La victoria de El Bosque: los primeros desplazados clim¨¢ticos de M¨¦xico son reubicados
El mar se trag¨® el territorio de esta comunidad de Tabasco. El Gobierno acaba de entregar una nueva vivienda a 51 familias, a las que reconoce oficialmente como realojadas por ¡°el impacto clim¨¢tico¡±
Los primeros desplazados clim¨¢ticos de M¨¦xico acaban de ser realojados. Las familias de El Bosque, una comunidad pesquera de Tabasco, en el sureste del pa¨ªs, han recibido una nueva casa despu¨¦s de que el mar se tragara las suyas. El Gobierno estatal los ha reconocido oficialmente como reubicados ¡°con motivo del impacto clim¨¢tico¡± y el federal les ha entregado, de momento, 51 viviendas, aunque los vecinos avisan de que faltan personas todav¨ªa por ser censadas. Hace cuatro a?os que los habitantes de El Bosque prendieron las alarmas: el agua se hab¨ªa comido su pueblo. Eran los primeros, insist¨ªan, pero no iban a ser los ¨²ltimos. Ahora poder dormir en una vivienda alejada del grito de las olas se ha convertido en ¡°un sue?o cumplido¡±.
El blanco reci¨¦n pintado reluce en las paredes y en los techos de la nueva colonia de El Bosque. Situada a las afueras del municipio de Frontera, est¨¢ a solo unos 10 kil¨®metros de la original. ¡°Cada casa tiene dos cuartitos y un espacio que hace de cocina y de salita, y un pedacito de patio, para lavar y tender ropa. Muy bien en ese sentido¡±, describe por tel¨¦fono Guadalupe Cobos, una de las vecinas reubicadas. Las viviendas son de una planta y tienen unos 50 metros cuadrados de construcci¨®n, pero 160 de terreno, perfectos, dice Cobos, para ¡°sembrar cositas y poner flores¡±.
El terreno para las construcciones ha sido cedido por el Gobierno de Tabasco, mientras que el costo del proyecto ¡ªde 38 millones de pesos (1,8 millones de d¨®lares), seg¨²n N+ Focus¡ª ha sido asumido por la Secretar¨ªa de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) y por la Comisi¨®n Nacional de la Vivienda. Despu¨¦s de cuatro a?os de presi¨®n de la comunidad y de las organizaciones que la acompa?an, todas las autoridades participaron en la entrega de llaves. ¡°Estoy contenta, me paro en el fraccionamiento y veo a la gente feliz, s¨ª lo siento como algo muy bonito, s¨ª se pudo, lo logramos, el sue?o se cumpli¨®¡±, explica Cobos, que r¨¢pido recuerda: ¡°Es una historia que no se ha cerrado, porque faltan todav¨ªa familias para reubicar, pero si pudimos lograr esto, tenemos que poder incluirlos a todos¡±.
M¨¦xico es el cuarto pa¨ªs del mundo m¨¢s vulnerable a los efectos del cambio clim¨¢tico, seg¨²n el World Risk Index. Y dentro de M¨¦xico, Tabasco es una de las zonas cero. El Estado es tan plano que algunas localidades est¨¢n por debajo del nivel del mar: ¡°Un cuarto de su territorio podr¨ªa desaparecer en 2050¡å, explicaba a este peri¨®dico Nora Cabrera, abogada clim¨¢tica de Nuestro Futuro. La regi¨®n es golpeada por eventos tropicales como los huracanes ¡ªaunque en menor medida que el Caribe o el Pac¨ªfico¡ª y por los llamados nortes, frentes que vienen cargados de lluvias fr¨ªas y fuertes vientos. Son estos los m¨¢s temidos en el pueblo de pescadores.
El Bosque es como un pulgar que sale de la tierra y se mete en el golfo de M¨¦xico para terminar rodeado de agua por todas partes. Situado en la desembocadura del r¨ªo Grijalba, antes se acced¨ªa por una carretera angosta a la que las corrientes golpeaban con fuerza. Ahora el asfalto ya desapareci¨® y los vecinos armaron un camino nuevo; nadie cree que pueda resistir mucho m¨¢s tiempo al embate incansable del agua. Los habitantes de la comunidad solo hab¨ªan o¨ªdo hablar del cambio clim¨¢tico en la tele y desde 2019 tuvieron que enfrentarse a una intensidad acelerada de lluvias y huracanes, que golpean m¨¢s y m¨¢s fuerte, al incremento de las temperaturas y al da?o definitivo: el aumento del nivel del mar.
En solo cinco a?os, la playa ha desaparecido, el agua ha avanzado cientos de metros y las viviendas, derrumbadas, se convirtieron en islotes de cemento en mitad del mar. Cuando EL PA?S visit¨® la comunidad hace dos a?os, Lupe Cobos apuntaba en una libreta arrugada los nombres de todos los que ya se hab¨ªan marchado. Ahora, a esa lista de desplazados forzados, ha a?adido a su madre, a su hermana, a la escuela del pueblo. Su casa, que era el punto de reuni¨®n en el centro del pueblo, est¨¢ ahora a unos 20 metros del agua.
En El Bosque queda tambi¨¦n todav¨ªa Margarita Ch¨ªpuli. Ella y su marido tienen su casa en la comunidad, pero en los ¨²ltimos a?os trabajaban en Celest¨²n, en Yucat¨¢n, limpiando una vivienda. El Gobierno no los ha incluido en su lista de beneficiarios de la reubicaci¨®n, en una decisi¨®n que no se explican vecinos ni organizaciones. ¡°No se entiende, porque tienen toda su documentaci¨®n: Margarita tiene sus prediales y recibos de luz, y, por ejemplo, Ver¨®nica y Pablo Cardosa, que ya perdieron su casa, cuentan con comprobantes de domicilio o el plano de su vivienda¡±, explica Juan Manuel Orozco, de Conexiones Clim¨¢ticas, asociaci¨®n que junto a Greenpeace y Nuestro Futuro han acompa?ado el caso de El Bosque.
¡°La integraci¨®n del padr¨®n fue muy compleja desde el principio¡±, apunta Orozco, que pide al Gobierno aprender de este caso para los que vengan en el futuro: ¡°La falta de un criterio transparente, claro y dialogado con la comunidad genera que haya la percepci¨®n de que fue un proceso injusto, aunque en la foto grande El Bosque fue reubicado y est¨¢s haciendo un bien a la mayor¨ªa de las familias, en el proceso se han quedado personas¡±. Rodrigo Ch¨¢vez, director de la Comisi¨®n Nacional de Vivienda, ha dicho en una entrevista que ubica a ¡°cinco o seis familias¡± que alegan no haber sido incluidas: ¡°Vamos a revisar su situaci¨®n¡±.
Ahora es El Bosque pero no va a ser solo El Bosque. ¡°Este caso es una muestra de la necesidad de tomar acciones urgentes y aceleradas para atender las causas, de que la crisis clim¨¢tica la tenemos encima: ya est¨¢ pasando. Necesitamos fondos para p¨¦rdidas y da?os, pero va a ser m¨¢s barato y menos doloroso atender las causas para prevenir que esto sea m¨¢s grave¡±, resume Juan Manuel Orozco. De momento, Lupe Cobos contesta al tel¨¦fono todav¨ªa desde su parcela rodeada de agua. A¨²n no se despide de su fog¨®n, de las gallinas y el cerdo, que no le dejan llevarse al nuevo lugar: ¡°Yo no soy capit¨¢n pero voy a ser la ¨²ltima en aventarme. Soy gente de mar, me gusta pescar y estar lejos me va a costar un poquito, pero yo le digo a mi marido, cuando se entristece, que tenemos la oportunidad de intentarlo de nuevo¡±.
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