Recuerdos espa?oles
- 16 de julio de 1944
El comienzo de la guerra civil espa?ola, que alz¨® el tel¨®n del conflicto actual y es uno de los acontecimientos m¨¢s tr¨¢gicos y m¨¢s s¨®rdidos que ha visto la Europa moderna, cumplir¨¢ ocho a?os el viernes pr¨®ximo.
El resultado de la guerra de Espa?a se decidi¨® fuera del pa¨ªs y al cabo de un a?o, cualquier observador realista sab¨ªa que el gobierno democr¨¢tico no pod¨ªa ganar a menos que hubiera un cambio radical en la situaci¨®n europea. Durante la primera fase de la guerra, que dur¨® casi un a?o, la lucha fue entre las tropas profesionales y los moros de Franco, por un lado, y las milicias de trabajadores y campesinos organizadas apresuradamente, por el otro.
En esta fase, el resultado fue m¨¢s o menos de empate y ning¨²n objetivo de gran importancia cambi¨® de manos.
"Franco entr¨® en Madrid y aplic¨® su victoria con la crueldad m¨¢s absoluta"
"En verdad nada se salva de esta historia salvo el valor de los combatientes"
Franco, sin embargo, estaba siendo reforzado ampliamente por las potencias del Eje mientras el Gobierno espa?ol s¨®lo recib¨ªa espor¨¢dicos env¨ªos de armas de la Rusia sovi¨¦tica y la ayuda de unos pocos miles de voluntarios extranjeros, la mayor parte refugiados alemanes. En junio de 1937, la resistencia de los vascos se hundi¨® y el equilibrio de fuerzas se inclin¨® decisivamente en contra del Gobierno.
- Llega el hambre. Sin embargo, el Gobierno mientras tanto hab¨ªa controlado el caos revolucionario de los primeros d¨ªas, suavizado las peleas entre las distintas facciones y entrenado a sus tropas inexpertas. A primeros de 1938, ten¨ªa un ej¨¦rcito formidable, capaz de seguir luchando durante el a?o que aproximadamente duraron las reservas de comida.
El doctor Negr¨ªn y los dem¨¢s dirigentes de la Espa?a fiel al Gobierno eran probablemente conscientes de que no pod¨ªan ganar por s¨ª solos, pero se justificaban en seguir luchando, ya que la situaci¨®n pol¨ªtica europea pod¨ªa cambiar. La guerra mundial que claramente se avecinaba pod¨ªa estallar en 1938; el Gobierno brit¨¢nico pod¨ªa abandonar su pol¨ªtica de no-intervenci¨®n.
Ninguna de estas cosas ocurri¨®, y hacia el final de 1938 los rusos retiraron su apoyo. La Espa?a fiel al Gobierno llevaba tiempo sin comer, y la situaci¨®n era ya de hambruna.
Mientras las fuerzas fascistas conquistaban Catalu?a, un torrente de refugiados pasaba a Francia, ametrallados por aviones italianos e internados tras alambre de espino en cuanto llegaban.
A comienzos de 1939, Franco entr¨® en Madrid y aplic¨® su victoria con la crueldad m¨¢s absoluta. Todos los partidos pol¨ªticos de izquierda fueron suprimidos e innumerables personas ejecutadas o encarceladas. Si las recientes informaciones son ciertas, medio mill¨®n de personas, el 2% de la poblaci¨®n espa?ola, permanece en campos de concentraci¨®n.
- La intervenci¨®n del eje. La historia es repugnante por el vergonzoso comportamiento de las grandes potencias y la indiferencia general del mundo. Los alemanes y los italianos intervinieron para aplastar la democracia espa?ola, conquistar un punto clave estrat¨¦gico para la guerra siguiente y, de paso, probar sus bombarderos contra poblaciones indefensas.
Los rusos repartieron una peque?a cantidad de armas y a cambio obtuvieron un m¨¢ximo de control pol¨ªtico. Los brit¨¢nicos y los franceses se limitaron a mirar para otro lado mientras sus enemigos triunfaban y sus amigos eran destruidos. La actitud brit¨¢nica es la menos perdonable, porque fue est¨²pida adem¨¢s de deshonrosa.
Era obvio desde el principio que cualquier pa¨ªs extranjero que proporcionara armas al Gobierno espa?ol podr¨ªa controlar o al menos influir en la pol¨ªtica del Gobierno. En cambio, los brit¨¢nicos prefirieron garantizar la victoria de Franco y Hitler, y a la vez, que el afecto y la gratitud del pueblo espa?ol fueran para Rusia y no para Gran Breta?a.
- La ayuda de Rusia. Durante un a?o o m¨¢s, el Gobierno espa?ol estuvo de hecho bajo control ruso, principalmente porque Rusia fue el ¨²nico pa¨ªs en acudir en su auxilio. El crecimiento del Partido Comunista Espa?ol de unos pocos miles a un cuarto de mill¨®n de miembros fue logrado exactamente por el Partido Conservador brit¨¢nico.
Ha habido una fuerte tendencia a esconder estos hechos e incluso a considerar la "no intervenci¨®n" de Franco como un triunfo de la diplomacia brit¨¢nica. Mucho mejor ser¨ªa recordar siempre en la verdadera historia de la guerra de Espa?a como una perfecta demostraci¨®n de la estupidez y la mezquindad de la pol¨ªtica de potencias.
En verdad nada se salva de esta historia salvo el valor de los combatientes de ambos lados y la resistencia de la poblaci¨®n civil de la Espa?a republicana, que durante a?os soport¨® hambre y dificultades desconocidas para nosotros en los peores momentos de esta guerra.
Del libro Orwell periodista, traducido por Miguel Aguilar, que la editorial Global Rhythm publicar¨¢ el pr¨®ximo d¨ªa 20.
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