Una tensa franja a vigilar por la Legi¨®n

La primera casa del pueblo de Hula, situado en el sur de L¨ªbano a unos pocos cientos de metros de la frontera con Israel, est¨¢ en una posici¨®n estrat¨¦gica. ?sa ha sido la desgracia de sus propietarios, la familia Suleim¨¢n. En 1982, fue ocupada por el Ej¨¦rcito israel¨ª y durante cuatro a?os tuvieron que irse a Beirut. Al regresar se encontraron con que la vivienda ten¨ªa un segundo piso que antes no exist¨ªa.

Cuando estallaron las hostilidades, el pasado 12 de julio, los milicianos de Hezbol¨¢ sab¨ªan que los soldados volver¨ªan y se apostaron en su interior. No se equivocaron: 11 militares israel¨ªes murieron en una emboscada que destroz¨® el interior de la casa, llena de huellas de la batalla: impactos de bala, casquillos, sangre en las paredes y en el suelo, el sal¨®n calcinado por el disparo de un lanzagranadas.

Los peritos de Hezbol¨¢ van casa por casa y anotan los da?os para pagar indemnizaciones

Con una mezcla de resignaci¨®n y tristeza, la madre de la familia, Malah Suleim¨¢n, de 60 a?os, va mostrando los da?os habitaci¨®n tras habitaci¨®n. Luego, en el jard¨ªn, entre un olor intenso a higuera y a frutales, en el mismo lugar donde murieron cinco soldados durante la emboscada por una granada, asegura: "Es muy dif¨ªcil vivir as¨ª".

Hula est¨¢ en el sector donde se desplegar¨¢n las tropas espa?olas como cascos azules de la Fuerza Interina de Naciones Unidas para L¨ªbano (FINUL), que estar¨¢n a cargo de una Brigada multinacional. El general franc¨¦s Alain Pellegrini, comandante en jefe de las fuerzas de la ONU en el sur de L¨ªbano, explic¨® en Tiro que, aunque el cuartel general de la Brigada estar¨¢ en Marjay¨²n -la principal ciudad de la zona-, los soldados espa?oles se desplegar¨¢n en este complejo recodo de la frontera, lleno de pueblos situados a pocos metros de Israel. Hula, Kfar Kila o Taib¨¦ son alguno de los lugares m¨¢s importantes, aunque la carretera que discurre junto a la frontera es tambi¨¦n estrat¨¦gica.

En la franja de seguridad al este y al sur del r¨ªo Litani se acumulan los conflictos y el dolor desde hace casi 30 a?os (las primeras tropas de la ONU llegaron en 1978 y all¨ª permanecen). Lo grave es que casi nadie cree ya en que la ¨²ltima guerra, que durante 33 d¨ªas arras¨® la regi¨®n, vaya a ser la ¨²ltima. La historia de la casa de la familia Suleim¨¢n tambi¨¦n refleja el control que mantiene Hezbol¨¢ sobre el terreno en el que se mueve -en muchos lugares los guerrilleros tienen las llaves de las viviendas- y la enorme dificultad de llevar a cabo una guerra de ocupaci¨®n en un territorio que los milicianos controlan palmo a palmo.

Todos los observadores coinciden en dos cosas: aunque no siempre se les vea, los soldados israel¨ªes siguen en bastantes puntos al otro lado de la frontera; y el hecho de que no las lleven a la vista no significa que los milicianos de Hezbol¨¢ se hayan desarmado.

Marjay¨²n es una ciudad cristiana desde la que se divisan todas las fronteras del viejo conflicto: se contempla Israel, parte del sur de L¨ªbano, y se intuyen a lo lejos los territorios ocupados de los Altos del Gol¨¢n y las Granjas de Chebaa. El pasado jueves circulaban por su calle principal cuatro veh¨ªculos de Naciones Unidas con una parte de los militares espa?oles que han venido a L¨ªbano a realizar una misi¨®n exploratoria para preparar el despliegue, que comenzar¨¢ pocos d¨ªas despu¨¦s de que el Congreso autorice la misi¨®n.

Esta urbe fue la capital de la zona cuando estuvo ocupada por Israel, que se retir¨® en 2000, y donde tuvo su base principal la milicia del Ej¨¦rcito del Sur de L¨ªbano (ESL), que hizo el trabajo sucio a los soldados del Tsahal (nombre del Ej¨¦rcito israel¨ª en hebreo).

En la vecina Jiam, todo el centro ha sufrido enormes da?os, incluso el barrio cristiano -en general los pueblos cristianos en el sur de L¨ªbano no han padecido los bombardeos que han arrasado las localidades chi¨ªes-. Cuatro iglesias han resultado afectadas por la artiller¨ªa, mientras que dos mezquitas han sido destruidas. Los peritos de Yihad al Bina (La batalla de la reconstrucci¨®n), la rama de Hezbol¨¢ que se est¨¢ ocupando de la reconstrucci¨®n, van casa por casa, anotan los da?os y hacen informes para calcular las indemnizaciones. Los n¨²meros en las casas muestran que tambi¨¦n han pasado los t¨¦cnicos del Gobierno, pero all¨ª nadie ha empezado a cobrar.

En Jiam, la actividad entre las ruinas es enorme: excavadoras, ingenieros reparando antenas y repetidores... En cambio, en otros pueblos apenas hay un alma: las ruinas, incluso los olores a basura putrefacta, siguen congelados como si la guerra acabase de terminar.