El rayo
Pese a que pueda parecer una maldici¨®n, morir bajo una formidable tempestad fulminado por un rayo es, sin duda, la forma m¨¢s rom¨¢ntica de irse de este mundo. Despues de una larga vida de inteligencia y placer, ser¨ªa un privilegio subir a la ladera de un monte para contemplar desde all¨ª un valle muy verde y que, de pronto, se abriera el cielo y que el propio J¨²piter te coronara la cabeza con una centella seguida de un poderoso trueno cuyo estallido obligara a buscar refugio a todas las alima?as. No obstante, hay casos en que los dioses conceden a los mortales un don m¨¢s deseable todav¨ªa. Algunas veces el rayo entra por la fontanela del cr¨¢neo humano y sale por los dedos de los pies sin da?ar ning¨²n tejido del cuerpo. Conozco a gente que ha pasado por esta prueba y todos reconocen que han salido de ese trance con la personalidad cambiada. El rayo que te parte en dos sin matarte, te cura de todos los males. Reumas, artritis y lumbagos desaparecen para siempre. Los huesos vuelven a recuperar la fortaleza. Las venas se limpian de grasa. El colesterol se va por las escotillas. Las neurosis, esquizofrenias y paranoias se esfuman. Si uno anda demenciado, la mente recupera el equilibrio, porque no hay electrochoque que pueda compararse con esa descarga fulminante que baja del firmamento. Haber sido traspasado por un rayo y no haber muerto tambi¨¦n es una experiencia religiosa. No s¨®lo se purifican la sangre y los ¨®rganos del cuerpo; tambi¨¦n el esp¨ªritu se procura muchos beneficios. L¨¢zaro fue resucitado y de regreso de la muerte ya no pronunci¨® palabra alguna. Su silencio tal vez se deb¨ªa a cosas muy negras e inexplicables que hab¨ªa visto en el otro mundo; en cambio, los que salen vivos del rayo, adem¨¢s de sentirse rescatados tambi¨¦n por los dioses, se convierten en h¨¦roes de todas las barber¨ªas y tabernas, aunque no tengan nada que contar. El rayo es la culebra con que J¨²piter rubrica la vida de algunos privilegiados bajo la tormenta. Quienes han pasado por esta experiencia cuentan que por un momento se les hizo la oscuridad y en el interior de ella al instante percibieron que su alma hab¨ªa cambiado de sitio. Su cuerpo se hab¨ªa vuelto glorioso y rubio por dentro; tambien con una nueva virginidad en los ojos descubrieron dulzuras de esta vida que hasta entonces nunca hab¨ªan percibido. No s¨®lo hab¨ªa desaparecido cualquier dolor y todas las neuras sino que, siendo hasta entonces muy cobardes, en adelante se negaron a obedecer y por primera vez se sintieron liberados.
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