Fervor en la taberna
Gran n¨²mero de tabernas y bares de Madrid exhiben a diversos santos y santas populares, aunque el cantinero no vaya a misa jam¨¢s. San Pancracio suele estar estrat¨¦gicamente infiltrado entre las botellas de ron, o lo que sea. Lo mismo se puede decir de la Virgen de la Paloma, la del Roc¨ªo, la Pilarica, la de los Desamparados o san Genar¨ªn, por poner algunos ejemplos. Y as¨ª, hasta recorrer todo el barroco santoral patrio, que es desmesurado y variopinto. Todas esas santidades permanecen mudas cuando escuchan a los clientes largando del Papa, de los obispos, de los curas y de la Iglesia en general (tambi¨¦n se habla de Al¨¢ sin censura y sin contemplaciones). Los santos de las tabernas son esc¨¦pticos y discretos, por la cuenta que les trae.
Pero ahora ha ocurrido algo que puede reconvertir las tabernas en capillas y las barras de los bares en confesionarios (cosa que no es novedad). ?stos son los hechos. Hace unos d¨ªas, la Virgen del Cisne, patrona de Ecuador, fue expulsada de la iglesia de San Salvador, en Lavapi¨¦s, por el p¨¢rroco que la hab¨ªa acogido el a?o pasado. No se conocen las razones alegadas por el sacerdote para el sagrado desalojo, pero es seguro que podr¨ªan dar pie a una pel¨ªcula de Berlanga o de Almod¨®var. En la Comunidad viven cerca de 200.000 ecuatorianos que adoran con pasi¨®n a su patrona. Pero la Virgen del Cisne se ha visto obligada a aparcar en una taberna del barrio, de cuyo nombre no logro acordarme, que se ha transformado en centro de peregrinaci¨®n y parroquia donde los parroquianos rezan mucho y beben poco.
Si los bares son tomados por la beater¨ªa, gran parte de la clientela no volver¨¢ all¨ª ni borracha. La Conferencia Episcopal deber¨ªa tomar cartas en el asunto. ?No ser¨¢ que todo esto sea una estrategia para catequizar los bares? Lo llevan claro, monse?ores. ?No hay en Madrid una iglesia que d¨¦ cobijo a la Virgen del Cisne?
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