Andaluc¨ªa afronta el oto?o con la menor reserva de agua embalsada desde la ¨²ltima gran sequ¨ªa
Las precipitaciones acumuladas en un a?o se quedan un 24% por debajo de la media hist¨®rica
La lluvia ha vuelto a ser r¨¢cana con Andaluc¨ªa este a?o. El periodo de 12 meses usado por los meteor¨®logos, que empieza en septiembre y acaba en agosto, corrobora que el periodo 2005-2006 reci¨¦n finalizado ha sido un a?o seco. Seg¨²n los datos del Instituto Nacional de Meteorolog¨ªa, las precipitaciones acumuladas hasta el 31 de agosto se han quedado un 24% por debajo de la media hist¨®rica en la comunidad. Una falta de lluvias que se a?ade a la que ya tuvo lugar en el periodo 2004-2005, el m¨¢s seco en medio siglo. La reserva de agua en los pantanos nunca hab¨ªa sido tan exigua en la ¨²ltima d¨¦cada.
La Junta de Andaluc¨ªa, que gestiona las cuencas de la costa, y la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Guadalquivir, que depende del Ministerio de Medio Ambiente, ya pusieron en marcha este a?o varias medidas para restringir el consumo de agua y dar prioridad a los abastecimientos urbanos. Eso y las reservas heredadas del periodo 2003-2004 (aquel verano acab¨® con los pantanos al 71% de su capacidad y los acu¨ªferos recargados) han permitido salvar el primer asalto de la sequ¨ªa con cortes de suministro puntuales.
Pero la concatenaci¨®n de dos a?os secos ha dejado muy maltrechas las reservas de agua embalsada, lo que incrementa la presi¨®n sobre los acu¨ªferos que surten a muchas localidades de comarcas serranas y de la costa, sobre todo en las provincias orientales. En septiembre de 2005, tras 12 meses de una ausencia extrema de lluvias, los embalses de las cinco cuencas andaluzas estaban al 40%. Un a?o despu¨¦s, el agua almacenada en las presas apenas llega al 30% de su capacidad m¨¢xima, el registro m¨¢s bajo desde 1995. Si la sequ¨ªa climatol¨®gica se confirma en los pr¨®ximos 12 meses, varios sistemas de abastecimiento urbano tendr¨¢n problemas para garantizar el suministro.
La comparaci¨®n con la ¨²ltima gran sequ¨ªa es a¨²n prematura. En aquella ocasi¨®n se sucedieron cuatro a?os muy secos y las infraestructuras hidr¨¢ulicas eran menores. En 1995, Andaluc¨ªa afrontaba el oto?o en una situaci¨®n desesperada. Casi la mitad de la poblaci¨®n (3,5 millones de personas) sufr¨ªa cortes de agua prolongados y en muchos pantanos, salvo los de la cuenca del Guadiana, no quedaba ni una gota.
Ahora, los nuevos modos de gesti¨®n de agua (reutilizaci¨®n, ahorro, modernizaci¨®n de regad¨ªos), la mayor la capacidad de embalse (un 15% m¨¢s) y la entrada en funcionamiento de algunas desaladoras (aunque varios proyectos a¨²n no han arrancado), aumentan el margen de maniobra. Pero el crecimiento sostenido de la demanda (Andaluc¨ªa es la comunidad que m¨¢s agua destina a riego y la que tiene un mayor promedio de consumo urbano) y la repetici¨®n de a?os secos dan cuerpo a la amenaza de otra gran sequ¨ªa.
Recorte para los riegos
La Junta de Andaluc¨ªa ya cre¨® a finales del a?o pasado un comit¨¦ de sequ¨ªa para gestionar la situaci¨®n m¨¢s comprometida, la que enfrentaban M¨¢laga y Granada en la cuenca mediterr¨¢nea andaluza. Las otras cuencas que gestiona la Agencia Andaluza del Agua, en la costa atl¨¢ntica, son las que se encuentran en mejor situaci¨®n. En C¨¢diz, la Agencia acord¨® un recorte del 15% para los riegos que dependen de las presas del Guadalete y de un 30% para la zona del Barbate. En Huelva, con los pantanos del Guadiana casi a la mitad de su capacidad a¨²n no ha sido necesario. Este verano ha habido cortes de agua en una decena de localidades de ambas provincias, pero aqu¨ª el problema es el d¨¦ficit cr¨®nico en la conexi¨®n con infraestructuras hidr¨¢ulicas y la dependencia de pozos sobreexplotados.
El deterioro de la situaci¨®n h¨ªdrica en estos 12 meses ha sido mayor en la cuenca del Guadalquivir, que concentra el 70% del agua embalsada en Andaluc¨ªa. En primavera, la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica dej¨® el agua destinada a riego en un 60% por debajo de la dotaci¨®n normal como medida de precauci¨®n para asegurar los abastecimientos urbanos. Una decisi¨®n que mermar¨¢ la producci¨®n agraria, aunque los mejores resultados del cultivo de secano (por la ausencia de heladas y la concentraci¨®n de lluvias en invierno y el principio de primavera) compensar¨¢ parte de las p¨¦rdidas.
Pese al ahorro en el agua del riego, los pantanos que suministran a localidades como Ja¨¦n, C¨®rdoba y Granada ya est¨¢n cerca de la situaci¨®n de emergencia, que obliga a recurrir a sondeos de agua subterr¨¢nea y fijar objetivos de ahorro. El objetivo es garantizar que hay reservas suficientes para un a?o si la sequ¨ªa se mantiene.
La mancomunidad del Condado (Ja¨¦n), que depende del embalse del Da?ador y los municipios de la zona norte de C¨®rdoba (presa de Sierra Boyera) est¨¢n tambi¨¦n en una situaci¨®n vulnerable.
Sin embargo, Sevilla, que fue una de las provincias m¨¢s afectadas por la sequ¨ªa anterior, tiene agua garantizada para los dos pr¨®ximos a?os, aunque ya se han tomado las primeras medidas de apoyo (reserva de agua mezclada del Guadalquivir, conexi¨®n con el embalse del Pintado). En Almer¨ªa, que ha sido la provincia m¨¢s cercana a su media hist¨®rica de lluvias en los dos ¨²ltimos a?os y depende casi en exclusiva del agua subterr¨¢nea, a¨²n no hay situaciones de alerta.
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