Surrealismo
Cada dos por tres nos recuerdan que "el proceso" va a ser largo y dif¨ªcil. Con tal sonsonete justifican los entonos arnaldianos las quemas de autobuses, comportamientos ancestrales de sus administrados. Lo que no nos hab¨ªan dicho -estar¨ªa impl¨ªcito- es que, adem¨¢s, este Proceso, como el de Kafka, se deslizar¨ªa hacia el surrealismo con facilidad.
De surrealismo ha de hablarse cuando las fuerzas batas¨²nicas quieren que creamos la ficci¨®n de que un impulso espont¨¢neo fuerza al buen joven vasco (el de su cuerda) a agredir al vecindario y destrozar autobuses y cosas as¨ª. En el Movimiento Nacional las cosas no funcionan as¨ª, sino de arriba abajo. Hasta la fecha (y van d¨¦cadas) no se conoce ning¨²n desempe?o de la muchachada o del frente pol¨ªtico no orientado por "la Organizaci¨®n" (terrorista). As¨ª que, hipocres¨ªas fuera, las ¨²ltimas kaleborrokadas confirman que para "la Organizaci¨®n" y sus mariachis esto del Proceso es una especie de a Zapatero rogando y con el mazo dando. Al menos, que sus vicarios en la tierra no pongan cara de virginales querubines incapaces de romper un plato y de preocupaci¨®n por nosotros mismos. Al pan, pan y al chantaje, chantaje: no estorbar¨ªa alguna honestidad verbal en la marea de estulticia que nos est¨¢n arrojando.
Como los surrealismos nunca vienen solos, la tragicomedia semanal la rellena el tal Julen Madariaga. No por corroborar lo que sab¨ªamos sobre la hechura mental del sujeto estremece menos comprobar su catadura moral. Sus aseveraciones ratifican que hay taras que la edad no cura. No me refiero aqu¨ª a la especie de que Zapatero antes de presidente (y, tal y como lo cuenta, presintiendo que lo ser¨ªa) le encarg¨® contactar con ETA. Si el asunto fuese cierto, ser¨ªa surrealismo puro, no tanto por lo de contactar con ETA como por recurrir al setent¨®n deslenguado. No encaja que Eguiguren y compa?¨ªa anden tan despistados. En realidad, lo m¨¢s preocupante de los dichos del interfecto est¨¢ pasando inadvertido, esa frivolidad con que narra c¨®mo intermediaba en el cobro de chantajes a empresarios por un monto de 54.000 euros y su sorprendente intento de presentarlo como un jueguecito, el Monopoly o as¨ª. Dice que los extorsionados quer¨ªan "pagar voluntariamente", pues "pod¨ªan no haber pagado", resolviendo en un santiam¨¦n cualquier improbable desaz¨®n ¨¦tica. Tiene la raz¨®n del necio, pues es el problema central del extorsionado, pagar o no pagar y correr con las consecuencias. Lerdez, frivolidad o desvar¨ªo se llama la gesta del tal Madariaga. Por no referirnos a la parte naif, cuando asegura que los receptores del bot¨ªn le dieron un recibo con dos sellos de la organizaci¨®n (sic) en los que pon¨ªa "algo as¨ª" como "le agradecemos vivamente su aportaci¨®n voluntaria". Se nota que lo cuenta contento.
Sigue el surrealismo cuando las fuerzas medi¨¢ticas y populares dan cr¨¦dito a tal sujeto en lo de los contactos con ETA y ahondan el guirigay como si fuesen palabras incontrovertiblemente certeras, y no discurso de parte interesada, quiz¨¢s ya no en sus cabales.
Se ha convertido en un factor consustancial al proceso que un sector de la opini¨®n p¨²blica crea a pies juntillas lo que venga del terrorismo y afines, si sirven para denostar al Gobierno. No importa la fuente si la bronca es buena. El plus de credibilidad que se le concede constituye una de las armas que le ha sobrevenido a "la Organizaci¨®n" y contornos. Si un d¨ªa de estos Arnaldo, arrebatado por su buen coraz¨®n, cuenta que se entrevist¨® con Zapatero en el reservado de un restaurante sito en alg¨²n lugar de las Encartaciones la v¨ªspera del refer¨¦ndum del Estatut y pactaron formar dentro de trece meses un Consejo Vasco-Navarro como primera entrega de la incorporaci¨®n de Navarra a Euskadi, se le dar¨ªa p¨¢bulo, tronar¨ªan los improperios y al presidente del Gobierno le llover¨ªan los insultos de mentiroso y traidor. Tal es el poder que les han concedido las derechas a los voceros batasunos. Paradojas.
Con estos bueyes toca arar. Nuestro proceso kafkiano se construye sobre el surrealismo. Que aun as¨ª nos lleve a buen puerto. O que, al menos, arranque, pues lo de vivir en un sempiterno acto de fe se hace duro, pese a lo ha que dicho el Papa esta semana de marras: que la teor¨ªa de la evoluci¨®n es "una cosa irracional" y lo racional es la fe.
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