Madrid vuelve a 1939 para revelar el crimen de las 'Trece rosas'
Las tropas que ganaron la Guerra Civil desfilan por La Latina enarbolando banderas falangistas en el rodaje del caso de las adolescentes fusiladas por Franco.
Un cami¨®n erizado con los brazos alzados de un grupo de monjas esgrimiendo el saludo fascista irrumpe en la carrera de San Francisco hacia la plaza Puerta de Moros, en La Latina. Es el primer d¨ªa de abril de 1939. Franco ha vencido al Gobierno leg¨ªtimo de la II Rep¨²blica y entra vencedor en Madrid, la plaza que se le ha resistido ferozmente durante tres a?os. Dos muchachas contemplan incr¨¦dulas montadas en un burro c¨®mo las tropas falangistas, con camisas azules y boinas rojas, desfilan a placer.
Son Marta Etura y Nuria de Santiago, dos de las cinco protagonistas de Trece rosas, de Emilio Mart¨ªnez-L¨¢zaro, que estos d¨ªas se est¨¢ rodando en Madrid. La cinta recrea uno de los episodios m¨¢s infames de la posguerra. El de las 13 adolescentes que fueron fusiladas el 5 de agosto de 1939 tras ser acusadas de "auxilio a la rebeli¨®n". Era el cargo m¨¢s gen¨¦rico que se aplicaba entonces.
Zona de guerra: La Latina
Los sacos terreros inundan la plaza Puerta de Moros. Hay un ca?¨®n antia¨¦reo abandonado y carros de labranza desperdigados. En los balcones, banderas rojigualdas de Espa?a y rojinegras falangistas. El sol cae a plomo. Todo est¨¢ lleno de polvo y muy sucio. Tras la derrota, muchos temen la represi¨®n. Franco promete que s¨®lo castigar¨¢ a los criminales, pero pronto entender¨¢n que no es aconsejable creer a un dictador. Tres falangistas increpan a un anciano. "?El cara al sol!", le espetan. El viejo musita las dos primeras l¨ªneas del himno falangista. "?Y qu¨¦ mas?". Le golpean, cae al suelo y los tres lo patean.
"Se ha tardado m¨¢s de 60 a?os en hablar de una historia que todo el mundo conoc¨ªa. De las trece rosas no se hablaba p¨²blicamente, como de tantos otros casos que se intentaron enterrar. Tras la guerra se dijo que los asesinatos s¨®lo los hab¨ªan cometido los rojos y que los nacionales no hab¨ªan hecho nada", explica Mart¨ªnez-L¨¢zaro. "Se debe decir lo que pas¨® con tranquilidad, y los hechos deben ser expuestos a la luz. Deben ser contados, que todo el mundo los conozca y entonces olvidarlos".
Unos 500 figurantes, caracterizados como falangistas y monjas y hombres y mujeres de a pie de 1939, se re¨²nen en el patio del colegio de Nuestra Se?ora de la Paloma para devorar un bocadillo bajo un calor chorreante. Una falangista con la boina al hombro se remanga la falda negra para airear los muslos.
Otra figurante, Mar¨ªa Teresa Morales, de 76 a?os, ya conoc¨ªa el caso "de las 13 chicas que mataron cuando la guerra". Tendr¨ªa unos siete a?os. "Yo recuerdo bien aquella ¨¦poca", tercia Melqu¨ªades Iniesta, de 81 a?os, que figura como un madrile?o an¨®nimo. "Nos evacuaron porque dec¨ªan que ven¨ªan los moros, y los que ven¨ªan eran los otros [los golpistas]", rememora. "Con 13 a?os ten¨ªa que alimentar a cuatro hermanos. Iba a los comedores del Auxilio Social y cuando volv¨ªa en metro me colocaba entre los vagones porque dentro iba lleno de gente y la comida se desparramaba".
La cinta se basa en el libro Trece rosas rojas, de Carlos Fonseca, que aborda el caso de la tortura y la muerte de las muchachas. La cinta, cuyo gui¨®n firma el novelista Ignacio Mart¨ªnez de Pis¨®n (Enterrar a los muertos), sigue a cinco de aquellas chicas. Blanca (Pilar L¨®pez de Ayala), Julia (Ver¨®nica S¨¢nchez), Virtudes (Etura) Carmen (De Santiago) y Adelina (Gabriela Pession) viven el estallido de la Guerra Civil y se comprometen para luchar contra el avance golpista. Mart¨ªnez-L¨¢zaro quiere contar sobre todo c¨®mo vivieron aquellas cinco chicas. C¨®mo re¨ªan, c¨®mo se enamoraban y se ilusionaban como cualquiera. Y las acompa?a durante la detenci¨®n, los interrogatorios y las torturas hasta el fusilamiento.
"Virtudes es hija de unos porteros y se afilia a las juventudes socialistas porque era un lugar donde la mujer ten¨ªa voz, pod¨ªa actuar y sentirse ¨²til", explica Etura, tras sudar la gota gorda bajo el sol de mediod¨ªa. "Se afilia en 1936, al principio de la guerra, porque ve que est¨¢ sucediendo una injusticia: la izquierda gana las elecciones legalmente y parte del ej¨¦rcito da un golpe de estado. Las chicas, como otros, se movilizan para intentar devolver la democracia", detalla.
Carmen tambi¨¦n fue acusada pero escap¨® a la ejecuci¨®n. "Tiene 15 a?os y es la m¨¢s joven. Est¨¢ llena de fuerza y esperanza y es la que consigue que el grupo no se rinda en los momentos m¨¢s dif¨ªciles", explica De Santiago, con un peinado a la moda de los a?os treinta. La actriz habl¨® con la Carmen real, Mari Carmen Cuesta, que tiene 83 a?os. "Han pasado casi 70 a?os, pero a¨²n se emociona cuando recuerda lo que les sucedi¨® a sus compa?eras. No sabe por qu¨¦ a ella no la fusilaron".
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