El hombre del piano recupera su legado
La sala Pleyel, templo del 'art dec¨®' parisiense, se reabre tras innumerables convulsiones
El pr¨®ximo 13 de septiembre Par¨ªs recuperar¨¢ su m¨ªtica sala Pleyel, un local exclusivamente concebido para los conciertos y que durante cuatro a?os ha sido objeto de una remodelaci¨®n a fondo para dotarla de todos los avances modernos al tiempo que devolver su aspecto original de templo de la arquitectura art d¨¦co.
En el origen de la sala Pleyel (Rue Faubourg Saint Honor¨¦ 252) est¨¢ un personaje extraordinario, Ignaz Pleyel, un austriaco nacido en 1757. Compositor e int¨¦rprete, alumno preferido de Haydn, admirado por Mozart, el trabajo le lleva a viajar por toda Europa y a nacionalizarse franc¨¦s, transform¨¢ndose en Ignace. Todo va viento en popa hasta que le atrapa la Revoluci¨®n. De nada le sirve componer un Himno a la libertad en 1791: Ignaz-Ignace pierde su empleo y opta por exiliarse en Londres, donde tiene que dar conciertos junto con Haydn pero conciertos-apuesta, en los hay que hacer prueba de virtuosismo para satisfacer a los apostadores. Agotador. De regreso a Francia, para escapar de la guillotina, le obligan a componer un nuevo himno revolucionario, una composici¨®n de ocho horas de duraci¨®n que ha de inventar en una semana de c¨¢rcel.
La experiencia le ha servido de mucho: a partir de ahora, Ignace Pleyel va a convertirse en editor de composiciones musicales. En 1807 ampl¨ªa el negocio y fabrica pianos y arpas. Int¨¦rpretes y compositores -Rossini y Kalkbrenner son los m¨¢s c¨¦lebres- adoptan sus pianos y tocan en los salones de su casa. Al mismo tiempo, no deja de mejorar la t¨¦cnica de fabricaci¨®n del piano. En 1830, el hijo de Ignace, Camilla, organiza el primer concierto p¨²blico de un m¨²sico en un sal¨®n de Pleyel & Cie, y el ¨¦xito es tal que decide crear un local fijo, s¨®lo para la m¨²sica y que no sea un teatro: ser¨¢ la primera sala Pleyel, que abre sus puertas en 1839. Ignace ha muerto ocho a?os antes dejando tras de s¨ª 41 sinfon¨ªas, 17 quintetos, 70 cuartetos, 48 tr¨ªos, 64 d¨²os, himnos, canciones, r¨¦quiem, misas y dos ¨®peras y, sobre todo, una f¨¢brica de pianos que va a convertirse en la m¨¢s importante del mundo.
El aval definitivo a la calidad de los pianos Pleyel lo aporta, desde 1832, Fr¨¦d¨¦ric Chopin, que habla del "m¨¢s vien¨¦s de los pianos franceses". Los herederos de Camilla, fallecido en 1855, seguir¨¢n haciendo progresar el prestigio de los Pleyel, que encuentra su apoteosis en 1927, con la inauguraci¨®n de la definitiva sala Pleyel, la primera concebida teniendo los problemas ac¨²sticos como rectores de la arquitectura.
De una visibilidad perfecta -la invenci¨®n del cemento lo permite-, el local es concebido por Gustave Lyon y Jean-Marcel Auburtin. La decoraci¨®n es art d¨¦co y la capacidad, para 3.000 espectadores. Adem¨¢s, el inmueble incluye dos salas m¨¢s peque?as -480 y 150 plazas- y 3.000 metros cuadrados de despachos. Pero, tras la apoteosis, la ca¨ªda. Nueve meses despu¨¦s de la inauguraci¨®n de una sala que entusiasma a mel¨®manos y arquitectos, un incendio la destruye. Y en 1929 se produce el crack financiero que arruina medio mundo al tiempo que se popularizan la radio y el disco. Cierran los locales de m¨²sica en directo, las familias con posibles dejan de comprar pianos. Los Pleyel venden su sala al banco que les hab¨ªa concedido cr¨¦dito que, a su vez, pero ya en 1998, tambi¨¦n tendr¨¢ que vender el local a su actual propietario, el millonario Hubert Martigny que, adem¨¢s, tambi¨¦n recupera la marca Pleyel para impulsar la fabricaci¨®n de pianos de lujo.
El arquitecto Fran?ois Ceria ha devuelto ahora al local un aspecto pr¨®ximo al de 1927, liberando paredes y techo de a?adidos hechos para luchar contra la resonancia. Ha reducido la profundidad del local -de 54 metros a 48-, ha inventado asientos detr¨¢s del escenario, unos balcones laterales para que reenv¨ªen el sonido m¨¢s r¨¢pidamente, ha dotado la escena de un sistema de gradas adaptable a los distintos tipos de formaci¨®n y ha mejorado la comodidad de los espectadores y el acceso de minusv¨¢lidos.
Las obras han costado 33 millones de euros. La gesti¨®n del local queda en manos de la Cit¨¦ de la Musique, una instituci¨®n p¨²blica que, dentro de 50 a?os, se convertir¨¢ en propietaria del conjunto. La reapertura se har¨¢ con la sinfon¨ªa Resurrecci¨®n, de Gustav Mahler, y el programa de la primera semana incluye obras de Ravel, Beethoven, Saint-Sa?ns, Debussy, Haydn, Stravinski, Dutilleux y Amy. El 8 de octubre la sala Pleyel acoger¨¢ las cositas buenas de Paco de Luc¨ªa, Duquende, Montse Cort¨¦s y La Tana.
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