A toda descarga

Apple, Amazon, Wal-Mart, Google, YouTube. Nadie pod¨ªa suponer hace unos meses que todas estas empresas formar¨ªan parte del futuro de la industria del cine, pero la digitalizaci¨®n de las pel¨ªculas ha provocado tal desconcierto en el mercado que todos intentan ahora pescar en ¨¦l: empresas tecnol¨®gicas, productoras, portales, compa?¨ªas de comercio electr¨®nico y hasta centros comerciales. Todos quieren un trozo de la tarta del nuevo negocio del cine que, seg¨²n datos de PricewaterhouseCoopers, crecer¨¢ a un ritmo del 5,1% anual, hasta los 44.200 millones de d¨®lares (unos 34.900 millones de euros) en 2010.

El mercado del cine digital sigue los pasos del musical. Las descargas de pago de m¨²sica en Internet podr¨¢n alcanzar, seg¨²n la patronal del sector IFPI, el 25% del total en tres a?os. Y el gran empuje de este negocio lo ha dado Apple, con el exitoso t¨¢ndem que forman su reproductor musical iPod (que tiene m¨¢s del 80% del mercado) y su tienda de m¨²sica iTunes (m¨¢s de 1.000 millones de canciones vendidas). Pero Apple aspira a mucho m¨¢s. Concretamente, a convertirse en

Las empresas del sector tratan de frenar el intercambio de archivos, pero la Fiscal¨ªa ya ha advertido de que no es delito

"el centro de entretenimiento de tu mundo", como dice la publicidad de la nueva versi¨®n de su iTunes. La tienda ya no s¨®lo ofrece m¨²sica sino que, desde esta semana, vende pel¨ªculas de Disney (de la que Steve Jobs, presidente de Apple, es el mayor accionista). Arranca con 75 pel¨ªculas que costar¨¢n entre 9,99 y 14,99 d¨®lares, y s¨®lo est¨¢ disponible, por ahora, para los usuarios estadounidenses.

Apple no es la ¨²nica compa?¨ªa que ofrece descargas de pel¨ªculas. El gigante del comercio electr¨®nico Amazon ya ha lanzado Unbox, una tienda que ya cuenta con 1.000 pel¨ªculas de 30 productoras. Wal-Mart, mientras tanto, trata de definir el precio que pondr¨¢ a las pel¨ªculas de su propia web, con la que trata de adelantarse a la previsible ca¨ªda de ventas de uno de sus grandes negocios, el DVD.

En todo caso, y como explica Jos¨¦ Manuel M¨¦ndez, director general de The Boston Consulting Group en Espa?a, "casi nadie podr¨¢ jugar s¨®lo en este sector. Veremos distintas alianzas, como la de Apple y Disney, y tambi¨¦n cambiar¨¢ el modelo de ingresos. En el futuro, el contacto individual con el consumidor contar¨¢ m¨¢s que el share [audiencia]".

En este campo son expertos los sitios para compartir v¨ªdeos, como YouTube. Las visitas a esta p¨¢gina web (de donde salieron El Koala y su Op¨¢, o el famoso Amo a Laura) aumentaron m¨¢s de un 2.000% entre julio de 2004 y 2005, y las de su rival Google Video, un 900%. Algunas compa?¨ªas como Warner ya se est¨¢n planteando utilizar estos servicios como v¨ªa para promocionar discos o pel¨ªculas.

El futuro de las descargas de pago de pel¨ªculas es, en todo caso, complicado. "La ¨²nica manera de que funcione es que el precio sea muy inferior al de la compra del DVD", explica Eduardo Berrocal, de dvdgo.com. Con la actual guerra de precios que sufre este sector -donde un estreno puede comenzar a venderse a 25 euros y pasar a valer seis en un quiosco a los seis meses-, la rebaja sustancial de precios ser¨¢ compleja de lograr. Los expertos creen, adem¨¢s, que se necesita una mayor extensi¨®n de la banda ancha (actualmente hay unos 6,5 millones de l¨ªneas en Espa?a) y mayor conocimiento t¨¦cnico por parte de los usuarios. Y se precisa, sobre todo, del desarrollo de una tecnolog¨ªa fiable para proteger las obras de las copias.

Porque el gran rival de las descargas de pago es y ser¨¢ el intercambio gratuito. Ya no hay nada que no se pueda compartir. Cualquier pel¨ªcula, por rara o antigua que sea, puede encontrarse en las redes de programas como eMule o BitTorrent, incluso la misma noche de su estreno. El funcionamiento de las redes P2P [siglas de peer to peer, o de par a par] es muy simple: el usuario se descarga un programa en su ordenador. Despu¨¦s, decide qu¨¦ tipo de contenido del que tiene almacenado en su disco duro (m¨²sica, pel¨ªculas, fotograf¨ªas, software) quiere compartir. El programa le pondr¨¢ en contacto con otros miles de ordenadores que tambi¨¦n han abierto su PC. En este punto s¨®lo queda buscar lo que se quiere conseguir, y descargarlo del ordenador de los dem¨¢s.

Telef¨®nica calcula que sus usuarios de ADSL dedican el 80% de la Red a intercambiar archivos. Las entidades de gesti¨®n de derechos audiovisuales, y las productoras y distribuidoras (especialmente, los videoclubes), quieren detener el intercambio a trav¨¦s de estas redes por ilegal. En Espa?a, en todo caso, se han topado con la Fiscal¨ªa General del Estado, que en mayo lanz¨® una circular entendiendo que no hay delito en las redes P2P, porque sus usuarios se limitan a compartir contenidos, y no a hacer dinero con ellos.