Paliza al mejor estilo NBA

Mundial s¨®lo hay uno, pero categor¨ªas, dentro del que se juega en Jap¨®n, hay varias. Espa?a se ha ganado el billete para viajar en el primer vag¨®n, muy lejos de bastantes equipos contra los que le toca competir y a los que est¨¢ intimidando. Est¨¢ adquiriendo un ascendente como el que s¨®lo pod¨ªan alcanzar algunas de las mejores selecciones de la antigua Yugoslavia y hasta de la NBA, Dream Team al margen, claro, que tampoco hay que exagerar. Hasta ahora ha ganado como y cuando ha querido. Si el primer d¨ªa despach¨® a Nueva Zelanda en el tercer cuarto, de Panam¨¢ dio cuenta en apenas 15 minutos, los que le bastaron para abrir diferencias cercanas a los veinte puntos (28-11), menos de la mitad de los 44 con los que sell¨® el marcador. Y eso a pesar de la ausencia por lesi¨®n de Felipe Reyes y de que Navarro apenas pudo jugar porque sufri¨® un problema en un pie. ?sas son las noticias negativas en un equipo que no pasa d¨ªa sin que demuestre lo a gusto que se siente en la pista, el excelente encaje de sus piezas y su tremenda calidad.

La zurra deslumbr¨® hasta al seleccionador de Panam¨¢, el argentino Guillermo Vecchio, que declar¨®: "Definitivamente, hemos jugado contra el mejor equipo del mundo. Est¨¢ por encima de Argentina y Estados Unidos. Siendo argentino, me duele decirlo, pero es as¨ª. Juega muy suelto y seguro. Podr¨ªa competir perfectamente en la NBA". La opini¨®n de un t¨¦cnico con amplia experiencia como Vecchio avala las magn¨ªficas sensaciones que transmite el equipo espa?ol. El paname?o no atraviesa, desde luego, por su mejor momento. Hab¨ªa perdido tambi¨¦n frente a Angola, pero posee varios jugadores como para dar alg¨²n quebradero de cabeza. No fue as¨ª.

Pau Gasol volvi¨® a arrasar bajo los aros sin dejar decir esta boca es m¨ªa a un jugador de solvencia contrastada como Garc¨¦s. Garbajosa repiti¨® la faena de ali?o, muchas veces brillando en aspectos menos espectaculares pero tremendamente efectivos del juego. Rudy Fern¨¢ndez, un tanto impreciso en los lanzamientos el primer d¨ªa, recuper¨® la punter¨ªa y, con ella, su mejor nivel.

Lo mejor es que Espa?a despunta adem¨¢s por un juego colectivo tan efectivo como vistoso. Sus jugadores se entienden a las mil maravillas y eso se traduce en una solidaridad que facilita el encaje, especialmente el de los que salen desde el banquillo. Rudy, Berni y Sergio Rodr¨ªguez fueron los que mejor se desenvolvieron. Da la sensaci¨®n de que el base que la pr¨®xima temporada jugar¨¢ con los Blazers de Portland le est¨¢ ganando ligeramente el pulso a Cabezas en su competencia por convertirse en el primer recambio de Calder¨®n. Hac¨ªa tiempo que un seleccionador espa?ol no daba tantos minutos a tres bases y algunos de los ¨²ltimos s¨®lo contaban con dos puros entre los doce convocados para cada torneo. Pepu Hern¨¢ndez incluso utiliz¨® durante algunos minutos a dos aleros, Jim¨¦nez y Mumbr¨², en la posici¨®n de cuatro en previsi¨®n de que el equipo pueda necesitarlos en ella por la lesi¨®n de Reyes.

La selecci¨®n sum¨® 22 asistencias, un aspecto que habla a las claras del altruismo y sentido colectivo de sus componentes. El que un d¨ªa est¨¢ mal otro est¨¢ bien sin que ello influya excesivamente en el rendimiento del grupo. Marc Gasol, notable ante Nueva Zelanda, acus¨® las tres faltas que sum¨® en apenas cinco minutos cuando se emparej¨® con C¨¢rdenas, un veterano armario de Panam¨¢, y Mumbr¨² no estuvo tan acertado en el tiro como el primer d¨ªa y contabiliz¨® dos aciertos en diez lanzamientos. Pero nadie baja los brazos ni se deprime. El engranaje funciona y los jugadores que un d¨ªa est¨¢n menos acertados al siguiente o incluso dentro de un mismo partido se superan. El s¨ªntoma no puede ser m¨¢s saludable y esperanzador.