Las voces de Sese?a
"Ha llegado el momento de dejar de so?ar. De pensar que todo eso est¨¢ al alcance de tu mano. Que todo lo que te vamos a ense?ar puede ser tuyo. De empezar a construir tu futuro sobre un espacio lleno de posibilidades. Ha llegado el momento de descubrir el mundo en que te gustar¨ªa vivir...". La cita no est¨¢ sacada de un parque tem¨¢tico, ni de la promoci¨®n de un viaje a Las Vegas, ni de una novela sobre realidad virtual. Es el mensaje con el que el empresario de la construcci¨®n Francisco Hernando, el pocero de Sese?a, da la bienvenida a la macrourbanizaci¨®n que lleva su nombre. La historia de este enorme residencial ya la saben: 13.508 viviendas en bloques de 10 plantas, construidas sobre un secarral recalificado con prisas que dar¨¢n cobijo a 40.000 personas junto a un pueblo de 7.000 habitantes.
All¨ª, en Sese?a, se oyen voces. Unas hablan de los castillos y los restos arqueol¨®gicos por las que el pueblo deber¨ªa ser conocido. Otras se refieren a las fiestas y a los parajes de los r¨ªos Tajo y Jarama y otras, a las historias de la Guerra Civil narradas por los viejos. Luego est¨¢ la voz del pocero, que a trav¨¦s de su peri¨®dico La Voz de Sagra defiende a capa y espada su visi¨®n urban¨ªstica y habla de fachadas con acabados de ladrillo visto gresificado, solados de tarima de roble americano, videoporteros en accesos principales y extensas zonas de jardines, pistas deportivas y piscinas para ni?os. Y despu¨¦s est¨¢ la del alcalde, Manuel Fuentes Revuelta (IU) que reconoce el marr¨®n que le ha ca¨ªdo. "En Sese?a corremos el peligro de perder nuestra esencia. Este crecimiento no es l¨®gico. ?Se sentir¨¢n del pueblo todas las personas que ocupen esas viviendas? Es como si a una botella le a?adi¨¦semos agua cuando s¨®lo le queda un poco de vino. Si seguimos metiendo agua en la botella el vino perder¨¢ todo su color y su sabor", explica el alcalde.
Sese?a son dos pueblos en uno. El antiguo y el que surgi¨® tras la devastaci¨®n que dej¨® la Guerra Civil. Esa divisi¨®n caus¨® rivalidades entre los habitantes del viejo y del nuevo Sese?a, solventadas en canchas de f¨²tbol y discusiones en los bares del centro de uno de los dos pueblos. A esos n¨²cleos hay que sumar el de la urbanizaci¨®n Vallegrande, que tambi¨¦n pertenece a la localidad y el que surgir¨¢ con la nueva urbanizaci¨®n del pocero. Un l¨ªo, vaya.
Los cient¨ªficos han revisado el concepto de planeta para no confundir a los ni?os y han llegado a la conclusi¨®n de que a Plut¨®n le faltaba un ep¨ªteto. Le han llamado enano y ya podemos reorganizar el sistema solar en los libros de texto. Urge el mismo debate con el concepto de pueblo. Para que no nos liemos. A ver, ?c¨®mo llamamos a un lugar que tiene dos pueblos dentro de uno? ?y a uno que tiene tres o cuatro? ?cu¨¢ntos centros urbanos puede tener un pueblo? ?puede existir pueblo sin que haya escuelas, lugares de ocio o quioscos de prensa suficientes para sus habitantes? En fin, ?c¨®mo llamaremos a Sese?a?
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