Ni risa ni na
POR M?S TRADICI?N QUE HAYA EN ESPA?A de re¨ªrse de la guerra y re¨ªrse de la muerte, con los atentados de las Torres Gemelas ha habido un punto y aparte. M¨¢s a¨²n despu¨¦s de los atentados del 11-M en Madrid. Fue tan brutal el impacto de la muerte que seguramente seguimos en un estado de choque que nos impide re¨ªr. S¨ª ha habido humor despu¨¦s del 11-S sobre la guerra de Irak, porque ya es un humor m¨¢s tradicional: sobre los pol¨ªticos, sobre las mentiras, sobre su esfuerzo por enmascarar la realidad con las palabras. ?se es un escenario m¨¢s convencional: nos intentan convencer de que hay guerras humanitarias, o de que vamos a matar a alguien, pero por su bien. Eso nos ha dado risa de toda la vida. Pero lo otro, no. De lo otro a¨²n no sabemos re¨ªrnos. No del terrorismo. Tambi¨¦n tendr¨¢ que ver, seguramente, el hecho de que en Espa?a, hasta anteayer, te pon¨ªan un coche bomba unos se?ores muy serios con capucha blanca y boina. Cuanto m¨¢s tiempo pase de alto el fuego permanente, m¨¢s rid¨ªculo les parecer¨¢ al tr¨ªo del comunicado habitual ponerse el uniforme de dirigirse a la ciudadan¨ªa. Ch¨¢ndal negro, capucha blanca y boina. Qu¨¦ pereza. "Queridos ciudadanos: esto se est¨¢ poniendo regular, y queremos avisar que cualquier d¨ªa matamos a alguien, que me estoy calentandooooo, me estoy calentando".
Una de las sorpresas de estos cinco a?os es que Bin Laden no es un personaje de chistes, ni apenas hay humor sobre ¨¦l
Cuanto m¨¢s tiempo pasen sin matar, m¨¢s dif¨ªcil les resultar¨¢ explicarse a s¨ª mismos que su manera de matar tiene m¨¢s sentido que el disparatado absurdo de estrellar un avi¨®n contra una torre de oficinas. "No, no, qu¨¦ va. Nosotros lo del avi¨®n no lo har¨ªamos nunca. Ni trenes. Nosotros, coche bomba, que es m¨¢s fino". Aunque no sea un proceso racional, aunque s¨®lo sea por sentido del rid¨ªculo, les va a resultar dif¨ªcil volver a matar. O no. Vaya usted a saber. Tampoco es f¨¢cil descifrar los c¨®digos de quien se pone una capucha blanca y una boina.
Ahora volvemos a la guerra. Las tropas espa?olas se desplazan al L¨ªbano. Es una misi¨®n de paz, pero tras la expresi¨®n "misi¨®n de paz" se enmascara el riesgo. En Espa?a, siempre que salen nuestros soldados, parece que van de buen rollo. Por fortuna, tenemos a Mariano Rajoy para poner contra las cuerdas a Zapatero. "Y si es misi¨®n de paz, ?por qu¨¦ llevamos armas?". ?Toma casta?a! Ah¨ª le ha pillado. A los Gobiernos les cuesta decir: vamos a una misi¨®n de paz en un escenario de guerra. En fin, seg¨²n a qu¨¦ Gobiernos. A George W. Bush no parece molestarle: "Somos un pa¨ªs en guerra", sostiene. Puede que s¨ª, puede que s¨ª.
Una de las sorpresas de estos cinco a?os es que Bin Laden no es un personaje de chistes, ni apenas hay humor sobre Bin Laden. No aparecen en la tele actores disfrazados de Bin Laden, apenas hay comentarios c¨¢usticos sobre Bin Laden. Tenemos tanto miedo que ni nos atrevemos a re¨ªrnos. Si es verdad que estamos en guerra, empezaremos a ganarla el d¨ªa que nos atrevamos a burlarnos del enemigo. ?Saben lo que creo que puede suceder a veces? Por eludir la risa hacia Bin Laden, a veces parece que no es enemigo.
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