Mao y la China actual
En los tiempos actuales, marcados por la imparable emergencia de una China capitalista, consumista, con crecientes desigualdades sociales, con multinacionales que invierten en todo el mundo, una China cuyo m¨¢ximo objetivo es el crecimiento econ¨®mico y de la que han desaparecido completamente las viejas ret¨®ricas sobre la lucha de clases o los imperialismos de papel, ser¨ªa f¨¢cil pensar que ya no existe ninguna herencia de Mao Tse-tung, de cuya muerte se cumple ma?ana el 30 aniversario.
?Queda algo de Mao en la China actual, aparentemente tan alejada de la senda por la que ¨¦ste intent¨® conducirla? ?Hasta qu¨¦ punto persiste una herencia del mao¨ªsmo? En contra de lo que en principio podr¨ªa pensarse, s¨ª permanece en China una herencia significativa del l¨ªder del Partido Comunista Chino que fund¨® la Rep¨²blica Popular en 1949.
La figura de Mao no es ¨²nica. Hubo a lo largo del tiempo varios Mao, diferentes e incluso contradictorios entre s¨ª en su actuaci¨®n pol¨ªtica y en su pensamiento. Depende de cu¨¢l sea el Mao que consideremos, su herencia ha desaparecido o, en contra de lo que podr¨ªa deducirse de la observaci¨®n superficial de China, sigue estando presente de forma importante.
El Mao cuya herencia ha resistido menos el paso del tiempo es el m¨¢s pr¨®ximo cronol¨®gicamente, el de los ¨²ltimos 20 a?os de su vida. Es la ¨¦poca en la que Mao asumi¨® posturas de izquierdismo radical, lanz¨® campa?as, como el Gran Salto Adelante o la Revoluci¨®n Cultural, que tuvieron efectos devastadores sobre China, propugn¨® el igualitarismo a ultranza, desconfi¨® de los intelectuales, defendi¨® que la voluntad revolucionaria permitir¨ªa quemar etapas y se llegar¨ªa al comunismo con mucha mayor rapidez de lo que hasta entonces se habr¨ªa esperado.
La herencia en China de este Mao izquierdista se ha ido difuminando poco a poco. Desde 1978, al amparo de la pol¨ªtica de la reforma, la prioridad b¨¢sica de China es la modernizaci¨®n y el crecimiento econ¨®mico. Se ha avanzado hacia el establecimiento de una econom¨ªa de mercado, capitalista, que ha supuesto el abandono de consignas igualitaristas, se ha reducido enormemente el peso de las campa?as pol¨ªticas, se ha favorecido el consumo y el nivel de vida de la poblaci¨®n.
En las relaciones internacionales China ha buscado un marco de relaciones pac¨ªfico y estable, en el que la cooperaci¨®n econ¨®mica ha sido un pilar b¨¢sico. China se ha ido integrando crecientemente en la comunidad internacional. Han quedado relegadas las veleidades sobre exportar la revoluci¨®n comunista, o la lucha contra el imperialismo. China ya no apoya a los partidos comunistas mao¨ªstas que a¨²n existen en el mundo.
Todos estos desarrollos son radicalmente opuestos a la pol¨ªtica de radicalizaci¨®n izquierdista, implantaci¨®n acelerada del comunismo, campa?as continuas de movilizaci¨®n, que Mao propugn¨® desde 1957 hasta su muerte en 1976.
Sin embargo, la personalidad de Mao no se limita al Mao izquierdista de las ¨²ltimas dos d¨¦cadas de su vida. Existe otro Mao, cronol¨®gicamente anterior, cuya figura est¨¢ estrechamente unida a la gran revoluci¨®n china del siglo XX, la revoluci¨®n que culmin¨® en la implantaci¨®n de la Rep¨²blica Popular en 1949, y de la cual emana la actual China de la reforma.
Mao Tse-tung fue el l¨ªder del Partido Comunista que llev¨® a cabo esta revoluci¨®n, con la que China super¨® un largo periodo de crisis y decadencia. Gracias a la revoluci¨®n comunista, China logr¨® recuperar su unidad, rechazar las agresiones exteriores que ven¨ªa sufriendo desde el siglo XIX, convertirse en una gran potencia, respetada en la comunidad internacional. Desde esta perspectiva, la herencia de Mao en la China actual sigue siendo destacada.
El Partido Comunista ha sido para China la fuerza de vertebraci¨®n pol¨ªtico-social que le ha permitido superar su gran crisis de los siglos XIX y XX, una crisis que tuvo dos componentes principales. En primer lugar, la desuni¨®n nacional, que se manifest¨® en la p¨¦rdida de poder por el Gobierno central, las rebeliones interiores, el aumento de poder de los se?ores de la guerra.
El segundo componente (vinculado a la debilidad que se derivaba de la desuni¨®n nacional) fue la vulnerabilidad exterior, la incapacidad para mantener la independencia y la soberan¨ªa de China. Desde el siglo XIX la historia de China estuvo caracterizada por el desmembramiento, por la agresi¨®n y paulatina ocupaci¨®n de parte de su territorio por potencias extranjeras, por las guerras civiles.
El Partido Comunista, creado en los a?os veinte, tuvo que superar condiciones tremendamente adversas, ejemplarizadas quiz¨¢s mejor que en ning¨²n otro hecho en la Larga Marcha. Poco a poco, mediante una prolongada lucha, logr¨® ganarse, gracias en primer lugar a la abnegaci¨®n y el sacrificio de sus militantes, el apoyo del pueblo chino.
Mao Tse-tung fue, desde mediados de los a?os treinta, el principal dirigente del Partido Comunista, el l¨ªder indiscutible, su primer int¨¦rprete ideol¨®gico, y por tanto el responsable clave de la gran revoluci¨®n que el Partido Comunista protagoniz¨®.
El Partido Comunista estableci¨® en 1949 una Rep¨²blica Popular que ten¨ªa una serie de rasgos esenciales -unificaci¨®n del pa¨ªs, independencia exterior y defensa de la soberan¨ªa nacional, dominio del poder por el Partido Comunista, etc¨¦tera- que s¨ª permanecen vigentes en la China actual. Se trata de rasgos que pueden ser considerados como una herencia fundamental del mao¨ªsmo en la China de la reforma. Gracias en buena parte a esos logros, el Partido Comunista sigue gozando hoy en d¨ªa de una amplia legitimidad entre el pueblo chino.
Por tanto, hay dos perspectivas para evaluar la herencia de Mao en la China de nuestros d¨ªas. Una es la perspectiva del Mao radical e izquierdista, impulsor de una l¨ªnea pol¨ªtica que llev¨® a China, sobre todo a partir de 1957, a una serie de campa?as que trajeron al pa¨ªs desorden, hambre, sufrimiento, muertes, persecuciones. Desde esta perspectiva, poco es lo que ha quedado de herencia de Mao.
La otra perspectiva es la del Mao que dirigi¨® la gran revoluci¨®n china del siglo XX, una revoluci¨®n nacionalista que unific¨® el pa¨ªs, impuls¨® su desarrollo econ¨®mico, realiz¨® modernizaciones sociales b¨¢sicas (quiz¨¢s una de las m¨¢s sobresalientes es el cambio radical en la condici¨®n de la mujer), lo transform¨® en una gran potencia internacional.
La herencia de este Mao no ha desaparecido, sino que forma parte de la configuraci¨®n de la China de nuestros d¨ªas y previsiblemente se mantendr¨¢ vigente durante un largo per¨ªodo.
Enrique Fanjul fue consejero comercial de la Embajada de Espa?a en Pek¨ªn y presidente del Comit¨¦ Empresarial Hispano-Chino. Su ¨²ltimo libro es El drag¨®n en el hurac¨¢n. Retos y esperanzas de China ante el siglo XXI
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