La herida sigue abierta
Ni la respuesta b¨¦lica ni las medidas de seguridad disipan en EE UU el temor a un atentado
Es EE UU un pa¨ªs m¨¢s seguro de lo que era el 10 de septiembre de 2001, horas antes de los atentados que costaron la vida a casi 3.000 personas en Nueva York, Washington y Pensilvania? En Peoria (Illinois), la respuesta es afirmativa; en Nueva York, negativa. ?Hay pa¨ªses que corren m¨¢s riesgos que antes de esos atentados y de los movimientos que desencadenaron? En Bagdad, pero tambi¨¦n en Beirut o en Londres, no habr¨¢ ninguna duda: s¨ª. Entonces, ?puede el mundo haberse convertido, al mismo tiempo, en un lugar m¨¢s y menos peligroso que antes de 2001?
"Las Torres Gemelas se desplomaron ante nuestros ojos y en ese momento qued¨® claro que entr¨¢bamos en un nuevo mundo, y en una peligrosa nueva guerra", dijo el pasado mi¨¦rcoles George W. Bush, que se declar¨® en 2004 un "presidente de guerra" y que con esa l¨®gica gan¨® la reelecci¨®n. ?Podr¨¢ su partido, el republicano, repetir la jugada en las elecciones legislativas del 7 de noviembre y mantener el control de las dos c¨¢maras? Cada vez parece m¨¢s improbable: depender¨¢, en buena medida, de si la Casa Blanca tiene la habilidad suficiente para que los votantes no vayan a las urnas con la guerra de Irak en la cabeza, sino con la guerra contra el terrorismo. Y depender¨¢ de que los dem¨®cratas, hu¨¦rfanos de triunfos electorales desde hace diez a?os, logren traducir en votos el desencanto popular con Irak sin aparecer blandos sobre el terrorismo.
"Quiz¨¢ es acertado decir que el mundo se siente menos seguro, y Estados Unidos, m¨¢s", dice el experto Philip Gordon
La percepci¨®n p¨²blica en EE UU es de un notable recuerdo de lo que ocurri¨® el 11-S y de una desigual sensaci¨®n de inseguridad
"El que no haya habido desde el 11-S un atentado en EE UU reduce la posibilidad de una pol¨ªtica exterior agresiva", dice un experto
La crisis de Hezbol¨¢ y el papel de Ir¨¢n han sido un recordatorio de los peligros que a¨²n existen para los norteamericanos
La propia Casa Blanca acept¨® el jueves que a pesar de todos los golpes contra Al Qaeda y similares hay muchas cosas que van mal
Un tercio de los habitantes de las ciudades de EE UU se sienten "muy preocupados" ante la posibilidad de otro atentado
Mayor serenidad
La Casa Blanca cree -seg¨²n la Estrategia Nacional de Seguridad aprobada en 2003 y revisada esta semana- que "aunque Am¨¦rica es m¨¢s segura, todav¨ªa no estamos a salvo". Y a pesar de que el quinto aniversario se conmemora con mayor serenidad y con la reaparici¨®n -desde la campa?a electoral de 2004- de los enfrentamientos pol¨ªticos sobre la seguridad y las decisiones del Gobierno, la poblaci¨®n es consciente de que hay riesgos que ignoraba hace cinco a?os. ?Es EE UU un pa¨ªs m¨¢s seguro? "Creo que no puede haber ninguna duda de que es un pa¨ªs m¨¢s seguro ahora que hace cinco a?os", afirma Lee Hamilton, el ex congresista dem¨®crata que fue presidente de la comisi¨®n que investig¨® el 11-S. "Hemos adoptado muchas medidas, hemos gastado mucho dinero y estamos dedicando mucha gente a ese objetivo, al de reforzar la seguridad. Pero no podemos decir que tenemos seguridad total. Se mantiene el desaf¨ªo terrorista; estamos luchando, pero es un esfuerzo a largo plazo. De forma que, para responder a su pregunta, estamos m¨¢s seguros, pero no estamos seguros del todo".
Hamilton, que dirige el Centro Internacional Woodrow Wilson, acaba de publicar -junto al republicano Thomas Kean, el otro presidente de la comisi¨®n- el libro Sin precedentes, en el que ambos revelan las interioridades de los tres a?os de trabajos, y cree que no est¨¢ dentro de sus atribuciones opinar sobre el resto del mundo, aunque su experiencia internacional es amplia despu¨¦s de 34 a?os en el Congreso, en donde fue presidente del Comit¨¦ de Relaciones Internacionales. Pero Philip Gordon, de la Brookings Institution y que fue responsable de Europa en el Consejo Nacional de Seguridad, no tiene problemas para responder a la pregunta de si EE UU es un lugar m¨¢s seguro en un mundo m¨¢s inseguro: "Creo que EE UU es m¨¢s seguro que hace cinco a?os: se han hecho muchas cosas para que sea as¨ª. Y probablemente tambi¨¦n es verdad que el resto del mundo se siente menos seguro con las consecuencias de nuestra reacci¨®n despu¨¦s del 11-S. Buena parte de Oriente Pr¨®ximo es menos segura, Europa es menos segura: no hay m¨¢s que pensar en lo que pas¨® en Madrid o Londres. Obviamente, EE UU no quiso reforzar su seguridad a expensas de la de otros, pero probablemente es acertado decir que el mundo se siente menos seguro, y EE UU, m¨¢s".
Gordon cree que la pol¨ªtica exterior de EE UU dio un giro hacia el realismo despu¨¦s de la reelecci¨®n de Bush, independientemente de la ret¨®rica que sostiene que Am¨¦rica es un pa¨ªs en guerra y de que se mantenga oficialmente la Agenda de la Libertad, que predica "el apoyo a los movimientos e instituciones democr¨¢ticas en todos los pa¨ªses y culturas" con el objetivo de "acabar con la tiran¨ªa en el mundo". "La pol¨ªtica exterior revolucionaria del primer Bush se acab¨®", a?ade, por las realidades pol¨ªticas, diplom¨¢ticas y presupuestarias determinadas por la guerra de Irak, que contribuy¨® decisivamente a disipar las simpat¨ªas causadas por el 11-S, a sembrar la divisi¨®n y el enfrentamiento con los aliados y a difuminar la guerra contra el terrorismo; una guerra que tiene harta a la opini¨®n p¨²blica de EE UU, cuando hay ya m¨¢s de 2.600 soldados muertos; frustrado y peligrosamente sobreocupado al Ej¨¦rcito y diezmado el erario: el proyecto de presupuesto de Defensa de 2007, 439.300 millones de d¨®lares, es un 7% m¨¢s elevado que el de 2006; a eso hay que a?adir los gastos de las guerras en Irak y Afganist¨¢n, que han alcanzado, desde el 11-S, la suma de 437.000 millones en operaciones militares, reconstrucci¨®n, ayuda exterior y embajadas, seg¨²n datos del Congreso, y m¨¢s de 250.000 millones en seguridad dentro de EE UU.
El realismo y la diplomacia deber¨ªan reducir costes y riesgos, pero ?y si hay cambios bruscos? "Es interesante, porque quiz¨¢ estamos viendo un escenario as¨ª", se?ala Gordon. "Las tendencias b¨¢sicas de la escena internacional empujan a EE UU hacia una pol¨ªtica exterior realista. El que no haya habido un atentado en EE UU reduce la posibilidad de una pol¨ªtica exterior agresiva; las cuestiones econ¨®micas, las dificultades militares y el fracaso de las doctrinas de Bush llevan hacia el realismo, pero el futuro sigue siendo incierto, porque puede ocurrir algo que nos vuelva a llevar en la otra direcci¨®n. La guerra entre Israel y Hezbol¨¢ y el rechazo iran¨ª a los ofrecimientos en la negociaci¨®n nuclear est¨¢n empujando a EE UU hacia esa otra direcci¨®n. La crisis de Hezbol¨¢ y el papel que ha jugado Ir¨¢n han sido un recordatorio para los norteamericanos de los peligros que a¨²n existen, y ha aumentado el temor al espectro del enemigo islamista. Hace un par de meses, las cosas estaban m¨¢s relajadas, pero ahora crece de nuevo la imagen de un Ir¨¢n que quiere ser nuclear y que apoya a un grupo terrorista que ataca a nuestros aliados o a nosotros mismos".
?En qu¨¦ situaci¨®n se encuentra la guerra contra el terrorismo? ?Qu¨¦ ha logrado y en qu¨¦ ha fracasado en estos cinco a?os? El Consejo de Terrorismo Global -una iniciativa patrocinada por David Bradley, presidente del grupo de medios Atlantic-, que re¨²ne a autoridades internacionales en materia de seguridad y terrorismo, acaba de presentar en Washington su primer informe con motivo del quinto aniversario del 11-S. El espa?ol Fernando Reinares, que fue asesor de pol¨ªtica antiterrorista del ministro del Interior entre 2004 y 2006 y que ahora trabaja en el Real Instituto Elcano, pertenece al Consejo: "Cinco a?os despu¨¦s podemos hablar, a corto plazo, de una contenci¨®n de la amenaza terrorista: se han incrementado los niveles de seguridad y los sistemas de protecci¨®n, especialmente en el mundo occidental. Al mismo tiempo, buena parte de las iniciativas que EE UU ha adoptado en materia de lucha contra el terrorismo han resultado extraordinariamente contraproducentes".
El hecho de que la situaci¨®n de seguridad sea razonablemente ¨®ptima a corto plazo, a?ade Reinares, no es incompatible con augurar que a corto y medio plazo todo puede complicarse. Por tanto, ?tiene sentido decir que el mundo pos-11-S es a la vez m¨¢s y menos peligroso? "Tiene perfecto sentido porque, por un lado, se ha incrementado la seguridad, y eso ha permitido desbaratar atentados terroristas que se encontraban en un estado muy avanzado de planificaci¨®n y detener a muchos individuos relacionados con redes de terrorismo yihadista, ha permitido privar a Al Qaeda de un santuario y anular parte de su n¨²cleo central... Pero, al tiempo, hay un incremento en la radicalizaci¨®n violenta de buena parte del mundo musulm¨¢n, tanto en pa¨ªses africanos y asi¨¢ticos en los que la poblaci¨®n musulmana es mayoritaria como dentro de las sociedades occidentales, lo cual hace presagiar que, a medio y largo plazo, las ganancias t¨¢cticas de los ¨²ltimos cinco a?os no van a repercutir de manera positiva".
Paul Pillar, un ex alto dirigente de la CIA -y actual profesor en Georgetown- muy cr¨ªtico de la utilizaci¨®n que hizo el Gobierno de Bush de los datos de inteligencia para justificar la guerra, cree que, "de alguna manera, estamos en una situaci¨®n menos segura, y cuando digo esto estoy pensando m¨¢s bien en EE UU. Es dif¨ªcil hablar del conjunto del mundo, pero creo que tambi¨¦n aplicar¨ªa esta opini¨®n a Occidente, sobre todo a Europa y EE UU". Si la situaci¨®n es menos segura, ?por qu¨¦ no ha habido un atentado en EE UU en estos cinco a?os? Muy sencillo, responde Pillar: porque a¨²n no ha pasado tiempo suficiente como para cantar victoria: "Cinco a?os no es nada en la mente de millones de personas que se tienen por protagonistas de una batalla ¨¦pica, es un suspiro de tiempo incluso en t¨¦rminos occidentales". Y hay que tener en cuenta los intentos desbaratados: "Aunque la atenci¨®n p¨²blica, obviamente, no lo registra igual, es muy tenue la l¨ªnea que separa un acto terrorista realizado de un acto terrorista bloqueado o frustrado".
Muchos cataclismos posibles
Walter Reich, profesor de relaciones internacionales, ¨¦tica y comportamiento humano, y miembro del Consejo, comparte con Reinares la idea de que el mundo es, a la vez, m¨¢s y menos peligroso: "Antes del 11-S no entend¨ªamos hasta qu¨¦ punto est¨¢bamos viviendo en un mundo inseguro, pero realmente lo era, y mucho, aunque s¨®lo se demostr¨® dr¨¢sticamente el 11-S. En perspectiva hist¨®rica, ten¨ªamos inseguridad, pero no ¨¦ramos muy conscientes; ahora entendemos mucho mejor la amenaza, y ¨¦se es un paso importante: ya sabemos que hay un cataclismo o muchos cataclismos que son posibles. Pero estamos m¨¢s inseguros; hay una mayor movilizaci¨®n de los activistas de la yihad de la que hab¨ªa antes, en parte debido al ¨¦xito del 11-S y a atentados como el de Madrid o el de Londres, en parte debido a realidades como Irak".
La percepci¨®n p¨²blica en Estados Unidos es de un notable recuerdo de lo que ocurri¨® el 11 de septiembre de 2001 y de una desigual sensaci¨®n de inseguridad. Cinco a?os despu¨¦s de los atentados, la mitad de la poblaci¨®n "piensa frecuentemente" en lo que ocurri¨® aquel d¨ªa, seg¨²n un sondeo de Ipsos. La proporci¨®n de los que mantienen viva la memoria de aquella jornada y la recuerdan con frecuencia se eleva al 60% en el caso de Nueva York. M¨¢s de la mitad de los neoyorquinos y de los habitantes de Washington est¨¢n preocupados por la posibilidad de sufrir nuevos atentados. "Lo que es diferente en EE UU", dice Philip Gordon, "es la sensaci¨®n de inseguridad y vulnerabilidad que sufrimos desde el 11-S, tras una d¨¦cada en la que no hab¨ªamos sentido nada de eso. La semana anterior al 11-S, la ¨²nica noticia era la de Chandra Levy, aquella pobre mujer que desapareci¨® y fue asesinada; estaba todos los d¨ªas en los titulares porque era el tipo de asunto en el que nos fij¨¢bamos... No pens¨¢bamos en que el mundo era peligroso. Ahora, todo el mundo lo piensa".
Todo el mundo, pero depende de d¨®nde viva: en las ciudades de EE UU es m¨¢s agudo el sentido de vulnerabilidad, y un tercio de sus habitantes, seg¨²n un sondeo de The New York Times y CBS, se sienten "muy preocupados" ante la posibilidad de otro atentado; en Peoria y en la Am¨¦rica que vive entre las dos costas, la proporci¨®n es del 13%. Pero el 81% en todo el pa¨ªs acepta que tendr¨¢ que vivir siempre con la amenaza terrorista. M¨¢s datos: otro sondeo se?ala que s¨®lo el 43% cree que EE UU es ahora m¨¢s seguro que antes del 11-S; un 32% piensa que la seguridad es similar, y el 25% dice que es inferior. Para el 54% es muy o bastante probable que haya un atentado en los pr¨®ximos meses; el 55% cree que la guerra de Irak puede incrementar el riesgo de atentado terrorista en EE UU, y el 59% afirma que la guerra ha hecho menos seguro el mundo ante la amenaza terrorista. Para el 25% se est¨¢ ganando la guerra en Irak; el 62% cree que a¨²n no se puede hablar de vencedores, y el 12% piensa que la que va ganando es la insurgencia. Por ¨²ltimo, el 46% cree ahora que Osama Bin Laden ser¨¢ atrapado, en contraste con el 67% que lo afirmaba en 2003.
Cosas que van mal
?Se est¨¢ ganando la guerra contra el terrorismo? La propia Casa Blanca acept¨® el jueves que, a pesar de todos los avances y golpes contra Al Qaeda y similares, hay muchas cosas que van mal:
- Las c¨¦lulas terroristas est¨¢n m¨¢s dispersas y menos centralizadas.
- Se han evitado atentados, pero no todos; los terroristas han tenido ¨¦xitos.
- Se ha mejorado la seguridad, pero es imposible garantizar que no va a haber un atentado en EE UU.
- Los terroristas siguen tratando de conseguir armas de destrucci¨®n masiva.
- Pa¨ªses como Siria e Ir¨¢n albergan terroristas y patrocinan sus actividades.
- La guerra en Irak es manipulada y aprovechada por la propaganda terrorista.
- El empleo de Internet y los medios permite al enemigo comunicarse, reclutar, entrenarse y hacer proselitismo y propaganda sin correr riesgos.
Por su parte, el Consejo de Terrorismo Global ha calificado diferentes categor¨ªas y cap¨ªtulos, y sus conclusiones son relativamente pesimistas. En la lucha contra el extremismo islamista hay ¨¦xitos -los atentados frustrados, las detenciones de buena parte de la direcci¨®n de Al Qaeda-, pero una autoridad en la materia como Bruce Hoffman, profesor en Georgetown y autor de Inside terrorism, cree que ser¨ªa err¨®neo exagerar la debilidad del n¨²cleo duro del grupo de Bin Laden. "Es verdad que se han dado golpes fuertes, pero su centro de mando no ha desaparecido, y la desarticulaci¨®n, hace un mes, del atentado en Londres lo prueba. Ese centro es menos activo, menos poderoso, pero sigue existiendo". EE UU, a?ade Hoffman, "contempla el conflicto desde una perspectiva occidental y asume que se est¨¢ ganando la guerra, pero la situaci¨®n, vista por el adversario, es diferente". Al Qaeda, a?ade, no establece sus tiempos en funci¨®n de un mandato presidencial o un ciclo electoral: "Lo que hace es mantener una larga guerra de desgaste con la esperanza de consumir nuestra determinaci¨®n y hacernos caer en una complacencia como la que ten¨ªamos antes del 11-S".
El hecho de que no haya habido atentados en EE UU desde 2001 y los costes humanos y materiales de Irak hacen que la visi¨®n de esta guerra -y el cansancio- predominen sobre el combate contra el terrorismo. Para Lee Hamilton, "el mayor riesgo que corre a partir de ahora EE UU es el de la complacencia, el de subestimar la amenaza terrorista. Por eso, creo que tenemos que desarrollar un sentido de urgencia, si me permite llamarlo as¨ª, sobre esta amenaza". Hoffman insiste: "Al Qaeda ha sobrevivido a nuestras ofensivas m¨¢s fuertes, lo que le ha dado un enorme impulso a la convicci¨®n que tiene sobre la inevitabilidad hist¨®rica y la rectitud de su causa".
Fernando Reinares pronostica todav¨ªa una veintena de a?os de actividad terrorista intensa: "Estamos ante una amenaza que es real, inmediata, que est¨¢ ah¨ª y a la que hay que enfrentarse sin dilaci¨®n, pero que no va a remitir en breve. Es muy dif¨ªcil pensar que vaya a entrar en decadencia antes de dos d¨¦cadas, y esto, en todo caso, no querr¨¢ decir que desaparezca, sino que la actual oleada podr¨¢ remitir. Hay factores que pueden hacer que el ciclo de terrorismo global se alargue m¨¢s en el tiempo o se reduzca, y desgraciadamente, estos ¨²ltimos cinco a?os invitan a pensar que con situaciones como la de Irak hemos extendido el ciclo vital del terrorismo global".
Lo que mejor funciona, desde el punto de vista de contrarrestar la amenaza y siempre seg¨²n las valoraciones de los expertos del Consejo, es la coordinaci¨®n entre aliados, especialmente la cooperaci¨®n entre Europa y EE UU -la cooperaci¨®n de inteligencia y el trabajo conjunto de las fuerzas policiales-, el aumento en la seguridad a¨¦rea y los esfuerzos para controlar las armas nucleares en Rusia.
A la hora de analizar lo m¨¢s peligroso de los pr¨®ximos cinco a?os, el Consejo destaca estas tres posibilidades: que Irak "se convierta en una incubadora de terroristas, en un campo de entrenamiento, en un para¨ªso como lo fue Afganist¨¢n"; que "las redes de reclutamiento en Irak y Afganist¨¢n formen terroristas y los env¨ªen a Occidente" y que contin¨²e el incremento de operaciones suicidas "contra EE UU y sus aliados". Irak, en opini¨®n de Pillar, "es extremadamente importante para Al Qaeda, no en el sentido estrictamente militar, sino como campo de entrenamiento y como fuente de propaganda". Por esa raz¨®n, a?ade Hoffman, independientemente de lo que se piense de la guerra, "ser¨ªan desastrosas, desde el punto de vista de la expansi¨®n del terrorismo, las consecuencias de una salida precipitada de Irak por parte de EE UU". "Si fracasamos, Irak ser¨¢ un santuario para el terrorismo; si acertamos, Irak formar¨¢ parte de la soluci¨®n global a la amenaza", coincide Hamilton.
Sun¨ªes y chi¨ªes
El informe llama la atenci¨®n sobre lo poco que se est¨¢ avanzado en la puesta en marcha de "iniciativas de pol¨ªtica internacional que disminuyan la furia que se vive en el mundo musulm¨¢n" y sobre el agravamiento de las tensiones entre sun¨ªes y chi¨ªes. En esta clave, Fernando Reinares lamenta que no se est¨¦ registrando el cambio principal que ha habido en la actividad terrorista desde 2004: "Hasta entonces, Al Qaeda y sus grupos se presentaban como actores de un conflicto entre el mundo occidental y el mundo isl¨¢mico. Desde 2004, la gran mayor¨ªa de sus atentados ocurren en el mundo isl¨¢mico y la inmensa mayor¨ªa de sus v¨ªctimas son musulmanes. En Occidente apenas ocurren un 2% de los atentados que estos grupos cometen cada a?o". ?Por qu¨¦ no se registra esto? "Porque hay una ideolog¨ªa del terrorismo global que es, a la vez, la percepci¨®n que las ¨¦lites pol¨ªticas occidentales tienen de ese fen¨®meno, y que se corresponde perfectamente con lo que los dirigentes de Al Qaeda dicen de s¨ª mismos".
En opini¨®n de Reinares, mientras no se explique el impacto real que el terrorismo est¨¢ teniendo en el mundo musulm¨¢n, y este dato no incida en el modo con el que se establecen v¨ªnculos con ese mundo y con las comunidades musulmanas de nuestras propias sociedades, "estaremos abandonando un elemento crucial para avanzar frente a un fen¨®meno que claramente es una amenaza a nuestra seguridad y a la de los pa¨ªses musulmanes, con independencia de religiones y pa¨ªses. En los medios de comunicaci¨®n, en las ¨¦lites pol¨ªticas e incluso en los c¨ªrculos acad¨¦micos se tiene a¨²n una imagen del terrorismo global que no coincide con la realidad; el terrorismo global, en estos momentos, es m¨¢s un conflicto entre musulmanes que un choque de civilizaciones. Y ¨¦ste es un dato fundamental, porque la definici¨®n del fen¨®meno es cr¨ªtica a la hora de establecer los par¨¢metros con los que afrontarlo".
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