzpt.com
deesywig.com
deltacartoonmaps.com
despixelsetdeshommes.com
duocoracaobrasileiro.com
fareshopbd.com
goodpainspills.com
hemendekor.com
kobisitecdn.com
makaigoods.com
mgs1454.com
piccadillyresidences.com
radiolaondafresca.com
rubendorf.com
searchengineimprov.com
sellmyhrvahome.com
shugahouseessentials.com
sonihullquad.com
subtractkilos.com
valeriekelmansky.com
vipasdigitalmarketing.com
voolivrerj.com
worldhealthstory.com
zeelonggroup.com
1015southrockhill.com
10x10b.com
111-online-casinos.com
191cb.com
3665arpentunitd.com
aitesonics.com
bag-shokunin.com
brightotech.com
communication-digitale-services.com
covoakland.org
dariaprimapack.com
freefortniteaccountss.com
gatebizglobal.com
global1entertainmentnews.com
greatytene.com
hiroshiwakita.com
iktodaypk.com
jahatsakong.com
meadowbrookgolfgroup.com
newsbharati.net
platinumstudiosdesign.com
slotxogamesplay.com
strikestaruk.com
techguroh.com
trucosdefortnite.com
ufabetrune.com
weddedtowhitmore.com
12940brycecanyonunitb.com
1311dietrichoaks.com
2monarchtraceunit303.com
601legendhill.com
850elaine.com
adieusolasomade.com
andora-ke.com
bestslotxogames.com
cannagomcallen.com
endlesslyhot.com
iestpjva.com
ouqprint.com
pwmaplefest.com
qtylmr.com
rb88betting.com
buscadogues.com
1007macfm.com
born-wild.com
growthinvests.com
promocode-casino.com
proyectogalgoargentina.com
wbthompson-art.com
whitemountainwheels.com
7thavehvl.com
developmethis.com
funkydogbowties.com
travelodgegrandjunction.com
gao-town.com
globalmarketsuite.com
blogshippo.com
hdbka.com
proboards67.com
outletonline-michaelkors.com
kalkis-research.com
thuthuatit.net
buckcash.com
hollistercanada.com
docterror.com
asadart.com
vmayke.org
erwincomputers.com
dirimart.org
okkii.com
loteriasdecehegin.com
mountanalog.com
healingtaobritain.com
ttxmonitor.com
nwordpress.com
11bolabonanza.com