Los caprichos subterr¨¢neos de Cantabria
Visita a la cueva de El Soplao, entre formaciones c¨¢lcicas de ensue?o en las entra?as de una antigua mina
La cueva de El Soplao se ha convertido, desde su inauguraci¨®n en julio de 2005, en una de las mejores etapas tur¨ªsticas de Cantabria. En este periodo ha acogido a casi 350.000 visitantes repartidos entre los dos recorridos guiados que se realizan en su interior.
La cavidad esconde un para¨ªso natural que la ha convertido en referencia mundial para la espeleolog¨ªa, de la misma manera que Altamira lo es para el arte prehist¨®rico. Su rinc¨®n m¨¢s emblem¨¢tico, denominado "falso suelo", est¨¢ considerado como la capilla Sixtina del mundo subterr¨¢neo. De los 17 kil¨®metros de la gruta, por ahora se han abierto cuatro, suficientes para impregnarse de los antojos m¨¢s irreales que ha creado la naturaleza durante miles de a?os. Galer¨ªas tapizadas de aragonitos, nidos de perlas, estalactitas, estalagmitas y un sinf¨ªn de formaciones que protagonizan las oscuridades cavernarias m¨¢s fastuosas. Sin embargo, los elementos m¨¢s bellos y singulares son las concreciones c¨¢lcicas denominadas exc¨¦ntricas o helictitas. Se trata de peque?as estalactitas que se niegan a obedecer la ley de la gravedad y en lugar de crecer en descendencia vertical, lo hacen en horizontal o hacia cualquier otra direcci¨®n.
Parque tem¨¢tico
El proyecto de El Soplao, adem¨¢s de la adecuaci¨®n tur¨ªstica de la cueva, pretende crear en un par de a?os un parque tem¨¢tico centrado en geolog¨ªa, miner¨ªa y usos tradicionales del mundo rural ubicado en el monte de La Florida, que rodea el complejo minero.
La impresionante gruta se localiza bajo la sierra de Arnero, arropada por las cumbres, entre los Picos de Europa, Pe?a Sagra y el mar Cant¨¢brico, en el denominado monte Cavi?a o de la Florida, cuyas entra?as fueron socavadas por los mineros a partir de 1857. Los minerales de zinc y plomo se extra¨ªan de forma muy rudimentaria con sistemas y herramientas tradicionales; un trabajo sucio, dur¨ªsimo y asfixiante que de vez en cuando se ve¨ªa aliviado con el encuentro de las galer¨ªas naturales de la cueva, que aportaban un soplo de aire fresco. Soplao era el nombre que los mineros daban a los flujos de aire que entraban por la cueva, y con el que ha quedado bautizado el lugar.
A pesar del trasiego de un siglo de trabajos mineros, la cueva se encuentra en un estado de conservaci¨®n excepcional, aun habiendo sufrido algunos expolios de formaciones de aragonito, desde que se cerrara la mina en 1978. Las galer¨ªas se distribuyen en siete niveles o plantas subterr¨¢neas, pero fue en el segundo nivel -durante los trabajos de apertura de nuevas galer¨ªas a principios del siglo XX- donde los mineros se toparon casualmente con el espect¨¢culo natural de la cueva.
La excursi¨®n guiada se inicia montados en un tren minero que introduce a grupos de 48 turistas por la antigua boca de un t¨²nel llamado La Isidra. El primer contacto con la gruta es espectacular, sobre todo por la grandeza de la galer¨ªa en la que se desemboca, nombrada De los Fantasmas a ra¨ªz de la profusi¨®n de estalagmitas con semejante parecido. A su lado, La Gorda constituye la sala m¨¢s grande de la cueva, y destaca en particular por unos techos sobrecogedores, repletos de helictitas de calcita, junto a gigantescas columnas. Penachos y rosetones de exc¨¦ntricas de espinas fin¨ªsimas cubren techos enteros, mientras por todos lados se ve el capricho de formaciones m¨¢s definidas y con formas reconocibles parecidas a fantasmas, obispos, belenes, ¨®rganos, cocodrilos y hasta orejas de elfos.
Para los m¨¢s atrevidos existe tambi¨¦n un recorrido de aventura, que llega hasta las entra?as de El Soplao. Equipados con mono, casco con luz y botas de goma, se puede pasear dos horas y media por las tinieblas cavernosas y descubrir en la penumbra las maravillas de las galer¨ªas del Campamento, La Coliflor y El Bosque.
Informaci¨®n y reservas: 902 82 02 82.
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