Plut¨®n posmoderno
Plut¨®n ya no es planeta porque expertos astr¨®nomos lo han acordado en Praga. Esta peque?ez es una demostraci¨®n m¨¢s de que la realidad ha dejado de ser "real" y se ha transformado, ¨²nicamente, en un proceso de interpretaci¨®n subjetiva, construida por una ret¨®rica espec¨ªfica.
Para otros expertos, pero en el ¨¢mbito de la filosof¨ªa, o de las ciencias sociales, el ejemplo de Plut¨®n es un s¨ªntoma m¨¢s de la era de los mass media, la revoluci¨®n de las comunicaciones y de la tecnolog¨ªa. Un periodo cuasi virtual que algunos llaman posmodernidad, caracterizado, entre otras cosas, por una saturaci¨®n de informaci¨®n que tampoco ha conseguido explicar la complejidad del entorno humano; parad¨®jicamente, al final del proceso se ha impuesto lo contrario: la victoria del mito, cuya simplicidad hace m¨¢s f¨¢cil la compresi¨®n de las cosas.
Plut¨®n dejar¨¢ de ser planeta, pero la gran expectaci¨®n que ha creado la reuni¨®n de Praga, donde se ha discutido la complejidad del cielo, parece reproducir el eterno mito del culto a "all¨ª arriba", semejante a la Comisi¨®n Teol¨®gica Internacional que reuni¨® el Vaticano el pasado noviembre para discutir la existencia del limbo, aquel lugar que acog¨ªa las almas de los ni?os no bautizados, y que desde entonces tampoco existe. La gran diferencia es que, con la posmodernidad, la espiritualidad de la Iglesia ha entrado en decadencia, mientras que los de Praga, tan materialistas como las razones por las que Plut¨®n no volver¨¢ a ser planeta, se benefician de la gloria de la mitificaci¨®n actual de la ciencia. ?Una nueva religi¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.