"Una buena ciudad es mejor que una buena casa"
Felix Claus (Arnhem, 1956), su socio, Kees Kaan (Breda, 1961), y los 80 arquitectos que trabajan con ellos -repartidos en sendos estudios en Amsterdam y Rotterdam- representan el otro lado de la arquitectura holandesa actual. Una apuesta por la discreci¨®n, por el silencio, que les ha llevado a predicar por todas las universidades donde han dado clases (Columbia, Saint Louis, Misuri, UCLA...) la necesidad de una arquitectura humilde.
PREGUNTA. ?A qu¨¦ obedece esa actitud? ?No todo es Koolhaas en Holanda?
RESPUESTA. Me temo que no. En absoluto. En Holanda tenemos una cultura arquitect¨®nica bastante rica porque la arquitectura todav¨ªa forma parte de la sociedad. En Estados Unidos es s¨®lo para millonarios y para ocasiones muy especiales. Pero en los Pa¨ªses Bajos es para cada d¨ªa y para todo el mundo: algo normal. Por eso un arquitecto es tambi¨¦n alguien normal con una profesi¨®n: el equivalente a un m¨¦dico o a un dentista. No es una estrella. As¨ª, nosotros estamos m¨¢s interesados en las cualidades f¨ªsicas de la arquitectura y no tanto en su problem¨¢tica, en su capacidad medi¨¢tica o en su potencial para el desarrollo de la modernidad. Nos preocupa la continuidad de la profesi¨®n en todos sus aspectos. Koolhaas es algo aparte. Es como Rembrandt, alguien ¨²nico. Es absurdo que nadie trate de copiarlo porque los genios son ¨²nicos.
"El genio es ¨²nico. Imag¨ªnese que en la esquina de cada calle apareciese un edificio genial. Las ciudades ser¨ªan rid¨ªculas"
P. Pero muchos arquitectos j¨®venes s¨ª siguen su estela.
R. S¨ª, claro. ?se es el problema de la modernidad. El concepto de modernidad empez¨® en el siglo XX con Picasso. ?l fue el primer genio reconocido mundialmente, medi¨¢ticamente. Todo el mundo despu¨¦s quiso ser como ¨¦l. Le Corbusier tradujo esa idea a la arquitectura. Y se convirti¨® en un arquitecto medi¨¢tico. En todas las universidades del mundo, millones de estudiantes tratan de convertirse en genios, pero est¨¢ claro que eso es imposible. El genio es ¨²nico. Imag¨ªnese que en la esquina de cada calle apareciese un edificio genial. Las ciudades ser¨ªan rid¨ªculas. Con todo, la tragedia de la arquitectura es que en el fondo muchos arquitectos que podr¨ªan ser buenos, correctos profesionales, se empe?an en ser genios.
P. Como Mies van der Rohe, ?ustedes no quieren reinventar la arquitectura cada lunes por la ma?ana?
R. Preferimos ser buenos a ser interesantes.
P. ?Creen que mucha arquitectura actual se hace la interesante?
R. Claro que s¨ª. Y no les culpo. Tambi¨¦n nosotros tenemos que hacernos los interesantes para ganar atenci¨®n. Si no lo haces, tus clientes creen que est¨¢s pasado de moda o algo peor. Todos los arquitectos tratamos de conseguir atenci¨®n. Pero eso no es nuevo. Siempre fue as¨ª: en la Edad Media, en el siglo XVIII, en todos los tiempos nos hemos tenido que vender. Pero eso s¨®lo es uno de los aspectos de la arquitectura, no el ¨²nico. Permitir que la imagen que vendemos sea lo m¨¢s importante es confundir la disciplina.
P. ?C¨®mo trata de vender su trabajo?
R. Somos afortunados. En Holanda la arquitectura es algo normal, importante. No porque se hable de ella sino porque est¨¢ para usarse. Y hay mucha. Por eso hay mucho trabajo. Tenemos clientes profesionales que no buscan a sus arquitectos en las revistas. Buscan relaciones a largo plazo, calidad, servicio, atenci¨®n. El ayuntamiento es clave en la arquitectura de las ciudades holandesas. Apuestan por ciudades para los ciudadanos. No por monumentos para mayor gloria de los pol¨ªticos. La gente es exigente, est¨¢ acostumbrada a exigir, y las leyes reflejan esa exigencia.
P. ?Las leyes?
R. Hay una ley de principios del siglo XX que obliga a los lugares p¨²blicos a convertirse en extensiones de las viviendas. Por eso las viviendas son generadores de m¨¢s arquitectura. Todos nuestros arquitectos empiezan construyendo viviendas. Koolhaas tambi¨¦n hizo su primera obra firmando viviendas sociales.
P. En Madrid ha impartido un m¨¢ster sobre vivienda a arquitectos en la Complutense. ?Qu¨¦ les ha ense?ado?
R. La vivienda est¨¢ basada en el conocimiento. Tiene que ver con retretes, comidas, con el cuerpo humano. Y tiene que ver con el espacio p¨²blico que es la esencia de la sociedad occidental. El espacio p¨²blico es nuestra idea de la libertad: el lado pol¨ªtico de nuestra profesi¨®n. Si toma las ciudades modernas, su espacio p¨²blico representa ideales cl¨¢sicos: humanismo, libertad y privacidad. En la calle somos iguales y, por lo tanto, libres. En privado somos secretos. Eso s¨®lo funciona en determinado tipo de ciudad: uno debe sentir el espacio p¨²blico como propio, seguro, abarcable, disfrutable. No es el caso de Estados Unidos. All¨ª pocas ciudades tienen una idea del espacio p¨²blico. Los arquitectos tenemos la responsabilidad de pensar ese espacio, que es el de la libertad, el que mejora la vida de las personas en la ciudad. Las casas mejoran la vida relativamente, la ciudad fundamentalmente. Holanda vivi¨® una burbuja econ¨®mica hace diez a?os. Se pod¨ªa hacer de todo. Los clientes no eran cr¨ªticos y muchos arquitectos hicieron locuras. Eso afecta a la reputaci¨®n de la arquitectura y a la integraci¨®n de la ciudad. La ciudad desintegrada es un desastre: campo abonado para los guetos. Ayer estuve en un suburbio de Madrid: s¨®lo hab¨ªa casas para ricos. Me pareci¨® un desastre. Seguro que hay tambi¨¦n suburbios pobres, pero no sabr¨ªa decir cu¨¢l es peor. Ni m¨¢s peligroso.
P. En Espa?a tenemos un problema enorme con la vivienda. Cada vez son m¨¢s peque?as y m¨¢s caras. ?Cu¨¢l es su idea para solucionar esa carencia?
R. De nuevo el espacio p¨²blico. Una buena ciudad es mejor que una buena casa, por una cuesti¨®n sencilla: una ciudad puede hacer cosas mayores y mejores. La gente tiene m¨¢s poder del que cree. El p¨²blico puede cambiar un barrio. En Holanda la gente est¨¢ volviendo a las ciudades. Se han hartado de la piscina, el garaje y el perro y prefieren la vida de barrio, ir al colegio caminando. La ciudad sigue siendo el mejor lugar para vivir. Los suburbios terminar¨¢n por matarnos.
P. Hablan de aceptar la banalidad de la construcci¨®n, de dejar a un lado teor¨ªas. Reivindican la parte f¨ªsica, tangible, de la arquitectura: los materiales, la construcci¨®n, las personas. ?Hay demasiada teor¨ªa en la arquitectura de hoy?
R. Hay mucha. Cuando doy clases en Estados Unidos me doy cuenta de que los estudiantes son elocuentes, pueden hablar de cualquier fil¨®sofo franc¨¦s y aplicar sus teor¨ªas a un dise?o. Pero no saben nada de arquitectura. Nunca han construido ni se han acercado a una obra. Admiro la teor¨ªa. Es necesario pensar. Pero la teor¨ªa tiende un puente entre el cerebro y la mano. Para construir tienes que bajar al mundo real. Creo en la ciencia, la teor¨ªa debe reflejar la pr¨¢ctica y no al rev¨¦s.
P. Ha dicho que el progreso de la arquitectura pasa por la aceptaci¨®n del contexto.
R. De todos los contextos. Un arquitecto es un colaborador, alguien que une pol¨ªtica, terreno, trabajadores... Debe tener mucho cuidado antes de empezar. Se ha de conocer el contexto. Por eso yo no trabajo en China. No estoy de acuerdo con ese contexto.
P. ?Cree que mucha arquitectura no acepta el contexto?
R. El problema de la arquitectura actual es que hay demasiados arquitectos tratando de hacer piezas de las que se consiguen una vez en la vida. Ni siquiera Jean Nouvel puede lograr un edifico ¨²nico m¨¢s que cada diez o doce a?os. Eso significa que el mundo se est¨¢ llenando de bromas. Hoy en d¨ªa las revistas de arquitectura deber¨ªan llevar una marca: "Advertencia: no trate de hacerlo en casa".
P. Mucha gente cree que este tipo de arquitectura identifica el progreso. ?Cu¨¢l es su idea del progreso en arquitectura?
R. La arquitectura tuvo un papel, a principios del siglo XX, abriendo la mentalidad de la sociedad. Hoy, en Europa, vivimos en un mundo libre, nutrido, de abundancia, deber¨ªamos darnos cuenta de lo que tenemos y preguntarnos si no estamos a punto de destrozarlo. A veces temo que los arquitectos destrocemos nuestro papel en la sociedad, como sucedi¨® en el Reino Unido despu¨¦s de los sesenta. El progreso para m¨ª es ser responsable.
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