"Aqu¨ª tengo la seguridad necesaria"
Cynthia Favero (Buenos Aires, 1970) tiene su despacho profesional en la calle de Pr¨ªncipe de Vergara, un pasaporte espa?ol -"mi madre es espa?ola", dice-, un alma dividida entre las dos orillas del oc¨¦ano y una especializaci¨®n laboral que habla de temas jur¨ªdicos relacionados con extranjer¨ªa, inmigraci¨®n y derecho internacional.
Mientras la tarde cae sobre la ciudad y una ligera brisa se cuela por la ventana entreabierta, la letrada se arrellana en su sill¨®n y comienza a contar experiencias que son retazos de sus 35 a?os. "Uno de mis primeros recuerdos coincide con el a?o 1972, cuando, con mis padres, vine por primera vez a Espa?a. Llegaron por motivos de trabajo y se quedaron varios a?os", explica.
Cuando en 1988 Favero iba a comenzar sus estudios universitarios, ya con 18 a?os, volvi¨® a R¨ªo de la Plata con su familia: "All¨ª hice mi carrera, ejerc¨ª un tiempo y volv¨ª de nuevo a Espa?a, a la casa que hab¨ªamos dejado. Por esta raz¨®n, no me siento extranjera ni aqu¨ª ni all¨ª".
La abogada, de esp¨ªritu independiente y quehacer agresivo en la defensa de los intereses de los clientes, comenz¨® su carrera con algunos casos pol¨¦micos: "Uno de ellos, relacionado con familiares de militares argentinos de la dictadura, hizo que comenzaran a llegar, a m¨ª y a mi familia, amenazas bastante serias".
En 1994, cuando Favero regres¨® a Madrid, lo primero que tuvo que hacer fue encontrar su hueco profesional: "Entr¨¦ a trabajar en un despacho que hab¨ªa en la Gran V¨ªa. Era el ¨²nico que, por aquel entonces, exist¨ªa en Madrid dedicado en exclusiva a la extranjer¨ªa", rememora. Mientras llegaba la homologaci¨®n de los t¨ªtulos, tuvo que completar un periodo de pr¨¢cticas: "Al final, despu¨¦s de convertirme en socia, pas¨¦ a dirigir, casi en exclusiva, el despacho". La evoluci¨®n profesional fue r¨¢pida y la jurista acab¨® abandonando el bufete para establecerse por su cuenta.
Con los a?os y el buen resultado del boca a boca, Favero ha alcanzado la estabilidad necesaria: "En Argentina, hoy puedes ser millonario y ma?ana estar pidiendo en la calle. As¨ª es imposible desarrollar un proyecto. Aqu¨ª tengo la seguridad necesaria para sentirme feliz y realizada". As¨ª, a partir de una peque?a plantilla hoy ha llegado a dirigir el despacho Sentencia S.L., en el que trabajan 19 personas que atienden a m¨¢s 30.000 clientes.
"Para dedicarse a extranjer¨ªa hay que valer. No te puedes dedicar a esto sin vivir, compartir y, en cierto modo, sufrir los problemas y temores de los emigrantes a los que defiendes. Te tienes que poner en su piel para as¨ª poder luchar, con todo, por sus objetivos: un permiso de trabajo, una tarjeta de residencia, poder traer a sus familias... Nunca puedes pensar que todo eso es la mera tramitaci¨®n de un tr¨¢mite burocr¨¢tico", explica la abogada.
Una de las caracter¨ªsticas de este peculiar despacho jur¨ªdico es que hace las veces de term¨®metro sociol¨®gico: "Si aumentan o disminuyen los casos relacionados con una determinada nacionalidad, ya sabemos que, en las estad¨ªsticas nacionales de ese a?o, en lo referente a entradas de emigrantes, se producir¨¢ una tendencia calcada". Y la misma mirilla servir¨¢ para asignar campos profesionales a esos mismos emigrantes: "Los ecuatorianos suelen dedicarse al sector dom¨¦stico y hosteler¨ªa; el rumano prefiere la construcci¨®n; se ven muchos b¨²lgaros conduciendo camiones...".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.