Napo, el suplente fetiche del Bar?a
Giuly, decisivo en Santander, se reivindica desde el banquillo como revulsivo azulgrana
Faltaban ocho minutos para que acabara el partido en El Sardinero y Aganzo puso los pelos de punta al Bar?a cuando acarici¨® el empate. El delantero estuvo a punto de batir a V¨ªctor Vald¨¦s y los azulgrana debieron de acordarse de las mil y una ocasiones que hab¨ªan malgastado durante el partido. Primero Eto'o, luego Messi, despu¨¦s Ronaldinho, Deco o Zambrotta. Pero entonces, justo un minuto despu¨¦s de la jugada de Aganzo, surgi¨® el franc¨¦s Giuly, que no hac¨ªa ni veinte minutos que hab¨ªa sustituido al argentino. Agarr¨® el bal¨®n en el v¨¦rtice del ¨¢rea y, con frialdad, encaden¨® cuatro regates para acabar con un potente disparo que emboc¨® en la red para sellar la victoria azulgrana.
"Lo mejor es c¨®mo entra al campo, con esa garra y esa ilusi¨®n", sostiene Eto'o
Detr¨¢s de Eto'o, que suma este curso cuatro goles (tres en la Liga y uno en Champions), Giuly es el segundo realizador del Bar?a con tres dianas (una en la Liga, otra en Europa y otra en la Supercopa de Espa?a). De siete partidos oficiales que han disputado los azulgrana hasta ahora en cuatro competiciones, el franc¨¦s ha sido titular en tres encuentros y parece haber asumido con naturalidad su rol como recambio de lujo a la sombra de Messi, con quien se altern¨® el curso pasado como titular.
Pero no siempre fue as¨ª: Giuly, hace una temporada, estuvo a punto de hacer las maletas y regresar a M¨®naco cuando emergi¨® Messi y le conden¨® al banquillo en el mism¨ªsimo Bernab¨¦u. Desplazado, estuvo un tiempo sin jugar y se plante¨® cambiar de aires. Ten¨ªa en la mente el Mundial de Alemania y estudi¨® las ofertas del Liverpool, el Galatasaray y el M¨®naco, su club de origen. Decidido a regresar a Montecarlo, Frank Rijkaard le pidi¨® tiempo y le convenci¨® de que siguiera en el Camp Nou prometi¨¦ndole que habr¨ªa minutos para todos. Y acert¨®: Messi forz¨® en marzo la recuperaci¨®n de una lesi¨®n y ya no volvi¨® a jugar en toda la temporada. Giuly no desaprovech¨® su ocasi¨®n: fue ¨¦l quien marc¨® el gol al Milan que le vali¨® al Bar?a el pase a la final de la Liga de Campeones. Y fue ¨¦l quien, en Par¨ªs, al marcar un gol al Arsenal, mal anulado y que provoc¨® la expulsi¨®n del portero Lehmann, rompi¨® la final.
Pero, pese a la victoria, su felicidad no fue completa. Su seleccionador, Raymond Dom¨¦nech, no le incluy¨® en la convocatoria del Mundial de Alemania sin recibir explicaci¨®n alguna. Apost¨® por Rib¨¦ry, del Marsella, y la decepci¨®n fue tan grande en Giuly que se march¨® de vacaciones muy lejos, a Australia. S¨®lo sigui¨® a su selecci¨®n en las rondas finales y por culpa del retraso de un avi¨®n Barcelona-Lyon, su ciudad natal, ni siquiera vio la finala. En agosto medit¨® dejar a los bleus si su t¨¦cnico persist¨ªa en dejarlo fuera y pens¨® en dedicarse exclusivamente al Bar?a, justo lo contrario que se hab¨ªa planteado s¨®lo unos meses antes, cuando pensaba dejar el club por la selecci¨®n.
Considerado el primer jugador franc¨¦s que triunfa en el Camp Nou -no lo lograron Blanc, Dugarry, Petit y D¨¨hu-, Giuly ha reconsiderado sus planes. Su compatriota Thuram, el veterano jugador de 34 a?os que decidi¨® hace un mes seguir con los bleus, le ha aconsejado que no se precipite y que aguarde a la llamada de Dom¨¦nech. "La espero con la ilusi¨®n de un ni?o", dijo recientemente en su programa semanal en Radio Montecarlo.
Tras ampliar su contrato con el Bar?a por un a?o m¨¢s -acaba en 2008-, Giuly se ha mudado de casa y se le ve feliz paseando a su perro, Chocolat, por Barcelona dos veces al d¨ªa. "Me siento como un abuelo", bromea.
"Estoy muy feliz con el gol que ha logrado Giuly. Ha marcado la diferencia con una acci¨®n complicada, por mucho que haya parecido muy f¨¢cil", le alab¨® Rijkaard tras el partido en El Sardinero, convencido de que los quebraderos de cabeza del franc¨¦s ya son de otro tiempo. "Lo mejor de la tarde ha sido c¨®mo ha entrado Giuly al campo, con esa garra y con esa ilusi¨®n", le alab¨® Eto'o, que le llama Napo, por franc¨¦s, pele¨®n y bajito. "Napo por Napole¨®n" explica el camerun¨¦s.
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