Sin papeles, sin nombre y sin vida
La polic¨ªa investiga si dos paquistan¨ªes muertos en una obra fueron contratados bajo una identidad distinta a la suya
Amjad Al¨ª aterriz¨® en Espa?a hace unos dos meses. En la ciudad paquistan¨ª de Gujarat dej¨® a su mujer y a su ¨²nico hijo con la esperanza de enviarles dinero cuanto antes. Lo de siempre. La historia parec¨ªa ir por buen camino porque, al poco de llegar, entr¨® a trabajar como operario de la construcci¨®n en unas obras auxiliares en el barrio del Poblenou, en Barcelona. Pero la fortuna es caprichosa. El 27 de julio -un jueves gris, denso, lluvioso como pocos este verano- la muerte le busc¨® y le encontr¨® junto a otros cuatro compa?eros, en uno de los accidentes laborales m¨¢s graves ocurridos en Catalu?a en los ¨²ltimos a?os.
Esa tarde, los trabajadores se encontraban realizando una galer¨ªa de instalaciones el¨¦ctricas en una zanja. El apa?o deb¨ªa servir para abastecer a un edificio de oficinas en construcci¨®n. De repente, un muro de contenci¨®n de cinco metros de altura -que no se hab¨ªa apuntalado ni reforzado pese a la profundidad de la zanja- cedi¨® y se vino abajo. La monta?a de arena y piedras sepult¨® a seis hombres. S¨®lo uno sobrevivi¨®. No fue Amjad, que con 26 a?os deja a una mujer viuda y a un ni?o hu¨¦rfano a m¨¢s de 6.000 kil¨®metros.
Amjad Al¨ª y Abdul Qadeer llevaban poco tiempo en Espa?a y su situaci¨®n era irregular
Una empresa registrada como distribuidora de alimentos les emple¨® en la construcci¨®n
Entre los cinco fallecidos se cuentan dos espa?oles: Isaac Casero Falc¨®, que era delegado de Comisiones Obreras, y Francisco Javier Cortal Vega. Isaac, de 29 a?os, era el ¨²nico que trabajaba directamente para la empresa promotora del proyecto, Habitat. Francisco Javier lo hac¨ªa para Galasa, subcontrata de la principal. Sus nombres y apellidos se dieron a conocer con cierta celeridad. Mucho m¨¢s dif¨ªcil result¨® conocer la identidad exacta de los otros tres obreros muertos, de origen paquistan¨ª.
La misma tarde del accidente, el Ayuntamiento de Barcelona revel¨® las iniciales de uno de ellos: I. A. Seg¨²n confirmaron despu¨¦s familiares y representantes de la comunidad paquistan¨ª en la capital catalana, se trata de Imtaz Ahmed. Como Amjad, tambi¨¦n ¨¦l estaba casado y hab¨ªa dejado a la esposa en su pa¨ªs. Amjad ten¨ªa cuatro hijos.
Pero hab¨ªa una diferencia abismal entre estos dos hombres, al menos en el terreno burocr¨¢tico. Imtaz resid¨ªa de forma regular en Espa?a desde hac¨ªa al menos cinco a?os. Amjad no ten¨ªa papeles: era un inmigrante ilegal. "Ni siquiera dispon¨ªa en esos momentos del pasaporte de Pakist¨¢n en regla, as¨ª que no pudo enviar nada de dinero", explica Abdul-Razaq Sadiq, familiar lejano.
El tercero de los paquistan¨ªes fallecidos es Abdul Qadeer, de 34 a?os, que apenas llevaba siete meses residiendo en Barcelona. Su situaci¨®n tampoco estaba regularizada. Como en el caso del joven Amjad, ni los Mossos d'Esquadra, ni el Departamento de Trabajo de la Generalitat -que investigan, cada uno por su lado, las causas del accidente y las condiciones laborales de los empleados- han facilitado su identidad.
Mientras que Imtaz fue repatriado enseguida a su pa¨ªs, el ¨²ltimo viaje de Amjad y Abdul a Pakist¨¢n tuvo que retrasarse. Seg¨²n familiares y amigos, sus cad¨¢veres llegaron el lunes 7 al aeropuerto de Islamabad. El 3 de agosto, unos 200 paquistan¨ªes se dirigieron al tanatorio de Sancho de ?vila a dar el ¨²ltimo adi¨®s a sus compatriotas.
Lo siniestro es que el recinto se encuentra a escasos 50 metros del lugar del accidente. Uno a uno, fueron pasando ante los ata¨²des. "Es normal que haya tanta gente. Muchos son de la misma rama familiar o del mismo pueblo", dice Saqib Tahir, secretario general de la asociaci¨®n cultural Arman. A diferencia de los otros difuntos, el nombre y los apellidos de Amjad y Abdul no estaban inscritos sobre ninguna placa solemne.
El presidente de la Asociaci¨®n de Trabajadores Paquistan¨ªes de Catalu?a, Javed Ilyas, denunci¨® tras el accidente que los dos obreros no ten¨ªan papeles y "trabajaban con el alta laboral de otros dos ciudadanos paquistan¨ªes". De esta forma, habr¨ªa eludido un eventual problema legal. La polic¨ªa judicial tambi¨¦n sospecha de esta situaci¨®n y desde hace unos d¨ªas est¨¢ buscando posibles irregularidades en los contratos de estos dos trabajadores. "No s¨¦. Puede que pidieran un favor a un amigo para poder trabajar. Pero la empresa siempre tiene que vigilar para que no haya problemas", insiste Saqib.
La empresa que les dio trabajo se llama Brendom Construcci¨®n 2004 S.L. Esta firma -subcontratada por F. S. I., a la vez subcontratada por Habitat- aparece en el registro mercantil como distribuidora de Al¨ªmentos y bebidas, entre otros productos. Pero en ning¨²n caso se la menciona como constructora o algo parecido. La sede de esta empresa, seg¨²n el registro, est¨¢ en una amplia avenida de la localidad de Badalona. Sin embargo, en el n¨²mero 187 de la avenida Marqu¨¨s de Montroig el nombre que aparece en el r¨®tulo del local comercial no es Brendom, sino Kondal. Y tampoco es una empresa: es un locutorio.
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