Apurando el ¨²ltimo cigarro en paz
Los clientes fumadores y la mayor¨ªa de due?os de locales de ocio se resignan a rega?adientes
"Una faena". Eso es lo que opina de la obligaci¨®n de compartimentar Patricia Borja, gerente del conocido restaurante vitoriano Sagartoki. Ellos han habilitado un segundo comedor para fumadores, con el consiguiente gasto. "Nos va a obligar a contratar m¨¢s personal y a gastar m¨¢s en calefacci¨®n o aire acondicionado". Hasta ahora, el restaurante hab¨ªa colocado un biombo, pero Borja reconoce que es insuficiente. "No queda m¨¢s remedio que utilizar otro comedor", comenta resignada. Tambi¨¦n en el restaurante Arkupe han dispuesto otro comedor. "Cuando vengan cuadrillas en las que unos fumen y otros no, tendr¨¢n que dividirse", apunta con iron¨ªa su responsable, Carmen Garc¨ªa. El que no ve inconvenientes es Juan Mu?oz, cliente de un bar de la capital vitoriana que aplaude la medida: "No fumo y me parece muy bien que por fin se nos tenga en cuenta. La idea de comer en un restaurante sin humo me encanta".
Los fumadores, en cambio, no se muestran conformes. "Esto es lo que opino de la ley", bromea Fernando, un catal¨¢n "de negocios" por Madrid, mientras ense?a el puro que tiene entre los dedos. Disfrutaba ayer de una de esas largas sobremesas que se prolongan hasta las seis de la tarde en el Asador Donostiarra. El local habilit¨® ya el 1 de enero dos de sus cuatro comedores para los fumadores, pero a¨²n as¨ª, la ley antitabaco no le convence. "?Prohibido prohibir!", reclama Fernando, otro cliente, de Logro?o, apurando su habano. "Las sobremesas son algo cultural en Espa?a. Si no me dejaran fumar en el restaurante, no vendr¨ªa", asegura Antonio, su contertulio, exhalando una nube de humo.
"?Ma?ana? Ah, ?s¨ª? O sea que si no est¨¢ tabicado, autom¨¢ticamente... Pero hasta octubre daban margen ?no?". As¨ª hablaba ayer en Valencia Paco Vila, de la Cervecer¨ªa Madrid. La medida casi les toma por sorpresa. "Tabicarlo, pens¨¢bamos tabicarlo. Pero si me dices eso tendremos que hacerlo ya", dice Vila, fumador. "Pero no s¨¦ si se va a cumplir. En un restaurante, a¨²n. Pero un bar de copas, hacerlo sin humos... No puede ser. Yo puedo, si alguien se queja, decirle, 'oye: esto es de no fumadores', pero si un cliente tiquismiquis llama, y viene la polic¨ªa, y yo le he llamado la atenci¨®n, multar¨¢n al otro, yo qu¨¦ culpa tengo".
En Barcelona, el emblem¨¢tico Caf¨¦ Salamb¨®, patrocinador del premio literario del mismo nombre y punto de encuentro de escritores, ha optado por una soluci¨®n extrema: cerrar la segunda planta del local "para que mida menos de 100 metros cuadrados", explica Lucas, uno de sus encargados. "En enero decidimos prohibir fumar, pero la gente se iba".
Pocos restaurantes catalanes han hecho obras, pero las empresas que instalan sistemas de ventilaci¨®n aseguran que no han parado de trabajar durante agosto. "Nos hemos quedado sin vacaciones", explica Miguel L¨®pez, de Aire L¨ªmpio.
"A¨²n no sabemos qu¨¦ vamos a hacer ma?ana", "los jefes decidir¨¢n", "el due?o lo tendr¨¢ previsto"... Esta ley ha cogido con el paso cambiado a los hosteleros del centro de M¨¢laga y previsiblemente a los del resto de Andaluc¨ªa. Como en toda Espa?a deber¨¢n colgar el cartel de prohibido fumar. M¨®nica, encargada de la tradicional cafeter¨ªa Lepanto y no fumadora, est¨¢ "encantada". El 1 de enero, el local habilit¨® la segunda planta para poder fumar, aunque no la aisl¨®. Hoy quitar¨¢n el cartel que anuncia que aqu¨ª el tabaco est¨¢ permitido. "Es una cuesti¨®n de costumbre, al final la gente lo acabar¨¢ vi¨¦ndolo como algo natural", augura M¨®nica.
Samia, camarera del bar de copas Duque, casi ruge: "Es absurdo. Aqu¨ª viene mucha gente que fuma s¨®lo cuando toma copas, y no podemos decirles que apaguen el cigarro", opina. En la Taberna del Obispo, el catastro decidir¨¢ las medidas. El local roza los 100 metros. "Si os pas¨¢is de superficie, levantad una pared para achicar el espacio", sugiere la fumadora Sandra al camarero, y se queja: "Parecemos monos, fumando todos juntos".
Esta informaci¨®n ha sido elaborada por Guillermo Abril, Eduardo Azumendi, David Casals, Fernando J. P¨¦rez e Ignacio Zafra.]
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