Un museo para una saga de ceramistas
El taller de los Serra en la mas¨ªa Famadas de Cornell¨¤ abrir¨¢ al p¨²blico una exposici¨®n de la colecci¨®n familiar
"La renovaci¨®n de la cer¨¢mica espa?ola a partir de 1900 est¨¢ unida al trabajo que realizaron diversas familias de larga tradici¨®n ceramista, entre las que destacan los Zuloaga de Segovia, los Ruiz de Luna de Talavera y los Serra en Catalu?a". As¨ª lo afirma el pr¨®logo del extenso cat¨¢logo sobre esta ¨²ltima familia que el Ministerio de Cultura ha editado junto con el Ayuntamiento de Cornell¨¤. Los Serra. El Arte de la cer¨¢mica, abierta en el Castell de Cornell¨¤ hasta el 17 de septiembre tras pasar por el Museo Nacional de Cer¨¢mica de Valencia, muestra a partir de una colecci¨®n de piezas de esta saga de artistas c¨®mo ha evolucionado esta disciplina desde el modernismo hasta la actualidad y, en cierta manera, prefigura el futuro museo sobre su trabajo que a partir de finales de septiembre se abrir¨¢ en Cornell¨¤.
Es una evoluci¨®n que no se ha cerrado porque el actual representante de la familia, Jordi Serra, contin¨²a el trabajo en la mas¨ªa familiar de mediados del siglo XVII ubicada justo en el l¨ªmite entre Cornell¨¤ y L'Hospitalet, una de las pocas casas rurales que se mantienen en pie entre la trama urbana de esta zona del ?rea Metropolitana. Adem¨¢s de albergar el taller de Jordi Serra, el edificio contar¨¢, una vez que finalice la exposici¨®n, con un peque?o espacio expositivo con una selecci¨®n de la colecci¨®n de los Serra. El p¨²blico tambi¨¦n podr¨¢ visitar la finca, atractiva en s¨ª misma, tambi¨¦n se est¨¢ acabando de habilitar un restaurante que se situar¨¢ en unas dependencias ubicadas en el jard¨ªn y, naturalmente, conocer de cerca la evoluci¨®n de la cer¨¢mica de esta familia que se ha involucrado en los principales movimientos art¨ªsticos del siglo.
El fundador de la saga, el pintor y ceramista Antoni Serra Fiter, cre¨® un taller en Poble Nou donde trabaj¨® intensamente tanto en piezas de creaci¨®n personal como poniendo su t¨¦cnica al servicio de artistas como Santiago Rusi?ol, Isidre Nonell, Pau Gargallo, Xavier Nogu¨¦s, Enric Casanovas y Josep Clar¨¤. La exposici¨®n muestra piezas de la colecci¨®n de los Serra de aquella ¨¦poca procedentes del Museo Nacional de Arte de Catalu?a (MNAC) y del Museo de Cer¨¢mica de Pedralbes. Adem¨¢s de la obra del primer artista de la familia, se incluyen tambi¨¦n dibujos, esculturas y trazos de sus compa?eros de taller. La tem¨¢tica floral propia del modernismo es omnipresente tanto en numerosas porcelanas como en otras piezas del fondo de la colecci¨®n.
La segunda generaci¨®n, con Josep Serra Abella al frente del taller en el que tambi¨¦n estaban sus hermanos Antoni y Enric, sigui¨® los trazos del noucentisme y el art d¨¦co. Entre los ejemplos que pueden verse en la exposici¨®n de sus piezas decorativas destacan los llamados jardines de sal¨®n, una recreaci¨®n a peque?a escala de la estancia de un hogar que ten¨ªa como funci¨®n albergar peque?as plantas para la decoraci¨®n de interiores. En 1926, los Serra se trasladaron a la mas¨ªa Famadas de Cornell¨¤, donde instalaron su taller, que a d¨ªa de hoy sigue en marcha. Fue aqu¨ª donde en 1959 Josep Serra empez¨® a experimentar con la cer¨¢mica de reflejos met¨¢licos. Recuper¨® as¨ª esta t¨¦cnica iniciada por los persas y que rescataron los ¨¢rabes, que la introdujeron en Espa?a. En el horno de cocci¨®n de le?a, la acci¨®n de humo sobre la pieza consigue que se obtengan sorprendentes tonos rojizos con la aplicaci¨®n de ¨®xido de cobre, mientras que con el cobalto aparecen azulados.
Josep Serra fue m¨¢s all¨¢ y a trav¨¦s de sus investigaciones "averigu¨® c¨®mo obtener hasta 25 tonalidades diferentes", explica su hijo Jordi Serra i Moragas, que ha continuado con la t¨¦cnica. Fue al final de su trayectoria, ya octogenario, cuando el artista logr¨® sus mejores y m¨¢s modernas piezas. Seg¨²n explica su hijo, "hac¨ªa jarros con el cuello muy peque?o para evitar que cualquier persona tuviera la ocurrencia de poner flores", algo que, indica, le molestaba profundamente porque le quitaba el verdadero protagonismo a la pieza. Son piezas muy cotizadas en Jap¨®n, donde, al parecer, hay gran admiraci¨®n por la cer¨¢mica de reflejos met¨¢licos.
Jordi Serra conserva en la mas¨ªa Famadas un horno de le?a de 90 a?os de antig¨¹edad en el que sigue cociendo sus obras. Serra cultiva tambi¨¦n el dibujo y la escultura y lamenta que con ¨¦l la saga de los Serra como ceramistas llegue a su fin, ya que, explica, su hija ha optado por la literatura.
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