Al Yazira, el mensajero
La cadena catar¨ª cuenta los sufrimientos de los pueblos ¨¢rabes
La globalizaci¨®n ya no implica americanizaci¨®n. O al menos, no en materia de contenidos para Internet, cine y televisi¨®n. "Cada vez menos gente en el mundo est¨¢ comprando la narrativa norteamericana", se?alaron alarmados el periodista Nathan Gardels y el cineasta Mike Medavoy, ambos estadounidenses, en un art¨ªculo conjunto del pasado junio. Lo atribu¨ªan a la galopante p¨¦rdida de prestigio pol¨ªtico y moral -el soft power o poder blando teorizado por Joseph Nye- de Estados Unidos en Europa, Am¨¦rica Latina, Asia y el mundo ¨¢rabe y musulm¨¢n. Una ca¨ªda derivada de la reacci¨®n torpe y belicista de Bush al 11-S.
Bollywood -la industria cinematogr¨¢fica india- y Al Yazira -la cadena ¨¢rabe de informaci¨®n por sat¨¦lite- son dos ejemplos paradigm¨¢ticos del nuevo fen¨®meno de globalizaci¨®n medi¨¢tica no estadounidense. Nacida en 1996, Al Yazira, que emite en la lengua del Cor¨¢n desde el emirato de Qatar, se dio a conocer internacionalmente en 2001 al difundir los v¨ªdeos de Bin Laden y convertirse en la ¨²nica televisi¨®n que tambi¨¦n cubri¨® la guerra de Afganist¨¢n desde el territorio de los talibanes. Desde entonces, su propietario -el emir de Qatar- y el equipo profesional de la cadena -periodistas formados en el servicio ¨¢rabe de la BBC- han resistido a las presiones de EE UU para que se autocensuren.
La guerra de Irak de 2003 corrobor¨® que CNN ya no tiene el monopolio televisivo de la informaci¨®n internacional en vivo y en directo del que disfrut¨® en la guerra del Golfo de 1991. Al Yazira ha dado voz e imagen al complejo mundo ¨¢rabe ante s¨ª mismo y ante el resto del planeta. A¨²n m¨¢s, est¨¢ siendo clave en la formaci¨®n de una opini¨®n p¨²blica ¨¢rabe unificada desde Casablanca hasta el Golfo. El paisaje de las ciudades ¨¢rabes no se limita hoy a los minaretes de las mezquitas, sino que incluye las antenas parab¨®licas que florecen como hongos en casi todos los techos y balcones.
En 2003, en plena guerra de Irak, el corresponsal de Al Yazira en El Cairo me coment¨®: "?Se imagina usted c¨®mo se sentir¨ªan los espa?oles si vieran en la televisi¨®n c¨®mo Bush bombardea La Habana para deshacerse de Fidel Castro? Pues as¨ª se sienten los ¨¢rabes cuando ven las llamas alzarse hacia el cielo de Bagdad". Lo grave es que las cosas han ido a peor en los ¨²ltimos tres a?os.
Estos d¨ªas, los telediarios de Al Yazira suelen abrir con im¨¢genes de soldados norteamericanos deteniendo a iraqu¨ªes y de soldados israel¨ªes haciendo lo mismo con palestinos y libaneses. Con procedimientos semejantes: al detenido se le tumba en el suelo, se le vendan los ojos y se le atan las manos a la espalda, mientras un grupo de excitados soldados extranjeros mantiene a raya a sus familiares con fusiles de asalto. Y esto en el mejor de los casos, porque las aperturas con ni?os y mujeres iraqu¨ªes, palestinos y libaneses muertos en bombardeos son tambi¨¦n el pan nuestro de cada d¨ªa.
Terreno abonado, sin duda, para la narrativa de Al Qaeda acerca de una cruzada israelo-norteamericana contra el islam. Pero de esto no tiene la culpa el mensajero.
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